Capítulo 17

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Se quedó mudo por unos instantes, sumergido en la peor de las vergüenzas. No encontraba suficientes motivos para haber actuado como lo hizo, sin quedar ante su Rey como un simple degenerado que estaba impaciente por encontrarse con la muerte.

Y a todo esto, ¿qué pensaría ahora Thranduil de él? De por sí, no había mucho que estropear, pues sus expectativas para con él siempre fueron bajas, pero... Eso que hizo no sólo hacía posible que su relación empeore, sino que además había cometido prácticamente un delito al asaltarlo como lo había hecho.

- Así que... ya lo sabes- Indagó Kherion, intentando saber qué tanto entendía su amigo de la situación apretada en que se hallaba.

- Sí. Me llevó mi tiempo comprenderlo, porque al principio me resistía a la idea... Era como algo... antinatural, sin ofender-

Las mejillas del joven elfo silvano se tiñeron aún más al escuchar aquello, que era casi como una acusación en su contra.

- Pero no te estoy juzgando, amigo mío. Debes saber que siempre he querido lo mejor para ti- Habló Erundur, tomando algo de aire para poder continuar su discurso. Una vez que se encontró en condiciones para soltar la verdad y ayudar al otro a afrontarla juntos, dijo: - Pero el rey Thranduil no es lo mejor para ti... Eso creo yo que ya lo sabes-

Kherion soltó un profundo respiro. Por supuesto que ya lo sabía, siempre, desde el mismo momento en que comenzó todo esta tortura. Pero, ¿por qué era tan doloroso admitirlo? Si, después de todo, ya lo había aceptado... Aunque parecía que no al cien por ciento... Aún dolía.

- ¿Estoy demente?- Se preguntó a sí mismo, pero por error, terminó diciéndolo en voz alta.

- No, no digas eso- Su amigo intentó apoyarlo. – Quizás estás algo confundido-- - Mas fue interrumpido.

- No es ninguna confusión. Lo sé porque eso mismo pensé yo cuando comencé a sentir... esto. Pero ya no puedo controlarlo, es algo más fuerte que yo... Temo que me domine algún día... Por eso creo que estoy loco-

- Está bien, estás enamorado entonces-

Las palabras de Erundur, -Kherion no supo entender por qué-, le sonaban forzadas, como queriendo ocultar el dedo con el sol. Estaba más que claro que su amigo no apoyaba ese extraño sentimiento, y el más joven no lo culpaba por eso, pero no podía evitar sentirse decepcionado.

Por su parte, Erundur canalizó ese desencanto proveniente de esos expresivos ojos verdes hacia él, e, inhalando y exhalando lentamente un par de veces, sintió que ya era el momento de ser lo más sincero posible con el otro, abrirse de una vez y expiar las posibilidades para ayudarlo.

- Mira, no sé si está bien que yo sea el que te diga esto, pero... - Dudaba. No lo tenía en claro aún, pero el lazo de amistad que tenía con Kherion era algo demasiado valioso para él, y ya no quería seguir estropeándolo. – Como sabrás, yo llevo unos buenos pares de años en este reino, y he vivido y presenciado mucho más que tú, o incluso, que el mismísimo Thranduil... Siento que es mi deber decirte algo que creo, debes saber-

- ... ¿Qué es?- Dijo Kherion, con un hilo de voz. Por un momento, un escalofrío le recorrió la espalda, lo cual no era un buen augurio.

- Una vez tu padre, el anterior vasallo real, vino a mí con cierta... incertidumbre- Calló. Debía ser cuidadoso ahora. Tomó aire, y volvió a hablar. – Él... se había enamorado de quien era rey en aquel entonces, el señor Oropher-

En ese momento, otro escalofrío volvió a recorrer el cuerpo del más joven, dejándolo expuesto al sentimiento de despojo que sintió al oír eso.

Para servirle y amarlo eternamente [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora