Jess aparcó el auto frente a una gran casa que nos recibía con el alto sonido de la música, en el jardín se encontraban algunos chicos charlando entre ellos y la verdad es que no conocía a ninguno. Pasamos de los chicos que obstruían la puerta y entramos a la casa, el sonido de la música se hizo aún mas fuerte al entrar y el espacio para caminar se hacía mas pequeño debido a los adolescentes que movían sus caderas al ritmo de la melodía.
- ¡Chicas!. - Gritó Andrew llegando a nosotras. Sonreí y vi por el rabillo del ojo como Jess pasaba saliba. - Que guapas. - Añadió poniendo sus manos en las caderas como jarra. Un leve ardor se formó en mis mejillas, esta vez Jess no era la única que se había sonrojado.
- Gra... Gracias. - Habló la rubia junto a mi, pero creo que sólo la escuché yo. Andrew sonrió y nos dio un beso a cada una.
- Diviertanse. - Finalizó desapareciendo entre el tumulto de gente.
- Vamos por algo de beber. - Jess me tomó de la mano haciéndonos desaparecer por el otro extremo del lugar.
Tomamos dos vasos de los que se encontraban en una mesa rectangular y nos dirigimos al jardín trasero, allí se encontraban varios adolescentes charlando y una que otra pareja buscando privacidad. Los pocos árboles que habían tenían luces alrededor, haciendo del jardín un mejor ambiente.
- Entonces... - Hablé rompiendo el silencio. - ¿Pasa algo entre Andrew y tu?.
- ¿Qué?. - Preguntó ahogándose con la bebida. - ¿De qué hablas?. - Añadió con voz seca.
- ¿Hay algo entre los dos?. - Pregunté encogiéndome de hombros.
- No... No sé de qué hablas, mejor voy por más bebida. - Dijo con un rosa muy fingida y huyó de allí. Si, definitivamente pasaba algo.
- Cobarde. - Susurré y tomé un trago de mí vaso, sintiendo el sabor amargo bajar por mi garganta. - Esto es asqueroso.
Caminé un poco más atrás de donde me encontraba y vertí la bebida en uno de los arbustos.
- Vaya, que desperdicio. - Me sobresalté un poco y giré sobre mis talones buscando al dueño de la voz. - Hola. - Me sonrió el chico desconocido para mí, quizás era del instituto. - Soy Brad, Brad Clayton. - El chico era alto, delgado, su cabello ondulado y sus ojos marrón. Aunque se veían pequeños e irritados.
- Yo soy Carmela, y ya me voy. - Pasé por su lado y éste me tomó del brazo deteniéndome.
- Sé que no te llamas Carmela. - Soltó una risita y me giró. - Te llamas Scarlette, eres nueva en el pueblo.
- Bien hecho Sherlock. - Sonreí. - Soy Scarlette y ya... - Solté su agarre. - Me voy.
¿Dónde mierdas estás Jess?.
El chico volvió a tomar mi brazo y chasqueó su lengua repetidas veces.
- ¿Ya te vas?, ni siquiera hemos bailado. - Hipó mientras hablaba. Hice fuerza en mí brazo para soltarme, pero esta vez me había sujetado con mayor fuerza y comenzaba a lastimarme.
- Una canción, ¿si?. - Bajó su brazo a mí cadera y me acercó más el.
- Sueltame idiota. - Puse mis brazos en su pecho para ayudarme, pero él era más fuerte.
- Sólo dejate llevar por la música. - Acercó su rostro tanto al mío que podía sentir su apestoso aliento a alcohol.
- ¡Sueltame idiota!. - Hice más presión en su pecho sin tener éxito. Soltó una risa seca y me apegó más a él.
Bajé mi cabeza para que su rostro no chocase con el mío, volví a hacer presión en su pecho con más fuerza, haciendo que cayera al piso.
Bien hecho Scarlette.
KAMU SEDANG MEMBACA
INFORTUNIO. ©
AcakScarlette creyó que lo peor que le pudo haber pasado fue que todo su mundo cambiara, pero en realidad el gran problema fue cuando se dio cuenta que todo su mundo era una mentira. ¿Qué pasa cuando todos los que conoces terminan siendo alguien diferen...