Té de jengibre.

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9

Después de la escuela, Alaska y Regina cruzaron hacía Erand y entraron a la misteriosa casa de madera. Una semana había pasado desde la ultima vez. Pero está vez, la puerta de la habitación estaba cerrada y fueron a otra. Era otra persona, eso se podía notar por el tono de la voz a pesar de que esta
estuviera distorsionada.

—¿Qué horrible historia nos tienes hoy? — pregunta Regina entrando en la habitación.

—La Guerra Roja. ¿Les gusta la idea?— las dos se sentaron en el polvoso suelo y esperaron a que empezara. —De todas formas, iba a contarla. Pues no tienen como salir de ¡la!— se calmó despues de gritar la ultima palabra. —casa.  Su risa malévola inundó toda la habitación, la piel se les puso china.

—Puede dejar de hacer esto tan tétrico y empezar con la historia.
Dice Regina un poco molesta.

—La guerra empezó hace unos cuarenta años y terminó dos años después, aquí en Erand. Probablemente les den está clase en historia, pero ignorando demasiadas cosas y aquí la sabrán tal cual pasó.

—Empiece. Pidió Alaska poniéndose nerviosa, la sombra empieza a hablar.

—Bueno. Hace cuarenta años, no existía el término sangre roja simplemente era gente del pueblo. La reina anterior empezó a hartarse de que gente común y corriente, del pueblo pudiera ser parte de la realeza.

Regina recordó que había leído algo sobre eso. Seas de la realeza o una persona más en el pueblo, puedes estudiar en Agravar si a los 19 años te envían una invitación, es una invitación como las que llegan cuando te invitan a un baile real, sólo que esta da un giro a tu vida. Si no te casas saliendo de la escuela, no puedes ser rey pero sigues siendo parte de la realeza, duque, marqués, asistente, secretaria, maestro o directora en Agravar, en fin, si estudias en Agravar vas a tener algo que ver con la realeza, seas del pueblo (sangre roja, como los llaman) o hayas nacido en la familia real. El pueblo se convertía en la realeza.

—Entonces, empezó a tomar cartas en el asunto. Se hizo muy amiga de la directora de Agravar y la ayudaba a escoger quien iba a entrar y quien no, asegurándose de que entraran muy pocos sangre roja pero los suficientes para que no fuera muy notorio. Después, empezó a despedir de poco en poco a toda la gente que trabajaba en el castillo sin ser de la realeza y sustituyéndolos con gente de la familia. Las cosas se salieron de control.

—Soy yo o la voz es demasiado tétrica. Más que antes. —susurra Alaska al oído de Regina, esta contesta asintiendo con la cabeza. La voz vibraba en todas las paredes y en la única ventana, haciendo que las chicas temblaran.

—La reina seguía ayudando con las invitaciones, hasta que tuvo un gran problema con la directora porque esta descubrió lo que hacía, al grado de casi cerrar la escuela. La realeza de Erand se empezó a quedar sin nadie más que los reyes, una hija de tres años y su pequeño hijo que acababa de nacer, así que se unió con Bradene y Casatoviar que habían empezado a hacer lo mismo, sólo que sin salirse de control. El caso es que se unieron, casi quitan del cargo a la directora de Agravar y muchos sangre roja perdieron sus empleos, aunque no fueran en la realeza por el hecho de que la reina les decía.

»Aquí es donde empieza todo. El pueblo se pone pobre, pasan un invierno bastante horrible, pero cuando piden ayuda la realeza ni en Bradene ni en Erand los escuchan la reina, en un discurso dice que es para que aprendieran a dejar de meterse en la realeza. Cuando el invierno acabó mucha gente había muerto, pero el pueblo se levantó contra el reino y atacó por donde mejor pudo.

Los secretos de la realeza.Where stories live. Discover now