31.

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Su Hummer se abría paso con facilidad por las calles que conectan Miami con NY, estaba consciente pero su mente estaba en otra parte, midiendo todo meticulosamente, cada oportunidad y cada cosa que pensaba la devolvía al mismo sitio. Debía matar a Ji, no podía resignarse a la idea de perder a su hermana ni dejarla perder a su pareja, menos que esa pareja fue el primer amor de ella. La idea simplemente le aterraba, si pudiera morir por los 3, ella sería feliz pero no siempre hay finales felices. Entre pensamientos llegó a NY y rápidamente se dirigió a su departamento, pidió lo necesario para esa noche, se arregló con más cariño que cualquier otra noche en su vida. Había elegido un pequeño vestido muy adorable, soltó su cabello y se maquilló levemente, se perfumó y marchó hacia casa de Ji dándose apoyo ella misma. Pasó comprando una botella del Champagne favorito de Ji, cuando menos se dio cuenta ya estaba digitando el código de acceso de la casa de Kwon, tenía nervios y era lógico no todos los días te hacen ese tipo de pedidos. Tocó la puerta y espero la respuesta de Ji.

—Estás hermosa —dijo abriendo la puerta y dejándola pasar—.

—Gracias —sus mejillas tomaron un extraño tono carmesí— te ves perfecto.

CL pasó a la mesa donde la cena estaba recién servida y preparada sofísticamente para ambos, CL le entregó la Champagne y se dispusieron a degustar de la cena como si todo estuviera bien, como si no fueran acechados, como si ella no estuviera para matarle.

—Déjame decirte que aunque haz entrenado a nuestros novatos por un corto plazo de tiempo, han sido claros los resultados.

—No me tengo que llevarme todo el mérito, son novatos con gran don para aprender.

—Tienes que dejar de ir y venir de NY sin notificarme, no sólo por el trabajo sino que también me preocupas.

—Las veces que he dejado la ciudad ha sido en sumo requerimiento.

—A veces creo que huyes de mí —él clavó su mirada en ella para ver su  reacción—.

—No digas tales cosas —se estremeció un poco—, han sido como emergencias.

—He oído cosas por las cuales haz podido huir y no me agradan en lo absoluto, Chaerin.

—Te he dicho que no creas lo que Hyuna dice de mí o lo que pueda decir López, incluso él creo que te odia.

—No importan las fuentes, el caso es que me es inquietante saber que un día te puedes ir y no volver.

—Después de todo nuestra relación oficial es sólo como jefe y trabajadora, no te confundas.

Ji sólo se limitó a terminar su champagne mientras CL recogía los utensilios y los colocaba en el lava vajillas. Ya habían terminado de comer hace al menos una media hora pero habían empezado a hablar de diversos temas, terminando en el mismo de siempre: su relación, donde CL se obligaba a esconder sus sentimientos por Ji, lo hería para mantenerlo lejos pero no funcionaba muy bien. Los brazos de Ji la rodearon cuando terminó de arreglar el desorden, el rostro de él lo sentía sobre su hombro. Su respiración rozaba su cuello y ella cerró los ojos para disfrutar el abrazo. Lentamente Ji la giró y tomó su barbilla con una mano mientras la otra reposaba en la cintura de ella.

—Te había extrañado, bruja.

Le susurró y poco a poco acercó su rostro al de ella para depositar un pequeño y cálido beso. Él se separó y le sonrió de la manera más dulce que alguna vez haya hecho, tanto que el corazón de ella se estrujó. Ella tomó el rostro de él por las mejillas e hizo que sus labios se juntaran, al principio Ji suavizó el beso pero CL sabía que no soportaría ese beso, así que lo hizo más pasional. Ji hizo que ella prensara su torso con ambas piernas mientras el reposaba sus manos en sus glúteos, con CL atada a él se dignó a subir a su habitación, donde habían pétalos sobre la cama. CL notó los pétalos cuando Ji la despojó de toda su ropa, ignoró el rojo de los pétalos porque si no lo hacía ahí mismo se quebraría. Ji se desnudó y tomó las manos de CL en una de él e hizo que ella las elevara sobre su cabeza, él unió sus manos y con la que quedaba libre, la deslizó por todo su torso acariciándolo hasta llegar a su objetivo. Introdujo su miembro de manera lenta y satisfactorio, sus embestidas eran suaves y profundas. Con las manos alzadas de CL, Ji unió las suyas, a veces dejaba besos en sus labios y otras veces se refugiaba en su cuello. CL se mantenía en silencio a pesar de tal satisfactorio placer que recibía, Ji le dirigió no una mirada de deseo sino de cariño, como si temiera lastimarla cosa que fue como una estaca en su corazón. CL lo hizo girar y él quedó debajo de ella, entonces empezó a moverse como normalmente lo hacía, de manera frenética y profunda llenando su ser de él. Ji la tomaba fuertemente de sus caderas dictándole el vaivén. Al haber tenido múltiples orgasmos, CL se dejó caer sobre él. Ji creyó que se daría la vuelta como normalmente ella lo hacía pero para su sorpresa, ella lo abrazó dejando su rostro contra su pecho.

—Lee, eres la mejor.

—Deberías descansar, idiota —rió contra su pecho—.

—Te extrañé pero sin duda tu trato fue el que más falta me hizo —rió junto a ella—.

—Lo sé —dijo adormilada—.

—Duerme, bruja —besó la cima de su cabeza—.

El sueño la invadió como normalmente lo hacía luego del sexo, no soñó hasta donde ella supo pero tenía tranquilidad... o eso creía. Al ser las 4 am se despertó y vistió, no tendría el valor para hacerlo. Cuando recogió su bolsa que estaba en la sala, revisó su celular. Wang le había enviado fotos de la boda e inclusive de las vacaciones que estaban teniendo hoy en día, dirigió la mirada a la navaja que estaba en su bolsa. Sabía lo que tenía que hacer, oyó los pasos adormilados de Ji y escondió el arma tras su espalda.

—¿Qué haces? —Dijo acercándose a ella adormilado y con sólo unos pantalones de dormir—.

—Tengo que dejarte —presionó con fuerza la navaja—.

—Siempre te vas, al menos despídete.

Ji se acercó a ella y tomó su cara en sus manos, la besó como si fuera la última vez. Él tenía sus ojos cerrados al igual que ella, CL podía sentir como las lágrimas invadían sus ojos. Quitó la navaja de su espalda y sin titubear la clavó en la zona abdominal, empezó a sentir como el líquido rojizo salía de la zona apuñalada.

—¡Chaerin! —Su voz era entrecortada por el impacto—.

—Lo siento... te extrañaré —enterró aún más la navaja—.

Los ojos de Ji empezaron a pesar y su respiración a disminuir, CL lo acostó en un sofá aún con la navaja enterrada. Controlando las lágrimas llamó a su fiel limpiador de desastres.

—Bobby, es tu turno. Te enviaré la dirección y datos —no esperó respuesta y cortó la llamada—.

Con las manos ensangrentadas y las lágrimas lavando su escaso maquillaje, se dirigió a su Hummer para ir a casa. Ni bien había llegado lavó la sangre de sus manos, buscó su botella de ron y bebió sedienta. Tomó su celular y empezó a ver las fotos de la nueva pareja Wang y la foto que había tomado de Ji dormido. Su corazón dolía, las lágrimas ardían y el alcohol lavaba su miseria. Tecleó un mensaje: "Jooheon, el trabajo está hecho."

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¡Ay! Mi kokoro pero...

♤♡♤♡♤El final está cerca, las amo

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El final está cerca, las amo. ❤

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PD: así fue CL.

♤■♤■♤PD: así fue CL

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Perdedor {Skydragon}Where stories live. Discover now