Just A Fan Jacob Whitesides

Capitulo veinte.

Sintonice el canal y espere unos minutos hasta que los comerciales llegaran a su fin. En la pantalla apareció el presentador y un lado de el estaba Jacob, sentí una presión en el pecho al verlo.

―Cuéntanos como va tu relación con Emilie. ―Pidió el presentador, luego de ya haberle hecho varias preguntas.

―Bien, somos amigos. ―Dijo simple, haciendo una mueca.

― ¿No estaban saliendo? ―Pregunto confundido.

―Es complicado. ―Dijo, haciendo una pausa. ―Solo... dejamos de intentarlo por un minuto, tenemos muchas cosas en nuestras cabezas en estos momentos, así que decidimos dejarlo.

― ¿Aun la quieres?

La pregunta hizo que mis ojos comenzaran a arder, el dirigió su mirada hacia la nada y se mantuvo así un par de segundos.

―Sí. ―Soltó, regresando su mirada al presentador.

―Lo lamento mucho. ―Dijo, Jacob solo le dedico una sonrisa. ―Se nos ha agotado el tiempo.

Antes de que terminara su despedida, apague el televisor y lance el control remoto en algún lado de mi cama.

Decidí no faltar otro día a la universidad y me levante de la cama. Me dirigí al baño perezosamente y abrí el agua caliente junto con la fría. Espere a que el agua estuviera a una temperatura adecuada y me despoje de mi ropa para poder entrar.

Recordé lo que había escuchado hace un par de minutos en la televisión y de mis ojos comenzaron a salir lágrimas, que se vieron disfrazadas por el agua de la regadera.

Salí con una toalla envuelta en mi cuerpo y me vestí con algo cómodo. Me mire en el espejo de mi habitación y pude notar las grandes ojeras que se esparcían por debajo de mis ojos.

Tome las cosas necesarias y salí de mi departamento para dirigirme a la universidad. Todos estaban en la primera clase, la cual yo había perdido. Vi como a poco a poco los pasillos que estaban totalmente vacios, comenzaban a llenarse con personas caminando de un lado a otro.

Me dirigí hacia la siguiente clase y tome el tercer asiento de la fila de en medio, solté un suspiro y pase mis manos por mi rostro. El salón comenzó a ser llenado y pude ver como Daniel entraba al salón y se sentaba al puesto que estaba en la fila de mi lado izquierdo.

―Necesitare tus apuntes de ayer. ―Me dirigí hacia él.

―Seguro. ―Dijo antes de que el profesor entrara al salón.

El profesor comenzó a anotar cosas en el pizarrón, las cuales yo solo me limitaba a transcribir en mi cuaderno. Al terminar las clases, camine lentamente hacia la salida siendo perseguida por Daniel.

―Aquí tienes. ―Dijo haciendo que me detuviera y extendiéndome su cuaderno.

―Gracias, te lo devolveré cuando termine. ―Anuncie, tomando su cuaderno.

―Alégrate, en menos de dos semanas ya no tendremos que estudiar más. ―Dijo tratando de darme ánimos. ―Nos vamos a graduar. ―Anuncio al ver mi cara de confusión.

―Cierto. ―Asentí.

― ¿Ya tienes vestido para el baile o pareja? ―Pregunto cuando comenzamos a caminar hacia la salida de la universidad.

―No tengo cabeza para eso ahora. ―Dije pasando mi mano derecha por mi rostro en señal de frustración.

―Lo quieres. ―Soltó, afirmando algo que ya sabía.

―No sabes cuánto.

― ¿Terminaron por mi culpa? ―Pregunto apenado.

―No, no te preocupes.

―Te llevare a tu casa. ―Ofreció.