Capítulo 37

1.8K 182 74
                                    

Acepté ir a la casa de Tate. ¿Qué es lo peor que podía pasar?

Al menos eso pensé en el momento. 

Al día siguiente, a eso de las siete de la tarde, sentí el timbre de mi casa.

—¡Monikaaa! ¡Es para ti!—sentí el grito de mi mamá

Bajé de mi habitación. 

Me encontré con Tate, sonriéndome desde la entrada de mi casa.

 —Pasa —le dije —Tengo que ir a buscar el bolso y nos vamos

 —Oye—me detuvo —Te tengo algo

—¿Algo? —pregunté extrañada

—Si, algo —sonrió

Alcé una ceja confundida, y subí a mi habitación por mi bolso. Luego bajé, y salimos con Tate rumbo a su casa. En el camino no dijo nada. Estaba muy callado. 

—Tate, estás raro —le comenté

—No pasa nada —negó con la cabeza gacha —Es solo...

Se quedó callado

—Vamos. ¿Qué pasa? —me detuve. 

El hizo lo mismo. 

Suspiró

—Cuando lleguemos a mi casa, te lo diré. Lo juro —hizo amago de sonreír, y siguió caminando, obligándome así a seguirlo.  

Cuando llegamos a su enorme hogar, sin su madre ni su hermana, subimos hasta su habitación, que se me hacia familiar siempre que la veía. Las cortinas cerradas, un estéreo, un estante lleno de discos y libros, la cama al centro, y la enorme alfombra en el suelo, en donde nos sentábamos con almohadas, a charlar o solamente a escuchar música.

—Yo... —balbuceó —Tengo que contarte algo

—Claro, lo que quieras —sonreí, dejando mi bolso tirado en la alfombra, a la par que me sentaba en ella

—Bien. Últimamente me siento extraño —aseguró —Es decir... pienso cosas raras, y... esta sucediendo otra vez —bajó la cabeza

—¿Otra vez? —lo miré asustada

Hace un tiempo me había confesado que tenía pensamientos, o fantasías bastante extrañas. Y no podía controlarlas

—¿Qué es ahora? —alcé una ceja—Ven. Siéntate a mi lado, seré tu psicóloga—reí

—De acuerdo —respondió serio, y se sentó a mi lado.

Miraba de una forma perdida al suelo.

—Pienso... en ti. Me imagino a los dos, haciendo... —siguió diciendo, con la vista perdida

Pero no acabó la frase

—Eh...¿Haciendo qué? —pregunté muy confundida esta vez

¿De que demonios me estaba hablando? 

Pareció salir de su ensimismamiento y me miró a los ojos. 

—Yo, encima tuyo... Escuchándote gemir—me miraba aún con aire perdido—No sabes cuanto me excita... 

Lo miré atónita. Pensé que era una broma

—Tate, ya volviste con tus malditas bromas —rodé los ojos —No me gustan, ya basta. Es... obsceno. No, es pervertido y asqueroso—hice una mueca 

—No... no es una broma —volvió la vista al suelo, otra vez

—Ok... —respondí dudosa

—Ya no paro de pensarlo —cerró los ojos —Lo veo ahora. Empiezas a bajar y ...

—¡Ya basta! —grité—¡¿Qué demonios te pasa?! —me levanté de allí y caminé hasta la puerta enfadada

Comenzó a tocarse...

¿Pero qué demonios? 

—Tate, estás loco. De mente —abrí mucho los ojos

—¡No! —se levantó y cerró la puerta tras de mi —No te vayas. Por favor, hazme ese favor

Me quedé quieta

—¿Puedes...? —miró con duda —Por favor...

—No estoy entendiendo nada, enserio. Tate, yo me largo de aquí, estás loco—fruncí el ceño 

—Hagámoslo. Llevo días, semanas con eso...¡Por favor! —exclamó.

Estaba muy cerca, casi encarcelándome contra la puerta.

—Tate, no voy a hacer nada. Enserio. Eres mi amigo... —le dije

Se acercó demasiado. 

—No, esto ya es demasiado —lo empujé y abrí la puerta. 

Salí corriendo, mientras sentía los pasos de Tate.

—¡Monika! —gritó—¡Lo siento..! Yo... vuelve...

¿Me está jodiendo? 

¿Que lo siente? A la mierda.

Fui corriendo hasta la calle, y de ahí me fui a paso rápido hasta mi casa. 

Que clase de persona soy que tengo que lidiar con dos enfermos violadores en menos de dos años...

En fin.  

Cuando llegué por fin, estaba mi madre cocinando

—Oye, un joven estuvo aquí buscándote —me dijo antes que subiese la escalera

—¿Un joven? ¿Cómo era? —pregunté

—Alto, de pelo negro, ojos claros —se alzó de hombros—Se fue algo...enojado

—¿No te dijo nada?

—¡Qué me iba a decir! ¿Es tu novio acaso, Monika? —me reprochó

—No —contesté fría, y me fui a mi habitación 

Cuando llegué a ella, iba a buscar mi celular, pero no estaba...

¿Dónde carajos estaba? Lo busqué por todas partes, hasta que me detuve sobre mi cama. 

Lo dejé en el bolso. Donde Tate. 

Por favor que no llamara Dominik.

Comeback |Dominik Santorski |P A U S A D A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora