Capitulo 12

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Lo primero que Adrien vio cuando despertó, era el  techo de su propia habitación. Nada de los tonos cálidos del cuarto de Marinette, solo una estancia llena de cosas caras, pero fría y sin vida, como todo en la mansión Agreste. Con un gemido de protesta se incorporo, mirando a su al rededor, tratando de recordar como había vuelto ¿o acaso soñó todo?. No, realmente se durmió sobre su compañera de clase, su ropa todavía olía como ella. Su mirada se detuvo sobre Plagg, quien dormía tranquilamente, agotado por la transformación de la noche anterior. Suspirando agarro ropa limpia y se fue a duchar. El agua estaba helada, pero no le molestaba, no cuando sus músculos, que habían estado gritando en protesta, se relajaron al instante, como si todo su estrés de evaporara. Sabía que debía estar más preocupado, esta era la segunda vez que tenia una laguna en la memoria, que era incapaz de recordar por más que lo intentara... 

Adrien tropezó fuera del baño, sin molestarse en secarse o vestirse y corrió a su ordenador. Las cámaras funcionaban correctamente, el padre de Marinette se preparaba para otro día de trabajo, mientras la madre bebía una taza de te, el desayuno listo sobre la mesa, pero eso no era lo que quería comprobar... Cambiando la cámara, se lleno de alivio cuando vio a su princesa ilesa. Se dejo caer contra su silla, suspirando y tratando de calmar su acelerado corazón. Ella estaba bien, no le había hecho nada malo. Su mente protesto ofendida, como si la mera idea de hacerle algo a su compañera  de clase fuese la mayor ofensa. Él le ignoro, se limito a apoyar la cabeza sobre su mano, observando a Marinette, quien comenzaba a removerse en su sueño.

-La próxima vez que decidas espiarla, sentado desnudo frente a tu ordenador, avísame para que pueda salir y dejarte un tiempo a solas.- la voz de Plagg resonó a su lado, algo burlona. El modelo se sonrojo, en su prisa no se dio cuenta que la situación se podia malentender.

-¡No es lo que parece!- ni siquiera a él le sonaba creíble, eso si era preocupante. Ardiendo rojo de vergüenza se escabullo rápidamente de vuelta al baño.



Plagg se rió por lo bajo, su actual portador era tan fácil de avergonzar, que no podia evitar burlarse de él un poco. Girándose hacía las pantallas, tarareo, observando a Ladybug despertarse y comenzar su rutina matutina. Instalar cámaras había sido una buena idea, ahora podría ver a Tikki y su portadora, siempre que quisiese. Mirando momentáneamente la puerta del baño, se pregunto cuanto rato Adrien pensaba permanecer oculto. Encogiéndose de hombros, mientras reía volvió su atención a las pantallas. Marinette, recién duchada y solo cubierta por una toalla, parecía discutir algo con la kwami roja, antes de dejar caer la única prenda que le cubría. Debería haber apartado la vista para darle intimidad, pero no lo izo. Sus portadores estarían tan celosos, los dos, incluso si el joven modelo no lo admitía. Bueno tenia que admitir que era un poco pervertido, siempre lo había sido.

La pantalla se quedo en negro, apagada. Girándose, se encontró a su primer portador, porque ese era claramente Suti, mirándole con una ceja alzada y una ligera sonrisa burlona. Si fuera otra persona quien había visto a Matinette desnuda, estaría muerto, pero para su suerte no era así.

-Deberías dales algo de privacidad, pervertido Plagg.- dijo, jugando con el cable en sus manos. El kwami no dijo nada, se quedo mirándole en silencio durante unos segundos.

-Todavía estas desnudo.- completamente, el primer Chat Noir no izo ningún ademan de cubrirse, se limito a sonreír y dejar caer el cable. -Es la segunda vez que tomas el control en menos de veinticuatro horas.- su amigo se encogió de hombros. Plagg estaba contento que nadie de la calle pudiera verles por las ventanas. Suti no era precisamente alguien pudoroso. 

-No notara la laguna de memoria,  esta inconsciente.- el kwami le miro, interrogante.

-Se tropezó, su vergüenza le jugo una mala pasada.- al ver su mirada alarmada, su primer portador le sonrió, tranquilizador. -Esta bien, solo tendrá un dolor de cabeza.- le garantizo. Él asintió confiando en su palabra. El primer Chat Noir miro las pantallas. -¿Crees que habrá terminado de cambiarse?- le pregunto.

-Lo que me extraña es que apagaras el ordenador.- no era ningún secreto que ambos eran algo pervertidos, bueno quizás muy pervertidos, pero eso no venia al caso. Suti se limito a volver a conectar el cable, encendiéndolo una vez más. -¿Como sabes como funciona?- su antiguo portador tenia algunos miles de años, al fin y al cabo, era normal que estuviera curioso. El primer Chat Noir golpeo con un dedo su sien.

-Los recuerdos de Adrien.- dijo simplemente, como si eso lo explicara todo, de alguna manera, lo hacía. Ambos permanecieron en silencio, mientras observaron a Marinette preparar algunas cosas antes de irse.

-Adrien también tiene que ir a la escuela.- Suti se limito a tararear, contemplando la imagen de la joven diseñadora. -Va a coger un resfriado, si continuáis desnudos.- una risa fue su única respuesta. Suspirando, Plagg volvió su atención a la pantalla, donde Tikki volvía a hablar con su portadora. Sus bigotes temblaron, hasta hora Ladybug y su kwami habían tenido suerte, pero ahora con las cámaras instaladas era cuestión de tiempo que su actual portador descubriera la verdad. Era mejor así. Adrien podría dejar de dudar, si sabía que ambas mujeres que amaba, eran la misma persona. Porque incluso si el joven modelo no quería admitirlo a si mismo, estaba perdida e irremediablemente enamorado de Marinette. Los dedos de su antiguo portador tocaron la pantalla, acariciando el rostro de la chica con amor y anhelo.

-¿Crees que mi princesa recuerda lo que sucedió anoche?- le pregunto, su voz casi en un susurro. Por el bien de ambos, el primer y el actual Chat Noir, esperaba que si lo hacía pensara que era solo un extraño sueño. Si el temperamento de la compañera de clase de Adrien, era ni siquiera un poco similar al de Tikki, cuando terminase con ellos, desearían estar muertos.


El secreto del primer Chat Noir (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora