Capítulo 2: Un nombre

473 47 3
                                    

Ruki y sus hermanos estaban disfrutando de una tarde tranquila. Luego de aquella noche tan estresante con esas vampiresas que era más que obvio que eran una caza recompensas, o por lo menos, eso era más notorio en Marguerite. Todos estaban en la sala principal de la mansión, sentados y viéndose entre sí. Hablaban de cosas cotidianas y trataban de evitar hablar de las mujeres Ghent. Entre la plática, Yuma vio a Ruki y decidió dar su pregunta esperada que llevaba desde hace un rato.

-Oye Ruki ¿Te parece si la cena de esta noche son ravioles? Tenemos tiempo de no comerlos sinceramente.-

-¡Buena idea, Yuma!- exclamó Kou. -No debe haber una ocasión especial para que podamos comerlos. Ya se nos vienen antojando desde quien sabe cuando.-

Ruki vio a los otros tres vampiros con su mismo rostro serio, pues realmente se estaba pensando eso. Normalmente, no comían ravioles como si se tratara de desayunar cereal con leche. Es más, muy escasas veces se le había ocurrido cocinarlos, por lo que esa petición le fue un poco una sorpresa. -No sé si tenemos la pasta y el resto de los ingredientes para hacerlos, la verdad.- se limitó a decir el vampiro del cabello grisoso.

-Entonces hay que salir a comprarlos.- comentó Yuma. -Es de hecho buen momento para cosechar lo que sembré del jardín. -

El mayor de los chicos siguió mirándolos, sintiéndose como un padre cuyos hijos les suplicaban para que entraran a una dulcería. Aunque no le insistieron de ese modo, Ruki se vio forzado de alguna manera, pero de todas formas, pensó que no haría daño cocinar dicho platillo y así poder convivir de buena manera con sus hermanos, pro lo que al final, accedió a cocinar los ravioles para la cena. No sólo eso, decidió que iría él mismo a comprar la pasta y otros ingredientes necesarios para ello en lo que Yuma cosechaba y Kou y Azusa ayudarían en otras cosas. El mayor de ellos se despidió y tomó la camioneta  con su chofer para que los llevaran al pueblo cercano y poder ir a un mercado.

Después de un buen rato, llegó y se bajó en un parque, donde le indicó al chofer a que hora debía volver por él en ese mismo lugar, acto seguido, fue a comprar todo lo necesario, lo cual no era mucho en realidad. Después de por lo menos una media hora, Ruki ya tenía a la mano todo lo que necesitaba y resultó algo temprano para que el chofer llegara de nuevo, por lo que solo suspiró y caminó en busca de una banca para poder sentarse. Sin embargo, al caminar, se topó con algo, o mejor dicho, alguien: era una joven muy hermosa, alta, delgada, de cabello castaño claro y ojos verdes. Estaba muy aseada, con su cabello brillante y suave, y su ropa, la cual era un vestido de colores verdosos hasta la rodilla de corte strapless, junto a unas zapatillas sencillas color gris, se veía que era de marca. La chica estaba discutiendo con una persona, que al parecer, estaba maltratando a quien parecía ser su sirviente o algo parecido.

-¡Él no es una propiedad, imbécil! ¡No puedes encadenar personas como si se tratara de  muebles! ¡Te exijo que lo deje en paz y lo trates con respeto!- gritaba la muchacha, mientras que el hombre solo le imitaba a gritarle que no se metiera en sus asuntos y que se largara mientras agarraba a su "criado" de la ropa.

-Oye ¿Qué forma de hablar es esa?- dijo Ruki, dirigiendose al hombre, así metiéndose en el asunto mientras aún sostenía la bolsa de sus compras. El hombre lo vio, y a pesar de que tenía ganas de mandarlo al diablo, simplemente se limitó a decir que es cosa suya tratar al "ladrón" como es debido, pero era claro que sólo estaba poniendo excusas para matratar libremente a su sirviente. La joven miró al hombre, sintiéndose indignada. -Un sirviente, o quien le ayuda en la vida cotidiana, no es un ladrón. Y los que si lo son, simplemente no lo pueden evitar.-

Aquella respuesta de la chica le dio mucha curiosidad a Ruki, por lo que dejó que ella se expresara libremente.

-Si no educas a la gente y corrompes sus modales que aprendieron de niños, entonces castíguenlos por delitos a quienes influyeron su primera educación. Es decir ¿Que concluyes? Que los hacen ladrones y luego los castigas.-

Las palabras de la linda joven congelaron y dejaron pensando tanto a Ruki, como al hombre con su criado y a otras personas que escucharon. . Ruki quedó tan impresionado, que únicamente miró al hombre y le habló. -Bueno, ya la oíste. Deja a esa persona en paz.-

-Usted no es na...-

-Dije que lo deje.- insistió Ruki, mirándolo. Al final, el hombre se limitó a asentir de forma apenada y caminar a otro lado. El criado vio a la joven y se lo agradeció mucho que lo defendiera, acto seguido, se fue caminando detrás de su patrón. La chica sonrió y volteó a ver a Ruki. -Gracias- le agradeció por defenderla, acto seguido, caminó a otro lado. Pero la curiosidad del vampiro seguía intacta, pues sentía que a ella ya la había visto antes, pero no podía recordar de donde o cuando. Eso, además de que notó que ella no era humana, sino vampiresa, notándolo por los colmillos que le sobresaltaron al momento en el que ella le dio las gracias. Por todo eso, comenzó a seguirla.

-Oye ¿Nos conocemos?- preguntó él, viéndola con algo de rareza. La chica muy apenas volteaba y daba pasos rápidos hasta casi trotar, así pareciendo que quería evitar al vampiro.

-No lo creo. Vine hace muy poco para visitar a una prima- respondió ella, pero no sonaba segura de lo que decía, pero Ruki seguía preguntando, pues quería respuestas, únicamente para saciar su curiosidad o confusión, lo que sea que lo tenía así. -¿A quien?-

-No es de tu incumbencia.-

-Um ¿Me estas evitando a propósito o simplemente no quieres darme nombres?- preguntó Ruki, cruzando los brazos, aún con la bolsa de compras en mano. -Porque creo que es interesante conocer a quien puede citar a Thomas Moro.- Al oír eso, la chica volteó a verlo.

-¿Has leído "Utopía"?- preguntó ella, pues todo lo que había dicho, fue citado de dicho famoso libro y eso lo reconoció Ruki, pues el libro que siempre ha leído, era ese precisamente. -Bueno, parece que no soy la única persona rara aquí.- comentó la joven, acto seguido, trató de alejarse del chico para que la dejara en paz. Sin embargo, Ruki le tomó el brazo con un poco de agresividad y mirándola fijamente, como si ya hubiera llegado al límite.

-Es en serio. Dame un nombre, cualquier nombre pero dámelo.- dijo con un poco de arrogancia. La chica lo vio sin miedo al comportamiento de Ruki, es más, lo vio de manera neutral, pues tal parecía que sabía que se trataba de que ambos eran vampiros y que no tenía miedo de él. Ella sólo suspiró con un poco de fastidio y finalmente le respondió. -Sólo te daré un nombre: Nicole de Lancret.-

-Bueno, no era tan difícil. En fin, para que no te parezca injusto, "Nicole", yo soy Ruki Mukami.- respondió él, soltándola, ya satisfecho. En ese momento, vio que el chofer de la camioneta llegó y que lo estaba esperando. Sólo había volteado unos cuantos segundos, hasta que regresó la vista a la chica, Nicole, para poder decirle por lo menos que ya se tenía que ir, pero ella se le adelantó, pues desapareció de su vista completamente. El que ella haya desaparecido como si nada no le importó realmente, por lo que se subió al vehículo y dejó que lo regresaran a la mansión para poder comenzar a cocinar los tan esperados ravioles. Pero lo que no podía dejar de pensar, era en que podía asegurar que antes había visto a la chica, pero simplemente no lograba recordar.

The Mysterious Lady (Diabolik  Fanfics de Romance Dark Blood) Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora