- CAPITULO 5 -

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"El alma que puede hablar a través de los ojos, también puede besar con la mirada."

Autor desconocido

Un insistente golpeteo taladraba mi cabeza, despertando así de un profundo sueño. Me encontraba tendido en la cama con las sábanas revueltas y leve dolor de cabeza.

—¡Colin! ¡Ábreme! —A lo lejos, la chillona voz de Natasha se volvía insoportable.

—¡Dios! ¿Qué más quieres de mí? —Suspiré con pesadez y me dirigí a su encuentro.

Abrí la puerta y la observé de pies a cabeza. Tenía puesto un vestido rojo ajustado y unos tacones demasiado altos en lo que a mí respecta. ¿Cómo demonios no se quebraba el tobillo caminando con eso? Que complicadas y absurdas podían resultar a veces las mujeres.

—Nat... —La invité a pasar. Parecía una niña emocionada mientras hablaba sin detenerse a respirar siquiera un segundo. Rodé los ojos y me concentré en no romperle el cuello, por su culpa sentía la cabeza a punto de explotar.

—Baby iremos de compras, ¡así que vístete! —Fruncí el ceño.

—No tengo la necesidad de comprar nada —respondí tajante.

—¡Claro que sí! ¡Vi un vestido divino en la boutique de Marian y tú llevarás algo que combine con él! —Rodé los ojos, no tenía ganas de discutir con ella.

—Okey, voy a alistarme, ponte cómoda.

Luego de colocarme una camisa leñador con unos jeans desgastados y una chaqueta, lavé mi rostro y cepillé mis dientes para dirigimos al centro comercial.

Vagamos durante unas horas mientras Natasha se hacía de cuanto maquillaje, accesorio y ropa encontraba. Fuimos a la tienda de su amiga y se llevó el vestido que había visto con anterioridad; era ceñido al cuerpo y bastante escotado de un color azul eléctrico. La verdad es que dibujaba su silueta de manera imponente; tanto así que me daban ganas de echarle un pequeño polvo en el probador pero estaba bastante histérica así que no le insistí.

Luego de haber almorzado volvimos a mi apartamento y tuvimos sexo; ese vestido había despertado el lado animal que me hacía disfrutar de su carne olvidando así mis ganas de asesinarla.

—Debo irme, hoy tengo una pequeña reunión con uno de los managers de una gran marca de ropa interior. Te espero a las siete baby, ¡bye! —Plantó un pequeño y sonoro beso a lo que simplemente sonreí, escuché como la puerta se cerraba y entonces caminé hacia el baño.

Me observé al espejo y recordé vanamente la noche anterior. No tenía marca alguna de mordida y no me sentía extraño por lo que supuse habría sido una de las tantas pesadillas que evocaba mi mente. Simplemente quería convencerme de ello y olvidar el aroma a óxido que se hacía presente cada vez que evocaba la imagen de sus ojos.

Tomé un largo baño caliente y me relajé, decidí descansar un poco, comer algo y alistarme con tiempo para ir por Natasha.

Llegué a su casa en punto ya que solo quedaba a treinta minutos exactos de mi apartamento. Ella aún vivía con sus padres, los cuales me han tratado de maravilla en estos pocos meses. Son un poco superficiales pero amables en fin.

—Papá y mamá ya están en camino —pronunció al salir de la casa y cerrar la puerta—, aquí está la dirección —Me tendió una tarjeta y minutos después nos dirigimos hacia el lugar.

—Oh Colin, ¡cariño! —Shirley la mamá de Nat me sonrió amablemente mientras me abrazaba y besaba mis mejillas.

—Shirley —respondí con una media sonrisa.

COLINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora