Capitulo 35: Un juego divertido

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Narra Dian:

Habían pasado un par de días desde que tuve esa pesadilla tan horrible. Cada noche, Pan volvía a tocar la flauta y yo la escuchaba. Pero desde que me dijo quienes escuchaban la flauta, no me gusta escucharla.

Esa mañana, me desperté temprano. Tanto que ni siquiera vi la fruta que Pan me dejaba cada mañana.

Me levante de la cama, me vestí y baje al campamento.

-Buenos días.- Dijo Pan a mis espaldas.

Me asuste mucho, por que me lo dijo al oído y sin avisar.

-¡No vuelvas ha hacer eso!-Le grite y él se río.

-Solo ha sido una broma.-

-Pues no hace gracia.-

-Depende a quien preguntes.-

-¿Que quieres?-

-Nada. ¿Quieres desayunar?-

-Estaría bien.-

-Estupendo, vámonos.-

-¿Como que "vámonos"?-

-Si buscamos el desayuno sera mas divertido.- Le mire raro y él me sonrió.- ¿Vienes o no? Tengo hambre.-

-Vale, vale.-

Salimos a pie del campamento, pero no tenia ni idea de a donde me llevaba.

Al final acabamos en un enorme claro. Pan se paro en medio y me sonrió al ver que le miraba raro.

-¿Este es tu gran plan?-

-Si.-

-¿Y donde esta el desayuno?-

-Ahí arriba.-

Pan señalo un árbol enorme y justo en la copa del árbol, había una cesta con fruta.

-¿Por que esta tan alta?-

-Para que subas a por ella.-

-¿¡Estas loco!?-

-Solo tienes que subir volando y coger la cesta. No es nada difícil.-

-Pero yo...-

-¿Subes o no?- Dijo serio acercándose.

-Pero no se como.-

-Piensa en cosas bonitas.- Sonrió.

Esto no me gusta. La ultima vez que volé, Pan me empujo desde una montaña. Esto es diferente.

-Piensa en cosas bonitas...- Susurré y cerré los ojos.

Sin darme cuenta, ya no tenía los pies en el suelo y me di en la cabeza con una rama.

-¡Abre los ojos niña pérdida! ¡Estas volando!- Me grito desde abajo.

Abrí los ojos y me vi a varios metros de altura. Vi a Pan, desde abajo riendo. Cogí la cesta, que ahora si que estaba a mi alcance. Pero algo paso cuando la cogí y me caí.

Empecé a gritar, pero Pan, me cogió en brazos antes de caer.

-¿Por que siempre tengo que salvarte?- Dijo levantando la ceja.

-Por que sino, te quedas sin desayunar.- Dije dándole la cesta mientras él me dejaba en el suelo.

Al final, nos comimos toda la fruta que había en la cesta entre los dos. Creo que ya no esta enfadado conmigo. Pero no pienso bajar la guardia.

-¿Por que me has traído aquí?-

-¿Como que por que?-

-Ya sabes, traerme aquí, hacerme volar hasta el desayuno...-

-Quería divertirme un poco.-

-¿Acaso te aburres en tu isla?-

-No, pero me gusta jugar.- Sonrió y me levanto la ceja.

-Eres un poco infantil ¿Sabes?-

-Según tu padre, sigo siendo un niño.-

-Ya...- Aparte la mirada.

A pesar de ver como decidió abandonarme, no puedo olvidar que sigue siendo mi padre.

-¿Te gustaría seguir jugando?- Me ha mirado pícaramente.

-Depende del juego.-

-Esta bien.- Se levanto.- Pues ahora, vuelves sola al campamento.-

-¿Que?- Me levante de golpe.

Pan soltó una pequeña carcajada y desapareció.

-¿Pan? ¡Pan!- Grite.- Sera...-

Empecé a andar al ver que Pan no contestaba. Al parecer, no puedo escaparme, pero ahora me deja sola a mi suerte. Muy lógico.

Llevaba un rato andando y no encontré nada. Ni a Pan, ni el campamento. Pero llegue a un lugar del que no tenia constancia.

Objetivo: NeverlandWhere stories live. Discover now