100 Personas A Las Que Admiro

1: Lana del Rey (Anexo 1, introducción)

La mayoría de personas que se enteran de este gusto musical, suelen soltar perlitas tal que: "es que eso es música para dormir" o "no entiendo como te puede gustar esa freakaza".

Reconozco que incluso yo en el pasado no entendía a Lana, pero una vez me sumergí en su mundillo, la comprendí mucho mejor.

Para mí, no está clasificada en el mundo del Pop, en absoluto. La gente que se atreve a compararla con divas del Pop no tiene ni la más mínima idea de Lana. Además, comparar artistas es algo de mal gusto, y mucho menos aún si son de géneros distintos. "Quien sea la/el mejor" siempre será relativo, porque para gustos; los colores. Lo que para mí sea oro quizá sea para ti basura. Y viceversa.

Lana es indie, le pese a quien le pese. Es una mujer a quien admirar, alguien que no siente pena ni lástima, ni mucho menos vergüenza, de reconocer los errores de su pasado, pues lo hace públicamente.
Alguien que supera una adicción al alcohol y su progreso (musical, talento y potencial) sube exponencialmente, cuyo mensaje de paz y respeto se respira en cada uno de sus conciertos (y que conste que yo jamás la he visto en directo, pero basta con ver cualquier live suyo, la sintonía entre ella y su público es unión, es confianza) me parece algo hermoso.

Lana conserva elegancia y belleza en cada uno de sus movimientos. Me maravilla la idea de ella posando, sin mover ni un dedo, con su mirada congelada, posada sobre algún punto en el infinito, moviendo suavemente sus labios y entonando Brooklyn Baby al tiempo que sostiene un porro en su mano izquierda y con la otra mantiene el micrófono. Y qué decir de cuando se pone una corona de flores. Además del vestuario: irremplazables quedan sus vestidos, con bordados impecables y siempre (o en su mayoría) de colores que representan la pureza, como el blanco.

En el próximo Anexo de Lana: letras, voz, estilo y originalidad.