28. La celebración

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Capitulo veintiocho

El beso de Yoshi me tomó por sorpresa.

No solo por el hecho de que no me lo esperaba, sino porque en el momento que sus labios tocaron los míos, sensaciones agradables y nuevas invadieron mi cuerpo. Su beso es suave y lento, puedo sentir cada roce de nuestros labios con tanto detalle que aprieto mis manos a mis lados. Él sabe a vodka y a algo dulce que no puedo descifrar pero me gusta. El chupa mi labio inferior, y luego me besa de nuevo, acelerando el beso un poco.

La parte pensante de mi cerebro se van por el caño y las hormonas toman el volante.

Me permito disfrutar este beso, soy una chica soltera siendo besada por un chico lindo, no hay nada de malo en eso.

Yoshi me toma de la cintura, apretándome más a él y yo enrollo mis manos alrededor de su cuello. Jamás imagine que Yoshi besará tan bien. Nuestras respiraciones se aceleran, y su lengua acaricia la comisura de mis labios, haciéndome estremecer.

Alguien se aclara la garganta.

Y entonces es cuando recuerdo que estamos frente a la casa, a la vista de todo el mundo. Me separo de Yoshi, sin quitar mis manos de su cuello, y volteo mi cabeza para mirar a la persona que se aclaró la garganta.

Marco.

Mi corazón se detiene.

Porque no está solo.

Detrás de él, a unos paso, esta Ares, con las manos en los bolsillos de sus pantalones, sus ojos sobre mí.

Oh mierda.

Su cara porta un semblante vacío e indescifrable, ¿Está enojado? ¿Decepcionado? ¿Sorprendido? O, ¿A caso simplemente no le importa? Jamás lo sabré por su expresión que no me dice nada.

Mis manos bajan del cuello de Yoshi y caen a mis lados. Oh el destino y sus crueles jugadas, ¿Cuáles era las probabilidades de que Ares saliera de la casa en este preciso momento?

Marco me da una sonrisa divertida, su tono burlón, —No dejas de sorprenderme.

Ares mira hacia otro lado y comienza a caminar hacia nosotros, —Vamos, no tenemos toda la noche— su voz es neutra, me recuerda a la primera vez que hablamos.

Ares se dirige en nuestra dirección y me pasa por un lado como si nada. De verdad, no le importa y, ¿Por qué me duele tanto eso? ¿Por qué quiero que le importe?

Marco me da una última sonrisa y lo sigue. Los veo dirigirse a la camioneta de Ares, que esta estacionada en la calle, a sacar unas cajas de lo que parece cerveza.

Yoshi toma mi mano, —Tierra a Raquel.

Dejo de mirar al estúpido Dios griego y me enfoco en mi mejor amigo, el chico que acabo de besar. Mierda, ¡Que noche!

—Lo siento, solo... nada.

Yoshi solo acaricia mi mejilla, —No tienes que disculparte, se lo que sientes por él, no espero que actúes como si no te importara de la noche a la mañana— él se acomoda sus lentes y no puedo evitar la sonrisa que invade mis labios. Yoshi es tan tierno y besa tan bien.

—Deberíamos entrar— no quiero enfrentar a Ares de nuevo cuando regrese con esas cajas.

Yoshi asiente, su mano jugando con la mía, —Si pero primero, quiero que sepas que esto no es una cosa de una noche para mí. De verdad me importas, y quiero que lo intentemos.

—Tú también me importas pero no quiero hacerte daño.

—Lo se,— me dice con una sonrisa, —Solo intentémoslo y si no funciona, podemos ser amigos nada mas pero por lo menos sabremos que lo intentamos.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora