17 "Zapatillas"

368 43 7
                                    

Nuestro primer encuentro no comenzó muy bien. Nacho y yo salimos del clubhouse cada uno acompañado por su entrenador como dos boxeadores a punto de subir al ring.

— Solo quiero que sepas— Me dijo—Que hago esto únicamente porque mi entrenador piensa que es necesario que mejore mi imagen con la prensa. En lo que a mí concierne, me importa muy poco lo que digan sobre mí. Pero a mi padre y a mi entrenador les importa, de modo que hago esto por ellos.

Caminábamos uno junto al otro a lo largo del sendero que conducía a las canchas. La gente dejaba de hacer sus cosas para mirarnos con interés. Tanta atención me ponía un poco nerviosa.

  — Me dijeron que lo tomara como un intercambio— Prosiguió hablando en voz baja para que nadie más pudiera escuchar— Vos le ayudas a mi imagen y yo te ayudo con tu tenis.

Le lancé una mirada furiosa.

— No sé por qué, pero me parece que mi tenis no necesita tanta ayuda como tu imagen— Le respondí en un susurro— No creo que el intercambio sea equitativo.

— Lamento que te sientas así.

Una breve sonrisa le cruzó el rostro, entonces se adelantó, subió los escalones y entró a la cancha. Cuando levantaba el pie para seguirlo, me pisé uno de los cordones de mis zapatillas. Los dedos de los pies me dolían por lo que habían apretado el día anterior. No tenía ganas de volver a ponérmelas, pero Guillermo insistió en que las tenía que llevar puestas hasta que me tomaran algunas fotos con ella. Como fuera, cuando traté de levantar el pie casi me caigo.

Reaccioné sin pensarlo; me tomé de la cintura de Ignacio. Se dio vuelta y me miró sorprendido.

— Se que soy irresistible, pero ni yo me gano a las chicas tan rápido— Se burló con una mueca.

— Para tu información— Le dije con el tono más altanero que pude encontrar— Tropecé con un cordón de la zapatilla y casi me rompo la cara. Hubiera preferido agarrarme de un árbol o algo así, pero no había nada mejor a mi alcance.

Nacho parecía muy divertido, como si ya se hubiese apuntado un tanto en contra mío.

— ¡Maravilloso! Me pusieron como compañera a alguien que se tropieza con su propio pie antes de haber entrado siquiera a la cancha. Dijo. Se equilibrio cuando vio mis zapatillas— ¿Qué es lo que te has puesto en los pies? Más que calzado parecen mochilas.

— Y así es como las siento— Tuve que admitir— Pero la empresa que las fabrica es mi primer auspiciante y mi entrenador dice que tengo usarlas, por lo menos hasta que me hayan sacado algunas fotografías con ellas.

— Oh, eso lo explica todo— Dijo mirándome por primera vez como a una persona normal— Deberías ver algunas de las cosas que los auspiciantes me han hecho usar— Por un segundo nos miramos a los ojos. Entonces, un flash nos iluminó los rostros y Nacho me soltó el brazo como si lo hubieran quemado.

— Malditos fotógrafos— Se volvió a su entrenador— Sácales de la cancha, Thiago. No jugaré si hay fotógrafos en los alrededores.

— Pero, Nayar, cálmate— Le dijo Thiago— Sólo quieren una foto de ustedes dos juntos.

— Bueno ya la tienen. Ahora que se vallan— Manifestó con firmeza—No jugaré al tenis con flashes encandilándome todo el tiempo y eso es todo—Con paso airado, se dirigió hacia el banco y allí dejó sus raquetas—Estoy hasta acá con la presa—Gruñó señalándose la frente.

— Sólo están haciendo su trabajo— Le dije en voz muy baja.

— ¿Que sabes vos de esto?— Preguntó— Espera a que comiencen a perseguirte todo el tiempo y verás si te gusta o no.

Empezamos a jugar con dos chicos profesionales que se ofrecieron. Las pelotas ibas y venían de un lado a otro. Ignacio no sólo pegaba muy fuerte, sino que además era un jugador muy agresivo. Todo el tiempo subía hasta la red para volear con fuertes remates. Además, era obvio que había decidido que yo estaba en la cancha como decorado. A menos que la pelota llegara a algún sitio fuera de su alcance, las jugaba todas por mi. Cuando Damian me envió una hermosa pelota que volaba desde muy alto directamente hacia donde yo estaba, Nacho saltó hasta mi lado y me la robó.

— ¿Te importaría?— Le grité— ¡No estas jugando singles, por si no lo sabías!

— Disculpa— Replicó— Creí que querías que me hiciese cargo por vos de los tiros difíciles.

— Pues no— Le respondí tajante, dando un paso atrás mientras hablaba para recibir un medio voleo.

Si cree que me va a pisotear con facilidad, se llevará una buena sorpresa. Yo le voy a demostrar que no se tendría que haber metido con esta Princesa de Nieve al Niño Mimado.


N/A:

Si pueden vallan a mi perfil a votar en la encuestaaaa, is important.


Dobles MixtosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora