Presentaciones

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Había llegado el momento, Kagome Higurashi una joven de cabello negro y ojos chocolate, radiantes, llenos de felicidad y ternura había por fin llegado al hogar del señor Taisho. Estaba más que extasiada al observar la enorme casa jamás había visto una casa tan hermosa y majestuosa. Se bajó del auto de su madre, quien la despidió con una hermosa sonrisa.

Con el corazón latiendole a mil se anunció en la entrada sentía un nudo en su garganta.
Las rejas de la entrada se abrieron y ella caminó admirando el enorme jardín frontal. Al llegar a la puerta tocó el timbre. Una anciana fue quién abrió casi de inmediato.

-Sea bienvenida señorita Higurashi, mi nombre es Kaede, camine, camine el señor Taisho la espera y no le gusta esperar- dijo la señora algo seria.

-S-si- contestó de un brinco se posicionó detrás de la señora para seguirla.

Caminó detrás de la anciana a paso rápido. Hasta que llegaron al lugar, Kaede abrió la puerta.

-Amo la señorita Higurashi Kagome ha llegado- dijo Kaede desde el umbral de la puerta y luego de indicarle a la joven que entrara la dejo en aquel despacho hermosamente amueblado, era elegante pero sin ser presuntuoso ni llamativo.

Kagome observó todo mientras se acercaba a una imponente figura masculina que estaba de espaldas viendo por una ventana.

-Tome asiento- dijo el caballero aún de espaldas.
La joven se estremeció al escuchar la voz de aquel hombre, era tan masculina y grave denotaba autoridad.

Kagome se arregló la falda del uniforme (Ella está en último año de preparatoria) tomó asiento en un sofá algo cerca del lugar donde estaba el caballero. Ahora deseaba haber ido antes a su casa y cambiarse por algo más apropiado.

Luego de un rato de silencio que para la muchacha fue eterno el señor Taisho habló.

-Seguro usted sabe ya el motivo por el que se le trajo aquí, también debe saber cuánto será su paga y las condiciones del trabajo que desempeñará- seguía sin apartar la vista de la ventana.

-Sí señor Taisho, conozco todos los pormenores le aseguro que sé perfectamente cual es mi lugar en ésta casa- contestó cerrando sus manos en su regazo con fuerza.

-Perfecto, la llevaré a conocer a la niña que estará bajo su cuidado desde ahora

-¿Usted me llevará?

-Sigame- el señor Taisho salió del despacho seguido de una intrigada Kagome que no podía más que admirar la espalda de aquel caballero.

Cuando él se volteó para salir del despacho lo hizo tan de repente y tan rápido que no obtuvo más que una imagen leve y borrosa del perfil del hombre. Ahora lo único que podía ver era su varonil espalda y su extraño cabello plateado amarrado en una coleta moverse al compás del caminar de su dueño.

-Llegamos - anunció él

Kagome entró a paso lento al salón.

-¡Señor Sesshomaru! - gritó una pequeña peli negra y ojos avellana con una graciosa colita de lado acercándose al caballero frente a Kagome.

-Rin, ¿Has sido buena niña?- preguntó Sesshomaru revolviendo los cabellos de la pequeña.

-Sí, ¿Verdad señor Jaken?- pregunta con una sonrisa la pequeña viendo al anciano con cara de gruñón que estaba en una esquina del salón leyendo un periódico.

-Niña no molestes- dijo por lo bajo Jaken

-¿Quién es ella señor Sesshomaru?- preguntó de repente la niña.

Señor Sesshomaru (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora