- ¡Gracias! - dijimos las dos lanzándonos a los chicos a abrazarles.

- Os queremos.

- Y nosotras.

- Tenemos visita - canturreo Luke cuando sonó el timbre. Ari y yo sin soltar a los cachorros fuimos casi corriendo a abrir la puerta. Era Sam y Jude.

- ¡Felicidades! - dijeron abrazándonos.

- ¡Pero qué cositas tan hermosas! - dijo Sam cogiendo al que tenía yo. - ¿Se lo regalaron a ustedes?

- Si, los chicos - dije.

- Que suerte jo. Que ternura por favor.

- Prepárense para la fiesta del siglo - Dijo Marco.

- ¿Qué fiesta? - dijimos Ari y yo.

- Una que organizamos, empieza a las Díez de la noche. - dijo Tyler.

- ¡Vamonos de compraaaas! - gritamos Sam, Ari y yo.

En eso salimos por la puerta corriendo hacia la parada de autobús pero una voz nos detuvo antes de que siguiéramos.

- ¿¡Van a ir en pijama!? - gritó Jude.

- Ostras - dijimos Ari y yo.

Entramos corriendo a la casa y nos pusimos simples, Jean azules y camiseta a rayas finas blanca y negro. Si, las dos coincidimos en lo mismo. Nos recogimos el pelo en una coleta, pinta labios rojos fuerte y rímel. Listas.
Cuando bajamos todos nos miraban raro.

- ¿Son gemelas?

- Si, una rubia y otra Morena, pero si. - dije.

- Bye - dijo Ari. - Volvemos a las... Ya les mandamos un mensaje.

- Vale... Cat, bebe agua - dijo Luke.

- Ni lo sueñes hermanito.

Dije y salimos corriendo de la casa para que no me agarrasen como lo hacían todos los días desde el desmayo... Pero lo que ya no entienden es que ya estoy bien. Ya pasaron unas tres semanas. Estoy bien.
Cogimos el autobús y nos dirigimos hacia el centro comercial Beverly Center que creo que así se llama. El plan era comer, porque nos despertaron a las doce del mediodía y después ir a buscar los vestidos para la fiesta.

- Oh, mira. - dijo Sam - Un restaurante italiano.

- Me apetece pasta - dijo Ari.

- Y a mi pizza, vamos.

- Como no... - dijeron ellas dos riendo.

Pedimos nuestras comandas. Sam se pidió una pizza de cuatro quesos, Ari se pidió pasta a la carbonara y yo pizza barbacoa. De beber unas cervezas sin alcohol. No es que nos fuéramos a emborrachar si tuviera alcohol pero eso para luego.
Después de comer fuimos a una tienda que vimos especializada en vestidos de fiesta.

- ¡Ahí, ahí! - gritó Ari señalándola. Y entramos.

- Vaya, cuantos vestidos - dije fascinada.

- Me va a costar elegir. - dijo Sam.

- Creo que este es el paraíso - dijeron Sam y Ari.

Del internado a vivir con 5 chicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora