Capítulo 31

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"Dando el siguiente paso"

Desde que los chicos se enteraron que Sam y Remus estaban saliendo, la pareja se sentía más libre y sin aquella preocupación de ser atrapados (porque eso ya había pasado). Así que ahora podían andar de la mano por los pasillos, y compartir sutiles besos cuando creían que los chicos no los veían.

-Aún no lo creo -dijo Sirius recostado mirando hacia su amiga-. ¡Están juntos! Lo hiciste.

-No hice nada -aclaró la chica-. Él, sólo me besó una noche y así empezó todo.

-Lo que no entiendo es ¿por qué me lo ocultaste? Yo era tu confidente sobre Remus -dijo con una mano en su pecho haciéndose el dolido-. ¡Dos meses a escondidas de nosotros!

-Creoque solo quería asegurarme de que esto iba enserio. O sea, aun no somos novios, solo... estamos saliendo. No es nada oficial... aun.

-Oh, entiendo, entiendo... -dijo, pensativo

De pronto, Sirius abrió sus ojos con sorpresa y apuntó a Samantha con su dedo índice, mientras cubría su boca.

-Entonces si llevan dos meses juntos... Eso quiere decir que estuvieron juntos para el Día de San Valentín -exclamó con sorpresa.

-Exacto -respondió Sam, entre risas.

-Para tu cumpleaños -la señaló y ella asintió con una sonrisa-. Para su cumpleaños -señaló la cama de Remus, y ella volvió a asentir-. ¿Por eso no quisieron ir a Hogsmeade en San Valentín?

Sam rió.

-Sí, queríamos tener una sesión de sexo salvaje sin ser atrapados por ustedes.

Sirius abrió los ojos como platos, pero cuando vio que su amiga se retorcía de la risa por lo que había dicho entendió que era sólo una broma.

-No me sorprendería, viniendo de ti, que en realidad lo hayan hecho -Sam lo miró ofendida y le sacó su dedo del medio.

-Llevábamos una semana juntos, estúpido -lo golpeó en el hombro-. Ese día comimos un pastel de chocolate que lo elfos nos hicieron y caminamos por el castillo.

-¡Que romántico! Lunático es el maestro del romanticismo -dijo con voz soñadora el pelinegro.

●●●

Remus había esperado pacientemente esas dos semanas a que la cuarta salida a Hogsmeade llegara. Pero ahora que había llegado el día, se sentía demasiado ansioso y no estaba seguro de si iba a poder hablar apropiadamente cuando quisiera decirselo a Sam.

Caminaban por el pueblito con sus manos entrelazadas, y cada cierto tiempo, Remus las separaba para secar el sudor de su mano. Demonios, pensó, estoy demasiado nervioso.

Él le había dicho que ir a la cafetería de Madame Puddipié era una buena idea para su primera cita oficial. Pero una vez que llegaron sintieron nervios al ver lo empalagoso que era el lugar. Aun así, se sentaron en una mesa, y esperaron a que la misma dueña los atendiera.

-¡Que joven pareja tan linda! -fue lo primero que escucharon. Las mejillas de Remus se tiñeron de un rojo muy suave y sonrió hacia la señora.

-Gracias -sonrió la chica manteniendo sus manos entrelazadas por encima de la mesa.

-¿Han decidido qué tomarán?

Ambos negaron con una sonrisa, y la señora les sugirió cosas del menú, y después se fue sin antes decirles que la llamaran cuando estuvieran listos.

Estaré a tu lado▪Remus Lupin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora