Million Reasons

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Me desperté gracias a un sonido molesto que perturbó mis sueños. Abrí los ojos para encontrarme con una habitación blanca, pero no era una habitación normal, eso era un hospital, y el sonido que me había despertado no era cualquier cosa, era él sonido de un monitor cardíaco, que para mi sorpresa estaba conectado a mi cuerpo. Intenté mover mi mano derecha impulsivamente y me lleve un dolor agudo, ya que para mi sorpresa estaba canalizada. Me asusté, no tengo porque mentir. Mire a mi alrededor y ahí estaba Kyrie, recargado en una orilla de la cama dormido, comencé a tener miedo, quería respuestas en ese momento.
-¿Kyrie? -Lo llamé casi susurrando y no obtuve respuesta- ¡Kyrie! -Grité gracias a que ya estaba desesperada-
El de manera repentina se levantó de la silla casi tropezando.
-Dios, Alaska, te encuentras bien? -Se me acercó-
-¿Qué hago aquí? -Ignoré su pregunta-
Escuché un suspiro pesado por su parte, me dio a entender que lo que estaba a punto de contarme no era nada bueno
-¿Qué es lo último que recuerdas? -Preguntó-
Hice memoria, y entre todo el estrés y miedo que sentía en esos momentos sonreí.
-¿Qué? -Preguntó Kyrie al darse cuenta de mi gesto-
-Tu me estabas cargando justo en la orilla de la alberca, me sostenías por los muslos, yo rodeaba con mis piernas tu cintura y con mis manos tu cuello sostenido una botella de vodka, te dije que siempre había querido un beso bajo la lluvia -Me costo trabajo el decir cada palabra- Y después me besaste
Un silencio incómodo se hizo presente, y fui consciente de lo mal que había estado eso, si, recordaba cada palabra anterior que me había dicho a ese beso, pero estábamos borrachos, y me costaba demasiado el hecho de creerlo. No fui capaz ni de mirarlo sin sentirme avergonzada, no sabía porque, pero hace tiempo había perdido las explicaciones ante mis sentimientos ingenuos.
-Bueno -Suspiró y se sentó a mi lado, en la orilla de la cama- Todo siguió normal, estuvimos en la alberca un buen rato, casi daban las 6 de la mañana, y nosotros seguíamos tomando y, bueno -Sus mejillas se pusieron Rojas- Besándonos. Después yo decidí que era demasiado, salimos de la alberca y tú apenas podías mantenerte de pie, la verdad tenía la idea de que era gracias al alcohol, entonces te cargué, como ya te había gustado, tomaste tu celular y nos fuimos de ahí. Ya en tu departamento te notaba rara mientras te cambiabas -Lo interrumpí-
-Espera espera -Le dije- ¿Me miraste mientras me cambiaba?
Se escuchó su risa nerviosa
-No tanto así, te estaba buscando, y te encontré en tu habitación ya con la ropa interior seca, poniéndote la blusa. Yo no me había cambiado, ya que en mi caso no podía hacer mucho. Entonces me pediste agua, recuerdo tus palabras: Kyrie cariño, este vodka me reseco la garganta, me traerías un poco de agua?. Solo sonreí y fui por lo que me pediste -Otro suspiró que anunciaba que se venía lo malo- Cuando llegué estabas en la cama acostada, incluso creí que te habías quedado dormida, fui hasta dónde estabas y me senté a tu lado, comencé a moverte mientras decía tú nombre intentando despertarte, pero nada, comencé a gritarte desesperado, y nada. Entre en pánico y te tome entre mis brazos para sacarte de ahí aún intentando hacerte reaccionar, y bueno, llegamos hasta aquí -Sujetó mi mano- Nunca me había preocupado tanto por alguien
Me sonrojé obviamente y mire hacia otro lado evitando sus ojos
-¿Es en serio todo esto? -Pregunté con un hilo de voz-
-¿A qué te refieres? -Preguntó confundido-
Con los ojos llorosos regrese a ver su mano que presionaba la mía, tenía un mal recuerdo de los hospitales que comenzaba a atormentar mi mente.
Y parece que me entendió.
- Alaska, yo entiendo por todo lo que estás pasando en este momento, absolutamente todo, yo mejor que nadie conozco el dolor de ser engañado, el dolor de ser solo -Le estaba costando hablar- solo la segunda opción. Pero yo estoy enamorado de esta Alaska -Me tomó por el mentón obligándome a mirarlo- la que está aquí, luchando como lo ha hecho toda su vida. No esa que te puede dar una buena noche, yo te quiero, y no a medias como decía LeBron. Y si no estás enamorada de mi, lo comprendo, pero puedo lograrlo, puedo enamórate
Y nuevamente no tenía palabras
-Dios Kyrie -Tenía aún los ojos llorosos-
Ya hace tiempo nadie me decía algo tan lindo como eso.
-Yo creo que mereces más que solo un amor pasajero -Hicimos contacto visual-
Le creía, claro que si, pero me estaba constando asimilarlo todo. Estábamos tan cerca, cualquiera hubiera esperado un beso, pero no podía, por más que intentaba acercarme, era diferente sin el alcohol en la cabeza.
-¿Puedes contestarme algo? -Me preguntó mientras soltaba mi mentón y se sentaba en la orilla de la cama aún sostenido mi mano izquierda, gracias a que la otra estaba canalizada-
-¿Qué? -Le pregunté casi como un susurro, me sentía insegura en ese lugar-
-¿Qué fue lo que sentiste ayer cuando nos besamos?
Y me volví a sonrojar
-Me gustaría no recordarlo, así no me apenaría tanto -Confesé- Lo mismo que sentí la primera vez que besé a Ricky, que juraba que era el amor de mi vida. Pero más fuerte -Seguramente era por el alcohol pero no importaba eso-
El me abrazó, no sabía porque, no lo vi venir. Pero le correspondí, y ese abrazo me hizo olvidar donde estaba y porque, incluso mi propio nombre. Sus dos grandes brazos rodeaban mi frágil y anémico cuerpo mientras yo intentaba hacer lo mismo, pero mis brazos no eran lo suficientemente largos como para cubrir su ancha espalda
-Te quiero Kyrie -Me atreví a susurrar-
Y sentí como sonrió
No sé qué pasaba con nosotros dos, pero nuestros abrazos no duraban lo suficiente como me gustaba.
Tocaron la puerta, pero no nos importó, y al parecer tampoco a la persona detrás de esta porque entró sin siquiera esperar una respuesta.
-¿Quieren matarme de un maldito susto o que? -Dejándome llevar por la voz supuse que era LeBron, el cual entró y azoto la puerta tras de él enojado-
Me separé de Kyrie, y lo mire sin saber qué cara poner. Me sentía culpable. Y ninguno de los dos teníamos palabras
-Quiero una explicación lógica de todo esto ya -Ordenó mientras se paraba frente a la cama-
Kyrie y yo nos regresamos a ver sin saber qué decir
-Bueno -Dije buscando algo coherente para decir- Estábamos en mi casa, y, me desmayé
Que cosa mas estúpida acababa de decir
-¿Así como si nada? -Regresó a ver a Kyrie el cual no había pronunciado ninguna palabra- ¿Qué carajo le hiciste Irving?
Era la primera vez que escuchaba que le hablaba de esa manera al mencionado, pensé que bromeaba, pero no era así. Y al que le exigían respuestas solo no hablaba
-¿No están pensando responderme con la verdad? -Dijo mientras se cruzaba de brazos-
-Es que ya te dije la verdad -Mentí- Solo estábamos ahí, y me desmayé
-¿Qué tú me crees tonto? -Interrogó-
Kyrie suspiró y se levantó de donde estaba
-Mira LeBron, yo sé que aprecias a Alaska. Pero se te hace lógico venirle a gritar cuando está en una camilla de hospital sin saber el motivo? Y si tal vez fue por qué son sus reacciones de la anemia y no le queda tanto tiempo? Te comportarías diferente, no es así?. Así que deja de actuar inmaduramente. Ella y yo estábamos en su casa, si, tal vez tomamos un poco, y tal vez estuvimos en una alberca a altas horas de la madrugada solo en ropa interior, y seguramente ya le confesé mi amor, pero, y que? Crees que mereces saberlo después de haber llegado así a este lugar? No, claro que no
Y nunca había escuchado a Kyrie decir esa clase de cosas, me dejo con la boca abierta al igual que LeBron.
-¿Qué les pasa por la cabeza? -LeBron no se aburría de preguntar- ¿Pensaron más de una vez la estupidez que hicieron? Le diste alcohol a una anémica, le declaraste tu amor a una persona de sentimientos inestables, que sigue? -Estaba enojado-
-Dios LeBron -Lo interrumpí- ¿Te estás escuchando? ¿Qué carajo sucede contigo?
No dejó que terminará
-No Alaska, que carajo sucede con ustedes dos? Cuando van a actuar con madurez ante esto? Tu vida es la que está en juego. Si te mueres él puede conseguir a otra mujer, yo a otra amiga, solo preocúpate por ti por un momento, quiérete un poco
La cabeza me estaba dando vueltas ante todo lo que decía, me sentí mareada, y mi vista se volvió borrosa. Comenzaba a perder fuerza, y no me salían las palabras.
A lo que logre escuchar el primero en darse cuenta de eso fue Kyrie, ya que sentí su mano sobre mi brazo
-Alaska, Hey, te encuentras bien? Alaska! -Fue lo último que escuché porque todo se volvió negro-
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Ya hace algunas horas acababa de despertar de ese repentino desmayo. Kyrie seguía ahí, pero LeBron desde que había vuelto a abrir los ojos no había hecho ninguno acto de presencia. Según nos indicaron, no es nada de tanta gravedad lo que me sucedía, en sí, nada que no se pudiera controlar, tenía que tomar algunas pastillas y ya ese mismo día saldría de ahí, en menos de una hora siendo exacta.
-¿Te sientes mejor? -Preguntó Kyrie acercándose a donde yo estaba-
-Si -Suspiré y regrese a verlo- ¿Podemos irnos ya? No entiendo que esperan si ya me dieron de alta
El no parecía tener una respuesta porque no me respondió en el momento.
-Vámonos -Dijo mientras se movía dándome espacio para levantarme-
Hace menos de una hora me había cambiado, no era la gran cosa, un pantalón y una blusa, los dos holgados. Por lógica ya no estaba canalizada, ni nada de eso. Me levanté rápidamente ya fastidiada de estar acostada tanto rato, y claro, un mareo se apoderó de mi cuerpo, no tan fuerte para hacerme caer, pero si lo suficiente como para hacer que me balanceará de lado a lado, mi acompañante se dio cuenta de esto y me sujetó por la cintura evitando cualquier percance con el suelo.
-Gracias -Fue lo único que dije y comencé a caminar hasta que sus manos soltaron mi cuerpo-
Me sentía incómoda aún gracias a la discusión que se había dado hace horas en esa misma habitación por la cual acababa de salir. Kyrie caminaba atrás de mi manteniendo su distancia, no sabía él porque realmente, pero no quería atosigar a mi mente por un rato. Esperaba que me dijeran algo al salir por la puerta debido a que el doctor no me había indicado que saliera, pero no fue así. Al ya estar afuera espere a Kyrie.
-¿Sucede algo? -Preguntó al que esperaba parándose a mi lado-
-Nada en lo absoluto -Dije- ¿Camináremos?
-Para nada -Dijo mientras caminaba solo unos pasos y abría la puerta de una camioneta que obviamente era de él-
Me limité a solo sonreírle y subir sin dificultad alguna, el cerró la puerta y no tardó en aparecer a mi lado
-¿Te sientes bien? -Preguntó-
-Si -Solo sonreí mirando al frente- ¿Ya no hablaste con LeBron?
-Pensé en hacerlo -Dijo mientras ponía en marcha la camioneta- Pero cuando iba a ir, el ya se había marchado -Suspiró de una manera pesada- Desde que lo conozco, nunca lo había visto comportarse así
-Estoy de acuerdo contigo -Lo miré de reojo- Pero no todos siempre tienen buenos días
-Tienes razón en eso Alaska -Me interrumpió- Pero dime que es peor, tener un mal día o estar en una camilla de hospital sin saber el motivo y que llegue alguien y te grité? No mereces nada de lo que él hizo
-Kyrie, en serio, sé que tienes todos los argumentos de tu lado, pero, solo no quiero pensar mucho por ahora -Lo interrumpí-
Solo suspiró
-Te comprendo
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Tenues rayos de Sol se adentraron por mi ventana como ya venía siendo costumbre meses atrás, era sorprendente el cambio del clima. Desperté de buena manera, sin molestia alguna, estirando cada extremidad de mi cuerpo, un suspiro se me escapó de entre los labios, y como siempre, no conocía la razón. Levanté mi espalda y me arrastré un poco para quedar sentada sobre los bordes de la ancha cama teniendo una mejor vista de aquel paisaje que se mostraba por mi ventana; era un lindo día.
Dispuesta a no perder más tiempo me levanté de ahí y con menos de 4 pasos llegué hasta el closet, tome el primero outfit que encontré y me cambié de manera rápida, me puse un par de tenis y tomé mi celular más que dispuesta para salir de ahí, primero atravesé la habitación después la sala, y al ya tener la mano sobre la perilla para salir olvide el pequeño detalle de las pastillas que tenía que tomar de manera diaria debido al suceso del día anterior, me quejé y fui hasta la cocina para llenar un vaso con agua y tomarme las designadas para esa hora, que eran 3, y guardar las demás que necesitaría en el transcurso del día ya que en mis planes no estaba regresar al departamento en un rato. Decidida a no perder tanto tiempo baje por las escaleras de manera rápida hasta llegar al estacionamiento, como consecuencia hasta la Jeep, al entrar la arranque sin preocuparme por algo más y salí de ahí, mi celular no tardó demasiado en sonar anunciando una llamada, sin desviar la mirada del frente lo saque del bolsillo del pantalón, no miré de quién se trataba y contesté.
-¿Hola? -Saludé con anticipación-
-En 30 minutos comienza la reunión, así que muévete -Al tono supe diferenciar que era LeBron-
-¿Qué?
-¿Que parte no entendió la Señorita Black? Tenemos reunión en 30 minutos en el Target Center, en el salón 2, ya comprendes? -Su tono era tan sarcástico que me hartó-
Y colgué
-Maldito orgulloso -Deje que de mis labios se escapara eso en completa soledad-
Debido a que no había tanto tráfico decidí parar de manera rápida en una tienda de autoservicio para comprar algo que comer, ya que sorpresivamente tenía el estomago vacío. Estacioné la Jeep y me baje con serenidad evitando cualquier movimiento brusco, al momento de intentar abrir la puerta está fue abierta desde adentro por un pequeño niño que quería salir del lugar, pero apenas y podía con el peso de semejante puerta, sonriendo ante tal escena, sujete la puerta y espere a que saliera
-Gracias MVP -Dijo mientras me miraba, sonreía y se iba de ahí-
Y mi sonrisa se amplió, ese niño estaba hermoso.
Regresando a lo mío busque cualquier cosa, decidí tomar unas galletas de chocolate y un café frío, pagué lo anterior mencionado y salí de ahí, con todos los ánimos de la reunión, me tomaron menos de cinco minutos para llegar al estacionamiento del Target, ante esto ya llevaba la mitad de mi café y ya no había galletas. Bajé de la camioneta y sin prisa alguna camine con el café sujetado por mi mano, pase entre los autos, sin fijarme de quién era cada uno, al pasar por el frente de uno de los últimos quien fuera que estuviera adentro tocó el claxon haciéndome pegar un gran salto, con todo el odio del mundo regresé a ver para saber de quién se trataba. Era Zach, obviamente atacándose de la risa, le volteé los ojos, reí y me fui de ahí, comenzado a caminar por los incontables pasillos del lugar, al doblar en una esquina no me percaté si alguien venía o no, a lo que choque con un cuerpo que gracias a la fuerza que portaba logró empujarme con fuerza, al levantar la mirada me encontré con Kyrie, a nada de pedir miles de disculpas
-Hey, Alaska, estás bien? En serio lo siento, estaba buscándote, me dijeron que ya venias para acá -Dijo mientras me tomaba del brazo contrario al cual sujetaba el café-
-No pasa nada -Sonreí mientras lo miraba a los ojos- ¿Quien te lo a dicho?
Conocía la respuesta
-El señor LeBron -Su tono fue neutro- Perdón, no te salude
Depositó un beso en mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios.
E inconscientemente me puse roja, a lo cual él sonrió
-Nunca voy a entender porque te gusto -Solté de golpe-
El suspiró y sonrío
-Me has dado un millón de razones para hacerlo

n/a-> Yo se que todas ustedes me van a matar, lo siento en serio, pero he tenido ciertos problemas, prometo actualizar con más continuidad, lo merecen, son las mejores lectoras de todo el mundo, y en serio perdón 💔
Las quieres: Sofía ❤️

The Last Second©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora