Capitulo 1.

82 12 0
                                    

Sonó la campana de la escuela y ya estamos siendo despachados.

Ya no es sorpresa. Nunca son puntuales con la hora de salida.

Era una de las primeras en nuestra fila. Me gusta irme rápido de aquí ya que no tengo a nadie por esperar.

—Hasta mañana niños —hablo la profesora.

"Hasta mañana" respondimos la mayoría.

La mujer se hizo a un lado dejándonos pasar por el angosto pasillo de ida. Salí casi de las primeras y empecé mi caminata a casa. Mientras daba algunos pasos torpes debido a unos niños que se pasaban por delante, escuche la risa de Antonia y Esteban. Trate de hacerme la sorda y nublar la mente. Avance más rápido mordiendome el labio.

En cierto punto que considere "seguro" baje la velocidad de mi pasear. No veía a nadie del curso. Todos suelen ir a payasear, ir a comprar o simplemente caminan a una velocidad de tortuga.

Debo sonar como toda una asocial ¿verdad?. Siendo sincera si; lo simula. Pero no se acerca a mi realidad.
Me llamo Kyu. Estudiante de último año de básica y ya a mitad de año sola. No quiero dar explicaciones de aquello por ahora.

Solo me causa un gran disgusto en vez de lastima.

Estar sola no es algo que me agrade, o bueno, si un poco, pero de todas formas, soy una adolescente, debería disfrutar de mis amigos, del tiempo libre, ¡De mi juventud en general! Y no parezco estar haciendolo.

Únicamente me limitó de divertirme y prefiero amargarme. Una de mis cualidades más comunes.

Mi constancia al caminar era normal, no me gusta ir tan rápido ya que después me canso un poquito. Miraba el exterior, muchas casa de izquierda a derecha, dos veredas separadas por una calle que suele atocharse a la hora de salida de los colegios que abundan por aquí. Conozco esta calle como la palma de mi mano, más allá esta el semáforo que debo cruzar para seguir mi sendero.

Todo monótono.

Mire a la izquierda, hacia la vereda paralela. Había un chico caminando (se veía lindo) parecía perdido, no lo había visto antes. Llevaba puesto una camisa sucia y gastada. Un poco rota en las mangas.

—¿¡Hola!? —grito. Me fije en el por unos segundos. —¿Alguien puede ayudarme?.

Unas chicas de un curso menor que yo venían caminando mientras conversaban, iban en dirección a él.

—¿Pueden ayudarme? —les pregunto. Ni se dieron el tiempo de mirarle.

"Que poca cortesía" pensé.

—Oigan por favor se los pido. —

No se percataron de el y simplemente se alejaron sin dejar su tema.

"Que lastima por el..." murmuré.

Volvió a mirar para todos lados, hasta clavar su mirada con la mía. Me hele.

—¡Oye chica! —exclamó caminando rápido hasta mi vereda.

¡Como pude ser tan tonta, como para quedarme parada mirándole con lastima!

Me ruborice, retomando mi caminar, esta vez mucho más rápido. Sentía el paso del tipo y sus "Espera" atrás de mi. Tenía miedo.

—Espera —escuche antes de que agarrara mi muñeca y me detuviera.

Di la vuelta para verle. Un chico de piel amarilla, cabello castaño oscuro y unos penetrantes ojos verdes. Se me erizaron los pelitos del cuerpo también me comenzó a caer un sudor helado por la nuca y la espina. Tenía miedo de este tipo, no sabía quien era ni que quería de mi. La única palabra que lo definía ahora era.

"Extraño".

Y lo que siempre te dicen de pequeño no importa quien seas o de donde vengas es a jamás hablar con extraños. Rompí con esa regla incluso si tengo 13 años, sigo siendo una niña.

—Por favor, no huyas, solo quiero pedirte ayuda —me dijo —Tengo un problema.

Si grito o corro este tipo podría hacerme daño, debo tomar en cuenta eso, pero y sino podría obligarme a hacer algo que probablemente me perjudique. Estoy jodida de ambos lados.

Tome coraje y le respondí.

—¿Cuál es tu problema...? —pregunté.

—Prometeme que si te digo no tendrás miedo y me creerás, aunque suene loco.

Reflexione unos segundos.

—Lo prometo...

—Lo que sucede es que... Estoy muerto.

Fin del capítulo 1.

Un juego entre muertos. Where stories live. Discover now