Giovanni Simeone.

Comincia dall'inizio
                                    

. . .

     Cerré los ojos al sentir el viento chocar contra mi cuerpo, disfrutar del campo de juego, -donde no podía estar-, hacía que la soledad no desespere.

— ¿qué hace acá, señorita? —escuché detrás mío y di un pequeño salto, me habían agarrado.

¡perdón, juro que...! —me di vuelta y entonces lo vi, me acerqué a él y le di un pequeño golpe, tenía una sonrisa burlona en el rostro.
qué tonto, creí que me habían visto, Gio.

—no, todavía no hay nadie, tranquila. ¿qué haces acá? —preguntó y se sentó a mi lado.

sólo... —lo observé mirarme atento, interesado en lo que iba a contarle y pienso que llegué acá hace más de dos meses para olvidarme de todo, para comenzar de nuevo, y lo estaba logrando un poco, gracias a los chicos, gracias a él, con quien compartía la mayoría del tiempo en entrevistas, notas al terminar los partidos, bromas en los entrenamientos, o simplemente su compañía cuando el trabajo era mucho y él se quedaba a mi lado hasta altas horas de la noche.

¡ey! ¡preciosa! —llamó mi atención y lo mire.

—oh, ¿qué?

te tildaste. —dijo y sonreí.

—no, no. Sólo, sólo pensaba. Es decir, ayuda muchísimo esto de venir acá y ver todo así, tan verde y blanco, tan reluciente antes de que todo se inunde de gente, de papeles, de cánticos. Es tranquilizador. —finalizo y lo miro nuevamente, y está con una sonrisa en el rostro, esa que estaba acostumbrada a ver todos los días.

siento lo mismo. Pero no sólo por este lugar, es decir, cuando veo a alguien. Cada vez que la veo sonreír es como si algo dentro mío se iluminara de repente y me hace sentir bien, tranquilo, sobre todo horas previas a los partidos cuando la veo acercarse por unas preguntas y encuentro paz en sus consejos, palabras, abrazos de buena suerte. Me siento bien. Me haces sentir bien, preciosa. —confesó mirándome, sonriendo sincero, y entonces algo no me permite arriesgarme, no puedo derribar el muro construido, ni dejo que él lo derribe.

Gio...

—quería que sepas esto antes de irme de acá, no sé lo que me espera pero era mejor arriesgarme a contarte todo, además de que tenía a los chicos taladrandome la cabeza para que lo diga finalmente. sonreí ante eso.

—yo... Yo no sé cómo reaccionar ante esto, porque no me lo esperaba, es decir, aprendí a quererte muchísimo, pero...

— ¿pero?

—no estoy segura, yo... Vine acá y te encontré y me ayudaste, entonces yo...

—no te pasa lo mismo. —dijo y no supe reaccionar, de a poco su sonrisa se estaba yendo, y eso era algo que no quería. —no te preocupes.





    Lo vi levantarse y eso fue lo último que supe hasta esta tarde cuando recibí la llamada de Sebas Driussi, mi mejor amigo.

. . .

— ¿no te enteraste?

— ¿qué cosa?

Gio, ayer se desvinculó de Banfield, hoy vino a arreglar su desvinculación de River, nos contó que recibió una propuesta.

Sebas...

—no, no entendes, se va en unos momentos, adelantó su viaje. —esas palabras quedaron en mi, sólo me salió finalizar la llamada. Me quedé unos momentos pensando en como sería mi vida sin él, y entonces caí en la cuenta cuenta de que Giovanni había levantado todas las persianas, había roto con sus luces mi pesada oscuridad.




   El taxi se estacionó y salí corriendo del mismo rápidamente, busqué los vuelos hacia Italia.

necesito un pasaje hacia Italia, por favor. hable rápido, no podía pasar sin uno y sólo quedaban minutos, corro rápidamente pidiendo disculpas al chocar a algunas personas.    
   Disminuyo la velocidad y entonces veo que era ya demasiado tarde, el vuelo había sido cerrado.

  Camino hacia el gran ventanal, llevando las manos a mi frente, tratando de normalizar mi respiración, veo el avión levantar vuelo y caigo en la realidad. Ya era tarde.

...

    Limpio mis lágrimas y entro a mi casa, cierro la puerta y me apoyo en ésta suspirando, queriendo golpearme.
Camino hacia es living dejando mis cosas y entonces doy un pequeño salto al ver a alguien sentado en mi sillón y no sé si estoy alucinando, si estoy soñando pero veo a Giovanni ahí. Me ve temiendo de mi reacción, se levanta y entonces no lo dudo un momento. Corro a sus brazos refugiándome en ellos, en él, quien tantas veces había sido el dueño de mis risas y mejores momentos, quien estuvo a mi lado tantas veces, quien supo saltar ese muro, devolviendo la seguridad en mí, la tranquilidad que necesitaba.

no sabes cuanto lamento haber llegado hasta este punto, lamento no haber dicho todo cuando tuve la oportunidad. El miedo se apoderó de mí, Gio, por favor no te vayas, por favor.

no, Abri. Tranquila, estoy acá. acarició mi pelo mientras me abrazaba. —hablé con Sebastián y entonces dejé todo y vine, y sé que no tuve que haberme enterado por él, pero quiero que todo quede atrás porque lo único que me interesa es que estés bien, que puedas confiar en mí porque me importas desde el día en el que te vi en los pasillos, me importas desde el día en el que sonreiste por primera vez y sentí ganas de abrazarte, de hacerte bien. Yo sé que en este momento te cuesta confiar en alguien que no sea Sebastián, pero te prometo que no te voy a lastimar, que voy a estar para vos siempre, que voy a abrazarte, besarte, protegerte de todo y todos, y que jamás me llamen de un club para jugar si es que estoy mintiendo. dijo y sonreí. —te quiero muchísimo, Abril. Y estoy acá para vos. Siempre.confesó mientras limpiaba mis lágrimas con su pulgar y sonreía de una forma sincera, hermosa.

me salvaste de todo aún sin yo saberlo el día que bromeaste en el pasillo. finalmente confesé mientras acariciaba su mejilla. —hoy sé que voy a estar bien si estoy con vos porque siento esa tranquilidad que pensé había perdido, cada vez que te tengo cerca me siento protegida, en paz, querida sobre todo, vale la pena arriesgar todo por tus abrazos, palabras. Volví a sonreír por vos. Te quiero muchísimo, Gio. Te quiero con todo lo que soy.
     Finalmente confesé y sonrió antes de tomar mi rostro entre sus manos y unió mis labios con los suyos haciéndome sentir querida, demostrandome su amor. Sus brazos pasaron a mi cintura y rodee su cuello con los míos, formando así un abrazo, de esos abrazos que recomponen partes rotas, esos que alejan la soledad y que llenan de alegría y pienso que con él soy consciente de lo gratuita y accesible que es la paz.

Quizás el amor se trate de encontrar esa persona que te sujete de la mano cuando estés a punto de caer, que te dé un último aliento cuando estés a punto de desfallecer y que te diga "te quiero" en cada amanecer.

------«×»------




Cómo va?!

Bueno, bueno, este es para la bella abrilfernandez04
espero que te haya gustado y MIL PERDONES POR LA TARDANZA!
espero haya quedado lindo

Estoy re mil atrasada pero el que sigue es un jugador que me re mil encanta💞🙆 ✨ 💞




Si leen esto---->sigan bien!

Mila<3

Historias Cortas. -//futbolistas//-Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora