—La casa...¿acaso tiene pases a otras salas tipo Hogwarts? Cat te noto raro, es como si no me quisieras contar con detalle que hiciste en su casa. De seguro tenía una escopeta y un cuarto oscuro para jugar con sus víctimas.

—Ojala hubiera cuarto oscuro...digo, que estaría guay tenerla para así dar acción y vida al a casa, pero para otro tipo de cosas.—sonreí torcidamente.

—¿Un cuarto con juguetes sexuales tipo Grey?—río y luego freno la risa en seco dando a idea algo que podía ser la respuesta que ella esperaba. —Un momento, ¿jugaron con juguetes sexuales?

—¡No! mira Melody no jugamos a nada de eso, solo tuvimos...—moví la mano como su fuera un rodillo pero seguía en blanco. —En resumen, el, yo, cama, desnudos, media hora, fin.—me volví a sentar y seguí comiendo.

—Te juro que tienes un gusto...que sigo sin comprender.—miró al suelo renegada tras saber que Damien y yo habíamos tenido sexo. —Y...por curiosidad ¿Damien daba bien o tu le dabas a el?—se pasó un mechón de cabello tras su oreja derecha para escuchar mejor.

—Eso ni te incumbe.

En ese momento reaparece Damien saliendo de un sendero hasta nosotros. Melody me dio un codazo y se separo a escasos centímetros de mi para marcar espacio. Yo como un gordo y con el sanwish en la mano aún, me pase el antebrazo por la boca para limpiar restos alimenticios y Damien paró delante de mí.

—Oye, esta tarde voy a hacer una fiesta en mi garaje con unos amigos y pensé en que si te apetecía venir.—se pasaba una mano por su cabello más de treinta veces.

—Suena genial...¿sobre que hora debo estar allí?—me puse una mano por encima de mi ojos a la altura de mi frente ya que un rayo de sol me daba de fronte.

—¿Te parece bien a las ocho?—acertó con la hora perfecta y asumí con la cabeza con ganas de ir. —Muy bien, te espero allí.—se marchó moviendo sus nalgas al son del viento en sus pantalones pitillo de vaquero. Melody boquiabierta me miró desencajada y se acerco otra vez hacia mi.

—Orgía me decían...—susurró en mi oído.

—¡No seas exagerada! es solo una fiesta, seguramente no hagamos nada, escuchaste que llevará a amigos.—me acabé el sandwish y lancé la bola de papal de aluminio monte abajo por la pequeña pradera de césped en lo que la señora McFee clavó su mirada en mi señalándome con el dedo índice.

—¿Y si todos los amigos que irán son gais? estoy por segura que eso será una fiesta inicial para celebrar que sois abiertamente libres y que al fin Damien sabe desenvolverse con personas de su misma ideología, el es salvaje y le gusta la locura aunque por fuera sea un chico pijo.

—Vete a fumar espárragos.

Literalmente aquel recreo fue algo express ya que finalmente nos pasamos el otro cuarto de hora hablando de lo que me podría esperar de la fiesta, pero mis dudas comenzaron a salir desde la tarde cuando no sabía que hacer. Mi mente se había quedado en blanco. ¿Una camisa blanca con unos vaqueros claros? ¿una camisa negra con unos vaqueros oscuros? ¿camiseta y shorts cortos?

De por si fuera poco me había rodeado una avalancha de prendas de ropa pero aún seguía sin saber que llevar. Quería estar guapo. Que su mirada so,amente se enfocara en mi como si fuera el protagonista de una obra en Bodway.

Pasados unos minutos largos, acabé por ponerme una camiseta en color negro con rosas en forma de estampa y clips y unos vaqueros remangados por los tobillos entre unas zapatillas negras. Por el frío cogí una vaquera y me la puse sobre los hombros directamente. Un poco de peine aquí y allá y un sabor a mentolado para la boca. ¿Quien sabe si me iba a recibir con un beso?

Siempre ángeles © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora