PRÓLOGO

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- Scarlette... - Dijo con su tono de advertencia pero la interrumpí.

- ¿Todo esto es por papá?. - Pregunté mientras mi vista comenzaba a arder. - ¿Crees que eres la única a la que le afecta todo esto?. - Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, mientras un dolor punzante se formaba en mí pecho. Su rostro se endureció y su mirada me inspeccionó por unos segundos.

- Cariño. - Dijo luego de inhalar una bocanada de aire, como si no entrara oxígeno en sus pulmones desde un tiempo. - Esto ya estaba decidido.

- No mamá, ¡lo decidiste tú!. - Mis manos se formaron en un puño. Todos los objetos que estaban en la habitación comenzaban a elevarse, mientras me acercaba más a mi madre. - Tú siempre estás decidiendo por mí. - Me acerqué más a ella, mientras podía ver el miedo en su rostro. Estaba lo suficientemente alterada como para pensar en las consecuencias, cada objeto en la habitación giraba con más potencia.

- Cariño. - Dijo nerviosa mientras se acercaba con cuidado a mi, como si dudara de cada paso que daba ;los objetos de vidrios que habían en la habitación caían haciendo un estruendo al quebrarse. - Cariño. - Sollozó y sentí como un nudo se formaba en mi garganta mientras las lágrimas volvían a salir, mis piernas empezaron a temblar, como si ya no resistieran mi peso. Tomé mi cabeza entre las manos y caí de rodillas. Cerré mis ojos, deseando que todo acabara. - A... Aquí estoy. - Sentí un calor recorrerme todo el cuerpo. - Aquí estoy cariño. - Dijo mientras daba ligeros toques en mi cabeza. La tensión que se encontraba en mi cuerpo comenzaba a desaparecer, mientras cada objeto volvía a su lugar. Me aferré al abrazo en el que me había encerrado mi madre, y lloré, lloré como una niña a la que le han quitado su dulce favorito.

INFORTUNIO. ©Where stories live. Discover now