Apague el móvil levantandome de la cama.

-Quédate aquí ¿Ok?.

-Ok, no tienes que tratarme como a tu mascota -me respondió fastidiado.

-Perdón... No lo haré más -me entró esa timidez que da cuando cometo un error -Ya, voy a la sala.

-Esta bien. Gracias.

Salí de mi habitación hacia la sala. Allí vi sentada a mi hermana; Leticia metida en su celular.

-Leticia, perdón por no saludarte. No te oí llegar.

-No importa -respondió sin despegar la mirada.

-Kyu, hija ¿Qué hacías? -me pregunto mi abuela.

-Veía vídeos.

-Oh, bueno.

Se fue a la cocina a preparar la cena.

Yo estaba sentada en el sofá, acariciando la gata de mi abuela. Es gorda y pelecha mucho.

Paso un rato hasta que llegaron mis padres del trabajo y comieramos la cena. En todo ese rato la que más hablaba era Leticia, es más extrovertida que yo y más interesante. Cada pregunta que me hacen la respondo con un "Bien" y eso. En cambio ella cuenta todo su día y quizá más. Mi relación con Leticia no es "mala" que digamos. Solíamos ir las dos en mi actual escuela, ambas teníamos de mejor amiga a Antonia. Eramos un grupito de cuatro en un principio, Leticia, Esteban, Antonia y yo. Obviamente Antonia era más apegada a Leticia. Yo solo les seguía y me reía. Con el tiempo el grupo creció a siete, Leticia, Esteban, Amelia, Raúl, Marina, Camila y yo. Yo seguía estando algo a parte ya que Leticia y Antonia eran mejores amigas al igual que Mariana y Camila. Resulta que las mejores amigas no duran para siempre, Leticia y Amelia comenzaron a tener problemas entre ellas. Hasta que lo peor paso. Todo el grupito de "amigos" se separó, y la única que terminó sola fue Leticia. Obviamente yo estaba con ella en los recreos. Aunque por dentro quería ir con los otros... Maldigo todos esos estúpidos pensamientos... Leticia no se sentía a gusto en la escuela, incluso cuando yo estaba con ella. Ella tenía muy claro que lo hacía por obligación. A final de ese año, o sea el pasado, pudieron cambiarla de escuela, ahora cambio drásticamente digamos que es extrovertida, popular y todo eso. La cuestión es que ella me guarda rencor por como la trate el año anterior, ahora es muy fría conmigo pero bueno, la entiendo, de seguro yo haría lo mismo.

Todo esto no ayuda a mi situación actual.

-Bueno, es hora de irnos a casa -dijo mi mamá -Leticia lleva tus cosas de la escuela.

-Ok mamá.

-Adiós hija -se despidió mi madre de mi dándome un beso en la mejilla.

-Adiós mamá. Cuidate.

Mi padre hizo la misma acción conmigo, después se despidieron de mis abuelos y se fueron en auto a casa. Yo no vivo con ellos, me sale más cómodo vivir con mis abuelos, aunque igual extraño a mis padres.

-Voy a lavarme la boca y después me voy a acostar -le dije a mi abuela.

-Buenas noches hija.

-Buenas noches mami.

Fui al baño, cerré la puerta y empecé el proceso de lavarme los dientes. Me miraba al espejo con la espuma de la pasta en la boca. La escupí y limpie el cepillo y mi boca con agua. Me seque esta y deje el baño. Entre a mi habitación donde Rose estaba echado sobre mi cama muy cómodo.

-¡Por fin volviste! -exclamó.

-Si... ¿Estas molesto por lo de antes?.

-No, no te preocupes, debe ser difícil cuidar a alguien invisible.

-Bueno, es mi primer día de trabajo -dije riendo.

Sonrió sentándose sobre la cama. Me acomode a su lado.

-Kyu, hay algo que debes saber de mi. Pero no te alarmes ¿Ok? -dijo sin mirarme. Estaba serio.

-Eh... Esta bien.

No sabía que era tan serio, pensé que lo más grave era que el estaba muerto. Pero aparenta que no.

Se levantó de la cama mirando hacia abajo. Observaba atenta no entendía que planeaba. Paso un tiempo y el chico soltó jadeos, cubriéndose el rostro.
Me asuste, ¿qué estaba pasando?. Paro de jadear quitando las manos de su cara, la cual no podía ver, el estaba mirando hacia abajo y su flequillo le cubría.

-¿Lista? -pregunto con un tono extraño que me estremeció.

-Lista....

Levanto su rostro. El corazón casi se me para al ver su cara. Una sonrisa macabra que se formaba a base de cortes. Sus globos oculares eran negros y sus pupilas de un color blanquecino. De sus ojos brotaba un extraño "fuego" o energía azul. Estaba perpleja no sabía que decir, sentía miedo.

-Este es mi verdadero yo.

Fin del capítulo 3

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Fin del capítulo 3.








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