Capitulo 33: Ya lo escucho

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Narra Dian:

Me quede sentada en la cama, sin decir ni hacer nada. Pensando en mi sueño. Bueno, sueño... Pesadilla.

¿Por que mis padres estaban sufriendo? ¿Por que no podía ayudarles? No me gustan esta clase de sueños...

De repente, he empezado a escuchar una melodía preciosa. Inundaba mis oídos y me negaba a dejar de escucharla.

Me levante de la cama y me acerque a la ventana. No había nadie en el campamento, supongo que estarán todos dormidos. Es la primera vez que veo este lugar así, tan tranquilo. En silencio.

La música me llamaba, y yo no podía dejar de escucharla, a si que salí de mi cabaña y seguí la melodía. Estaba tan concentrada en la música, que ni siquiera me puse las botas y salí descalza.

No sabía a donde iba, pero no era muy lejos, dado que escuchaba la música bastante bien.

Sin darme cuenta, aparecí delante de la cabaña de Pan. La melodía procedía de dentro. Quería saber que era, a si que abrí un poco la puerta y vi a Pan tumbado en la cama tocando esa flauta suya.

-Eras tu...- Dije en un susurro.

Pan dejó de tocar y me miro asombrado.

-¿Que haces aquí?-

-He escuchado la flauta.-

Pan me miro sorprendido y luego miro la flauta.

-¿Enserio?- Asentí.- ¿Escuchas esto?- Empezó a tocar.

Mientras tocaba, no dejaba de mirarme para ver si lo que decía era verdad, y si que lo era.

-Te estoy diciendo que si. Ya lo escucho.-

-Vaya.- Se río.- Lo has conseguido antes de lo que esperaba.-

-¿Conseguir el que?-

-Ser la clase de persona que escucha la flauta.-

-¿Y... Que clase de persona soy?-

-Una que se siente abandonada y perdida.- Le mire con asombro.- Bienvenida a los niños perdidos.-

-¿Pero como es posible?-

-Eso lo sabes solo tu.- Levanto la ceja.- A propósito ¿Que haces despierta a estas horas?-

-¿Y tu?- Dije desafiante.

-He preguntado primero.- No sabia que contestar.- Las damas primero.-

-Esta bien. Tuve una pesadilla y al despertar escuche la música.-

-¿Que clase de pesadilla?-

-Mi madre estaba presa y mi padre medio muerto.-

-Bonito sueño.- Dijo irónico.

-¿Y tu? ¿Que hacías tocando a estas horas?-

-No tengo sueño.-

-No tenias sueño ¿Eh?- comencé ha andar hacia él.

-¡Espera, cuidado!- Dijo un poco alto.

Dijo aquello para detenerme, pero sin darme cuenta estaba pisando un montón de cristales rotos.

-¡Aaaaa!- Grite.

-Te he avisado.-

-No, me has intentado detener.-

-¿No es lo mismo?-

-¡No!- Se río

Pan se levanto y me cogió en brazos para que no pisara mas cristales y me sentó en su cama.

-Déjame ver.-

-No, no gusta que me vean los pies. Además, estoy bien.-

-Por eso me has manchado la cama de sangre. Déjame ver anda.-

Al final acabe dejándole ver mis pies. Tenía unas pequeñas heridas y puede que algún cristal clavado.

-¿Es muy grave?- Pregunte sin mirar.

-No. Puedo curartelo enseguida.-

-¿Que?-

Mire a Pan, y este me devolvió una sonrisa maliciosa. Paso la mano por encima de mis pies y curo mis heridas.

-¿Como lo has echo?- Dije asombrada.

-Magia.-

-Increíble.- Sonrió orgulloso.- ¿Y por que había cristales en el suelo?- Creo que no se esperaba esa pregunta.

-Se me ha roto el espejo.-

-¿Se te ha roto o lo has roto?-

-¿Que insinúas?-

-Que hay manchas de sangre en el suelo.-

-Serán tuyas.-

-Mentira. Si fueras mías estarían recientes, pero esas están ya secas.-

Pan movió su mano y el espejo se recompuso y las manchas de sangre desaparecieron.

-Arreglado.-

-¿No vas ha admitir que tu has roto el espejo y te has cortado?-

-No se de que me hablas, yo veo el espejo perfectamente.-

-Mira, me voy a la cama.- No tenia gana de discutir.

-Dulces sueños.-

-Muy gracioso.- Le dije de espaldas mientras salía de su cabaña.

Objetivo: NeverlandKde žijí příběhy. Začni objevovat