Capítulo 42: No quiero verle

3.2K 228 1
                                    

Dos semanas después...

-Dios, qué calor. ¿Como es posible que estemos a junio y el mundo parezca un horno encendido a doscientos grados? -Se quejó Britt desde su habitación.

Últimamente ni siquiera me había preocupado por esos comentarios irritantes de Brittany. Daniel la solía calmar trayéndole helado. No sé por qué, pero cuando lo hacía, Brittany se ponía a saltar y gritar como una loca y abrazar a su amigo dejándole sin respiración.

-Oh, cállate ya. -Gritó Mateo desde el salón irritado. -Todos nos hemos dado cuenta.

Desde mi habitación se podía oír todo. Incluso lo que no quería oír, como quejas de esas.

-Esther, vamos a la playa, ¿te vienes? -Dijo alguien entrando por mi habitación sin permiso.

Tuve que hacer duros esfuerzos en dejar de mirar el techo e incorporarme en la cama. Brittany tenía una mirada de "Te iría bien salir y conocer el mundo exterior".

-¿Quiénes vais?

-Eh... Jess, Hayden, Jacob, Lewis, Daniel y Noah. -Respondió sonriendo. -Megan está castigada. -Aclaró por último.

Nunca había hablado con Hayden, y Jess creo que sólo alguna vez, pero no mucho. Me relacionaba más con Jacob y Lewis. Y Megan... simplemente no me importaba mucho. No era una persona importante en mi vida, más bien, era una desconocida.

-No, gracias. -Contesté directa después de unos segundos de pensarlo.

Alcé los brazos de nuevo hacia los lados y me dejé caer en la cama cansada de la vida.

-Oh, venga. Pareces una rata encerrada. Al final acabarás convirtiéndote en un vampiro chupa sangre. Y aquí vive gente. -Dijo Britt sarcástica y se dirigió a mi cama.

Me cogió de los brazos haciendo fuerza para levantarme pero yo me resistía. Al final, Brittany me soltó y alzó las manos derrotada.

-Está bien. Contigo no hay manera. Lo he entendido.

Se giró hacia la puerta y empezó a caminar. No me apetecía nada salir con amigos ahora mismo. Era uno de esos momentos en los que necesitaba estar sola, mirando el techo estirada en mi cama toda la semana. Pero estar inquieta para mí era imposible. Supongo que no me iría mal quedar con amigos, sólo si no viene Noah, claro.

-Espera. -Dije haciendo que ella se girara cruzándose de brazos. -Iré con vosotros con una condición.

-¡Sí! ¿¡Qué condición!? ¡La que sea! -Gritó ella mientras daba saltos de alegría y palmadas con las manos.

Yo no me alegraría tanto, Britt.

-No quiero ver a Noah.

-Oh, venga ya... Todo menos eso... -Murmuró Brittany pegándose en la frente. -Esther, sabes que tienes que arreglarlo con él. Él está muy confundido, ni siquiera sabe si sois algo. Por favor...

-No. No pienso ir con él. -Negué con la cabeza poniendo morritos como una niña pequeña.

-Pues muy bien, porque yo te obligaré.

Brittany se remangó las mangas de su blusa y se acercó a mí con cara enfadada.

-¡No! ¡No quiero ver a Noah! -Grité en cuanto Britt me cogió de las piernas y empezó a tirar de mí para soltarme de la cama.

-¡Lo vas a ver y vais a hablar!

Mi cerebro no podía responder en esa situación, todo lo que tenía que hacer era sacar todas mis fuerzas para romper las sábanas si era necesario.

De pronto, Brittany paró en seco y yo casi me mato de tanto empujar hacia el otro lado. Pero en seguida me di cuenta de por qué había parado. Alguien estaba tocando a la puerta.

-Oye, chicas, ¿qué está pasando?

La puerta se abrió y dejó ver a una Verónica un tanto cabreada por nuestros gritos.

-Nada. Esther viene conmigo a la playa. -Se apresuró a decir Brittany y me cogió del brazo mientras me sacaba fuera de la habitación.

-Mierda... -Murmuré cogida de la mano de mi hermanastra.

Brittany me prestó una bolsa con un bañador y chanclas. Todo lo que era necesario para un día de playa. Ya a estas alturas ni siquiera me había comprado un bañador para la playa, por eso me prestó el suyo.

Maldecí todo el camino hasta que llegamos a la puerta de la entrada.

Ella abrió la puerta y dejó ver un coche aparcado en la carretera delante de nosotras.

Un coche que no veía desde que Noah me llevó al hospital a visitar a Maddie. Oh, mierda.

Divisé el rostro de Noah dentro del coche mirando hacia aquí. En cuanto nuestras miradas se cruzaron, Noah se tapó el rostro con la mano mirando hacia la carretera.

Me volví hacia Brittany avergonzada y mi cara se volvió roja como un tomate a causa de la ira.

-Eres una...

-Muy buena hermana. -Me interrumpió mientras me cogía del brazo y empezaba a caminar hacia el coche. -Vamos.

Llegamos al coche de Noah y nos paramos las dos frente a él. Brittany estaba a punto de abrir la puerta de atrás para dejarme a mí la del copiloto. Miré hacia atrás del coche y estaban Jacob y Lewis. Mierda.

-¿Esto lo has hecho para fastidiarme? -Susurré hacia ella.

Ella se volvió hacia mí con una cara maligna mientras sonreía como una arpía.

-Te odio. -Dije mientras abría la puerta del copiloto y me sentaba al lado de Noah.

Miré hacia los asientos de atrás y vi a Lewis hablando con Britt, y a Jacob mirando por la ventana. Genial, me había quedado sola.

Una de las opciones que tenía para evitar un desastre monumental era mirar por la ventana fingiendo estar distraída como hacía Jacob. La otra no la sabía y seguramente no existía.

Por eso me limité a mirar por la ventana de espaldas a Noah ignorándole durante todo el camino.

Sí, eso era lo mejor.

Cuento Hasta Tres ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz