Mierda, mierda y más mierda. ¿Por éso regresó de Londres? Estoy más que pérdida, pero tengo que encontrar la solución, no estoy lista para decirle la verdad a Jayson.

—No.

—Dijiste que había olvidado el condón Alexa, te escuché perfectamente.

—No lo hice. —miento pero suena tan estúpido cuando lo digo que me doy una bofetada mentalmente.

—¿No decías que no recordabas nada? —inquirió. Blanqueé los ojos como respuesta.

—Pues ahora lo hago.

—¿Encerio?..., entonces recuerdas que dijiste que usabas la píldora ¿No?

¡Carajo!

—¿Qué?... —pregunto como una idiota, pero para que no haga más preguntas añado como si estuviera enterada de ello —: ¡Claro que lo recuerdo idiota!

¡¿Pero que mierda me echaron en la bebida?!

—Perfecto, esperaba tener que explicarlo con detalles, pero no parece necesario ¿Cierto?

—Eugh, no. No necesito saberlo de tu boca imbécil. —hago una mueca de asco y una sonrisa sacarrona aparece en su feo rostro.

—¿Me dirás por que vives aquí?

—No te importa.

¿Cómo es que sabe?

—¿Quién te lo dijo? —pregunté, frunció el ceño.

—¿Qué?

—¿Quién te dijo que había dejado la casa de mis padres?

—Fui a buscarte a tu casa —confiesa. —. La chica de la limpieza me ha dicho que ya no vivías más ahí...

¿Y como supo mi dirección? la única que sabe es... Jodida Bella.

—Bella te dio mi dirección ¿No es cierto? —inquiero y él niega.

—Digamos que no me la dio a mí.

Chad.

Maldecí internamente. Me acuerdo de toda su familia y me cago en Jayson.

—¡Genial! ahora que ya lo aclaramos ¡Largo! —sonríe, sí, el muy idiota sonríe acortando la distancia entre nosotros. Instintivamente me alejo y le lanzo una mirada asesina.

Definitivamente soy la ahuyenta penes

—¿Porqué? ¿No me llamaste cuando estaba en Londres? —dice y yo frunzo el ceño —. Admitelo Alexa, me extrañaste y ni siquiera tenía una semana fuera de Seattle.

—¡Ha! —me río como toda una fuma hierba en su fea cara —. Deja las malditas drogas Jayson, alucinas.

—Esta bien, miente como siempre lo haces... —sus palabras me hacen toser estruendosamente ¿Acaso sabe algo? —pero sé que me extrañaste.

—¡Lárgate! —chillo.

Jayson niega con la cabeza antes de salir de mi departamento, me quedo como una idiota viendo su ancha espalda caminar hacia el ascensor.

—¡Me cago en ti Jayson! —gruño cerrando la puerta con fuerza.

(...)

Amanecí con la cara pálida pero esta vez tuve que maquillarme yo misma, ya no podía pagar el sueldo de Randall y Reed, tenía que aprender a abastecerme con el dinero que tenía en mi cuenta y algunos cheques en mi cartera. Sería difícil pero podría hacerlo, tenía un humor oscuro (como siempre) pero esta vez peor y rogaba a todos los santos no encontrarme a Jayson.

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