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Princesa, con intriga, le devolvió la mirada al joven luego de oír sus palabras y su reacción al verla. Cuando este se percato de su propia cara, rápidamente cambio su rostro de preocupación.

-Lo siento.-hizo una pausa.- Es que, duele un poco.- Sonrió calidamente al final -aunque alga forzoso- que provoco un leve sonrojo en la joven dama. 

Sus ojos ya no se encontraban vidriosos.

-Y..¿como te llamas, preciosa?.- preguntó él pelirrojo tomando la mano de Princesa. Ella podría jurar que cuando el chico dirigió sus ojos -y su voz- hacia ella, tenia una chispa de nostalgia y tristeza,  siempre mirándola con una expresión comprensiva.

Incluso, cuando sus manos entraron apenas en contacto, una ola de nostalgia y rubor la invadió, dejándola en shock por unos momentos. 

No podía apartar la vista de sus dos manos juntas.

-Mi-mi nombre e-es... Princesa.- titubeo.

Esa parte que la joven acababa de demostrar, tan tímida e insegura, era de extrañar. Ya que -según ella, y sus conocidos- siempre había sido firme, decidida y segura.

-Sí.- esbozo una sonrisa.- Como siempre eres adorable.- murmuro para sus adentros con un pequeño sonrojo, salvándose de la escucha de la muchacha.- Un nombre hermoso, te pega bastante.-dijo dejando de lado lo que había dicho antes, para guiñarle un ojo. Provocando que él sonrojo de la joven aumentara.- Mi nombre es...- suspiró en conflicto consigo mismo.- Lindwurn.- espeto para luego darle un beso en la mano de Princesa con caballerosidad..

Apenas ese nombre acaricio los oídos de la joven, tal como una bala, un recuerdo fugaz le llego a Princesa.

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Primero, borroso. Dos figuras ilegibles.

Después un prado, extenso y verde y vivo. 

Y al final, ella y una persona que no conocía, pero que se le hacia familiar, de rodillas junto a ella recogiendo sus flores favoritas.

"Peonias silvestres"

Ambos poniéndolas en una gran canasta. 

Pero de repente el joven se le acerca más, su rostro estaba difuminado. El llevaba otra canasta repleta de mucha de esas flores. 

Ella, al notarlo, sonríe.

Como nunca antes lo había hecho.

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Lindwurn se fijo en la joven, de la nada la muchacha se había quedado sospechosamente quieta, mirando hacia la nada. Parecía perdida, y nostálgica, tal como el hace unos momentos.

-Princesa.- la llamó alargando un poco la "a" de su nombre, y agitando una de sus manos enfrente de la cara de la chica. Esta al instante despertó de su shock, un poco avergonzada se soltó delicadamente del agarre de sus dos manos juntas, y luego se disculpo. A lo que el solo sonrió.- Gracias por curarme, ¿como podría agradecértelo?.- dijo con algo de nerviosismo, posando su mano derecha detrás de su nuca risueño.

-No es nada, tranquilo.-respondió ella mostrando nuevamente otra de sus sonrisas cálidas.

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"Princesa y el Dragón"Where stories live. Discover now