Capítulo 19. Los cuatro hermanos: Asesino

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—No le daremos todos sus gustos....

— ¿Saben qué? Yo también quiero hablar con él — Todos me observaron con el rostro inquisitivo —Vamos — Me acerqué a la puerta para luego siguir a Donovan. Ahora quería mis respuestas.

***

El salón de interrogatorios era lúgubre, había un vidrio tintado que no permitía que Paul nos mirase, pero que si lo pudiéramos ver nosotros. Paul, como su hermano lo había dicho, se notaba que era adoptado. Tenía un cabello negro, con unos grandes ojos verdes, una piel trigueña... Era muy atractivo a la vista, estaba segura que de haberlo visto en la calle, pudiese haberme llamado la atención.

—Bien, a qué horas entraras para saber qué es lo que quiere decirte — Donovan venía entrando con unas tazas de café, pero se miraba algo preocupada mientras Greg la señalaba.

—Pidió que no escucháramos lo que tenía por hablar con ella — sus ojos se movieron hasta ver a Paul — Greg, Freak, John no es por nada, pero ya tuvimos suficiente con dejarla hablar sola con los testigos. Brigette sé lo que te digo.... No te conviene ir sola ahí.

—Esa es mi decisión, y por el momento ellos han pedido que así sea... Todo por el caso — ella me observó con los ojos entrecerrados, luchando internamente si calificarme como audaz o como estúpida.

— ¿Acaso no te importa tu vida? Estuviste cerca de la muerte — Dijo un poco irritada.

—No en realidad no me interesa ninguna de las dos cosas — Todos a excepción de Sherlock se miraron entre sí —Basta de hablar entraré... Greg apaga el audio — él tocó unos botones en una pequeña consola que estaba pegada en el vidrio polarizado — si lo enciendes él y yo sabremos.

Salí de la primera habitación al pasillo, caminé unos 5 metros para ponerme enfrente de la puerta que me llevaría con Paul, lo pensé bien antes de entrar sino había audio no habría ninguna prueba de lo que yo dijera. A pesar de ello, algo en el fondo me decía lo peligroso que eso se estaba volviendo.

Abrí la puerta con fingida tranquilidad, estaba muriéndome de nervios, mientras Paul no lo notáse podría trabajar con cierta libertad, lo que me consolaba era que detrás de ese vidrio estaban los demás si me pasaba algo no dudaba que harían algo, bueno, o eso esoeraba.

—Cojea un poco — dijo Paul mientras me miraba muy fijamente — quería pedirle disculpas por haberme atrevido a dañarla.

—Desde cuándo un asesino pide disculpas— en la habitación había una mesa con dos sillas que quedaban una enfrente de la otra, dejando de cara al interrogador y al interrogado, Paul ya estaba sentado, yo en cambio ni siquiera quería sentarme.

—Puede parecerle extraño, pero él me obligo a hacerlo — de nuevo mencionaban a ese <<Él>> entrecerré mis ojos — Siento que hayan apagado el audio, pero recibí órdenes estrictas acerca de lo que tengo que decirle...

Hubo un pequeño silencio que me pareció una eternidad.

—Ya me arte de jugar, déjate de rodeos y dime lo que quieras — me recargué en la mesa quedando muy cerca de su rostro, el mantuvo su postura las manos abajo en sus piernas, con el rostro arriba. Mi tono había sido de amenaza, causando una risilla en Paul.

—Te vez tan bella mientras amenazas, por eso él te quiere... — sentí como la bilis subía —Le contaré una historia para que entienda...

—Ya le dije que no quiero jugar con ustedes— sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa.

— Ella no puede vivir sin él — no le habían importado mis palabras en absoluto — Se muda a un nuevo país donde sabe que no encaja para nada, pensando que en algún momento encontrara lo que busca desde hace mucho tiempo... Pero claro cómo diablos no pensarlo si sus padres se fueron sin ni siquiera decir adiós. Lo más doloroso es que fue por la culpa de ella — mi respiración estaba muy alterada, pero mantenía mi rostro sereno, estaba muy confundida esa historia era... mía.

— ¡Basta! —  grité dejando salir mi enojo, no me importaba los que estuvieran detrás del vidrio.

—Me pregunto, cómo se sentirá después de ser responsable de muertes y desastres — me erguí, no había cometido nada en muchísimo tiempo, lo que hubiera hecho era para sobrevivir — Seguramente ella se está justificando mentalmente ahora... Pobrecilla. Si tan solo supiera que ella es la que tuviera que estar sentado ¡Dónde yo estoy!  — dijo mientras se levantaba de la silla, de inmediato saque mi pistola que la llevaba en la bolsa del abrigo — ¿Me mataras a mí también? No te daré el gusto... Rose — En un rápido movimiento de debajo de la mesa sacó una pistola la apunto en su cabeza y disparo.

Sentí como mis oídos habían quedado ensordecidos, vi como el cuerpo cayó de inmediato sobre la mesa, aún no comprendía qué había pasado, tenía la respiración muy rápida, no escuché cuando la puerta se abrió, solo vi a John tomándome del brazo mientras Lestrade, Sherlock y Donovan observaban el cuerpo. No estaba en shock estaba meditando qué era lo que sucedía en ese momento... Acababa de matarse. Sacudí la cabeza esperando que todas las dudas se me aclararan.

***

—Brigette qué demonios te dijo —Greg no dejaba de preguntarme cosas, estábamos en mi oficina. Había tardado un poco en salir de mi ensimismamiento — Además, ¿desde cuándo llevas un arma? — dijo mientras señalaba mi arma que estaba en el escritorio.

—No digo que sea lo más adecuado, pero... Brigette esto es muy peligroso para ti — John se miraba muy preocupado, como si fuera su hija — Solo llevas tres días aquí... No crees qué son demasiadas cosas para que sean coincidencias o algo por el estilo.

Sherlock entró en ese momento, no se miraba preocupado, pero tampoco estaba satisfecho, nos miró a todos con rostro sereno. Quizá esperaba que alguien lo regañara o dijera algo acerca del caso. Yo no tenía ganas de hablar... Lo que había sucedido aún me tenía muy confundida. No llevaba, pero ni una semana, y mi vida ya era un caos, por no llamarlo atentado público.

—Si quieres ayuda debes contarnos que es lo que te dijo Paul — Hasta ese momento me di cuenta de que Sherlock me estaba hablando— Eres un cliente desde ahora.

—Sacudí la cabeza, ser un cliente sería más peligroso para ellos que para mí — Sherlock deberías dejarla a que pase el shock, está mal — John parecía más preocupado que yo — acaba de salir del hospital y hoy ve morir a un hombre.

—Me levante del sofá de mi oficina y camine hasta la ventana — No seré el cliente de nadie — dije mientras me volteaba para ver a los tres hombres que me miraron confundidos — tampoco seré la protegida de nadie — Puse mis ojos en blanco — no estoy en shock tampoco, mucho menos tendré un trauma para el resto de mi vida... Estoy bien.

—Igual debemos saber qué fue lo que te dijo — Greg miró a Sherlock buscando aprobación — No puedes...

—El caso termino ¿Verdad?  — John se rio irónicamente, sabía que estaba evadiendo el tema — El asesino está muerto... Hasta ahí llegaba todo. Lástima pues no pudimos dejarlo tras las rejas — dije mientras hacía un puchero falso.

—Y eso qué diablos quiere decir — Greg se miraba un poco enojado.

—Que no hay ningún otro testimonio que sea tomado en cuenta — Me acerqué a la puerta para irme — buenas tardes.

Lo único que quería en ese momento era una buena ducha un poco de descanso y quizá poder relajarme mientras tocaba el violín. Además de que mi mente estaba en un caos interno, sentir las miradas penetrantes de Sherlock y John me hacían pensar aún más. Era un doble esfuerzo, no quería meter en problemas a Mary ni a su esposo... Tampoco (aunque ni yo me lo creyese) Sherlock podía salir dañado por mi culpa.

Recordé el trato que había hecho con Sherlock, debía irme de Baker al finalizar el caso, vaya quién diría que solo conviviría con él por tres días. Aunque no dudaba que a Holmes mayor le encantaría que me fuera de la vida de su pequeño hermano.

Había tomado las escaleras, sería un largo viaje hasta afuera de Yard, pero no quería utilizar los ascensores. Además, eso me permitiría pensar, quizá todo lo que me había pasado era muy extraño dado que quería comenzar una "nueva vida" en Londres. No me preocupaba mi salud mental en lo absoluto, por algo me habían entrenado muy bien en la CIA, confiaba en que George hubiese hecho un trabajo excelente endureciéndome para la dura vida que me esperaba... O lo que según él me esperaba.

My Reflection (Sherlock) (En edición) Where stories live. Discover now