12#: Recuerdos imparables.

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J u l e s

Hace un día estoy aquí en París, todavía no he visto a Elisabeth y estoy muy agradecido de eso. 

Sigo ahogando mis penas sobre Ben, no me importa mucho lo que pase, sé que él estará mejor sin mi, y espero que no me olvide, porque sé que yo nunca lo haré, él fue, es y será el único en mi cabeza, corazón y alma al que amaré hasta la muerte, aún si me obligan a hacer cualquier cosa, desde casarme hasta tener hijos, siempre él será dueño de mi.

Ahora mismo estoy en la habitación mi casa, mi antiguo hogar dónde crecí, odio esta mierda, me trae más recuerdos que nunca, pero debo ser fuerte... por él.

Me levanto de mi antigua cama y esppio sobre la ventana. Aunnque todo sea una mierda, tengo una linda vista a la torre Eiffel.

—Dicen que el asistente de Eiffel es el verdadero creador de ella... ya que hizo hasta el diseño, basado en el hueso fémur. Largo y fuerte.—Mi padre estaba en la puerta, viéndome, no contesté.—Jules...—Seguí viendo  por la ventana. —No me importa lo que pasa por tu cabeza, ¿entiendes eso?— Asentí. Ya lo sabía, él nunca quiere nada de lo que yo quiero.

—Lo sé, desde que murió mamá siempre ha sido así. Siempre el mismo maldito viejo diciéndome que hacer, aún siendo mayor de edad—Me di vuelta para encararlo.—¿Acaso te aburriste de mandarla a ella, maldito imbécil?—Sonreí.

Mi padre como respuesta se acercó y me miró a los ojos,  antes de que él abriera la boca, lavantó su mano y la colocó en mi rostro con fuerza, dándome una cachetada.

—Así no se le habla a alguien que te ha criado, estúpido malcriado.

—¿Malcriado?, no me has criado... ¿tú?—Sonreí nuevamente aún con un dolor punzante en la mejilla derecha.

—Tu madre ha sido muy estúpida en mimarte, más aún siendo mayor, no respetas a nadie.—Apreté mi mandibula.

—Ella ha sido mejor que tú, aún ella siendo la estrella de todo, tú te llevas el dinero, ¿cierto?, por eso hasta la has asesinado.—Escupí las palabras con veneno.  él se río.

—JAJAJAJA, mi querido Jules... ¿sabes?, todo es un negocio.—De nuevo con su sonrisa, de dientes amarillos, filosos y grandes, enserio arecía un monstruo, el mismo monstruo que mató a mi madre, y si, él la mató, yo lo sé, vi todo cuando pasó, pero nadie hizo nada cuando pedí ayuda, y ¿por qué?, por el maldito dinero que él utilizó para sobornar a todos, ganado de mi madre y su maldita "mafia". Él es traficante de armas, estúpidas armas, por eso todos le tienen miedo, aún con esa cicatriz que ganó... Se la hizo mi madre, antes de morir, con el mismo elemento que él utilizó para matarla, un cuchillo de cocina, el favorito de ella.

Transformé mis manos en puños, pero, no. No podía pegarle, si lo hacía, yo moría, y todos también, todos lo que amaba, incluyendo a Ben, agaché mi mirada.

—¿Y cómo te fue con tu amigo de la infancia?—Él preguntó, aún con esa sonrisa en el rostro.

—Eso no te importa—Me di vuelta para mirar la ventana nuevamente.

—Bueno... es que cuando te fui a escoltar con mis hombres al aeropuerto no tenías cara de felicidad—Se río.

—¿Felicidad?, ¿enserio quieres que tenga felicidad aquí?—Cerré mis ojos—Ni lo sueñes, Jack.— Se río nuevamente.

—Soy tu padre, deberías llamarme "pa", o con algún sobrenombre, no con mi nombre.

—No te mereces el título de padre.

—¿Entonces tu amigo de la infancia debería tener el sobrenombre de amor?—Sentí que su sonrisa se agrandaba, causándome miedo, no respondí.—Bueno, mañana se harán los preparativos con Elisabeth, rucuerda que un día después de la boda... la tendrás que asesinar.—Asentí. 

¿Es en serio? (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora