Capítulo 5.

14.1K 932 91
                                    

Al día siguiente desperté realmente molesta, me levanté de mi cama, cogí una toalla y me dirigí a la ducha; luego de un largo baño salí y desayuné con familia.

Salí de casa con dirección a la escuela, tomé el autobús y luego de un par de minutos llegamos, bajé y allí se encontraba Scarlett, tan linda cómo siempre, con esa hermosa sonrisa tan brillante como las estrellas, y sus ojos... sus ojos me derretían por dentro, todo en ella me encantaba.

Salí del bus medio atontada, ella me saludó, se acercó a mi y depositó un tierno beso en mi mejilla, me pidió disculpas por lo ocurrido el día anterior y comenzó a platicarme de su llegada al nuevo instituto.

En todo el camino no dije ni una sola palabra, al terminar ella de hablar me preguntó:

—¿Te encuentras bien? te noto algo distraída.—

—El chico de ayer, ¿es tú novio?—

—No. Su nombre es Diego, es un compañero de mi curso.—

—Oh, ¿y por qué te estaba besando ayer?—

Scarlett se quedó en silencio.

Caminé más rápido hacia el instituto, me dirigí a mi aula de clases y ella igual entró a la suya, algo confundida por la forma en la que salí huyendo, literal.

Pasaron las clases común y corriente, a la hora del receso ella se encontraba esperándome en la puerta de mi aula, la saludé normalmente y me pidió que la acompañara al baño; Diego no había asistido a clases debido a que se encontraba enfermo, y supuse que al ser nueva no tenía con quién más salir.

Llegamos a los baños, Scarlett entró en uno y yo me quedé esperándola en los lavabos, no podía dejar de pensar en sus hermosos labios, y no resistí la tentación.

No se encontraba nadie más en los baños, así que en cuanto Scarlett abrió la puerta la empujé suavemente dentro, me giré y cerré la puerta, luego nuevamente volteé dónde se encontraba ella, me miró algo confundida y preguntó:

—¿Qué haces?—

—Me gustas, y mucho, Scarlett.—
Procedí a acercarme un poco más a ella y la besé, luego de unos segundos de oponer resistencia me continuó el beso, gracias al cielo; Puse mis brazos al rededor de su cuello pegándome más a ella, empecé a besarla más apasionadamente y pude sentir cómo se excitaba, pues sus pezones se estaban endureciendo. Luego ella...

[...] continuará. 

Muñecas de porcelana.©Where stories live. Discover now