9.

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— ¡Quita tus manos de mí, cerdo! —CL se sacudió entre los brazos del repulsivo atacante—.

—Shhh, que boquita, princesa —empezó romper el corset de CL y besarle el cuello—.

— ¡Te dije que me soltaras! —CL le lanzó un puñetazo que no logró atinar—.

— ¡Perra! —El atacante lanzó un golpe realmente fuerte en la boca de CL—.

El abusador agarró a CL y la volvió a arrinconar contra la pared, CL estaba aturdida, entonces él aprovechó para toquetearla más. Una vez que CL estuvo de vuelta en sus sentidos, empezó a forcejear con el atacante, ambos se lanzaban golpes —CL en desventaja, puesto que el atacante poseía un brazo más potente—, una vez que CL cayó aturdida al suelo, con la mirada encontró una piedra que le sería de ayuda. Tomó la piedra en una de sus manos y apenas se levantó, la golpeó contra la sien de su atacante, luego golpeó su aparato reproductor, cuando él se retorció, aprovechó para lanzar un golpe certero en su cuello, justo en la manzana de Adán —fuerte como para interrumpir el flujo de oxígeno pero no lo suficiente como para desmayarlo—. Empezó a lanzarle una serie de golpes tanto aturdidores como de furia, si había algo que ella odiaba era a los cerdos, que creían que podían ultrajar a cualquiera, cuando sus nudillos empezaron a sangrar, se dio cuenta que el agresor ya ni siquiera se defendía, sólo recibía golpes, ni mantenía los ojos normalmente abiertos, pero eso a ella le importó muy poco puesto que siguió lanzando golpes. La misma puerta por la que ella salió se abrió abruptamente dejando salir a un Ji preocupado, buscándola, cuando la vio moliendo a golpes a aquel hombre, corrió y corrió, lo más que pudo, porque sabía lo que ella era capaz, ya lo había experimentado y Dios sabe que podría hacer si no la detenía.

—CL, ¡ya basta! —La tomó de la cintura y jaló de ella—.

— ¡Déjame! ¡Tengo que golpearlo más! —Se sacudió en los brazos de Ji y volvió para patear al hombre que sólo respiraba irregularmente—.

— ¡CL! —Ji la volvió a tomar pero ahora la arrastró hasta la salida de tal callejón—.

Ji ahora la abrazaba, en la habitación del hotel en donde se hospedaba CL, él se había rehusado a dejarla irse sola, menos con su corset roto, labios rotos y nudillos ensangrentados. En el camino Ji le había dado su chaqueta a CL para que se cubriera.

—Tomaré una ducha, puedes quedarte a tomar algo o irte —dicho esto se dirigió al baño para tomar una ducha—.

CL desnudó su cuerpo y entró a la regadera, restregaba su cuerpo con mucha fuerza, se sentía sucia, al haber sido tocada por las manos de ese cerdo, sus lágrimas se mezclaban con la lluvia artificial que salía de la regadera, lágrimas que estuvieron todo el tiempo retenidas desde que Ji apareció. Una vez ya lista, se puso un camisón que le llegaba hasta los muslos y una lycra de la misma longitud. Salió de la recamara y Ji estaba ahí, esperándola en la sala.

—Pensé que te irías.

—No podía dejarte, no así.

—Estoy bien, puedes irte.

— ¿Te molesto? —CL sonrió, pero era una sonrisa que tenía más burla que humor—.

—Mejor tomemos algo.

Sacó un poco de whisky y sirvió en 2 vasos. Le dio uno a Ji y se sentó frente a él, a pesar de ser un insoportable su presencia le transmitía calma.

— ¡Auch! —Dijo CL al sentir el efecto del alcohol en su labio roto por el ataque—.

—Creí que habías tratado tus heridas.

—No necesito eso.

Ji se dirigió al baño para buscar el botiquín y cuando lo encontró se devolvió a la sala donde estaba CL tomando whisky.

—Ven, te curaré.

—Puedo hacerlo yo misma, ademas ya las lavé.

—No soy tu enemigo, sólo déjame ayudarte hoy, si quieres muéleme a golpes mañana pero déjame ayudarte.

—Pufff —CL resopló pero dejó que Ji la ayudara—.

Ji empezó por las manos de CL, sus manos eran delicadas pero sus nudillos estaban destrozados, ya unos moretones se asomaban en sus manos. Las limpió debidamente y vendó, CL apenas y se quejó por el ardor, se quejó más por el hecho de que él curara sus heridas que por el ardor. A la hora de limpiar los labios de CL, Ji se acercó bastante a ella para tener una mejor visión y hacer mejor la limpieza.

—Tienes experiencia en esto, idiota.

—Calla, bruja, trato de limpiar tus labios.

Ji veía los labios de CL más de lo que necesitaba para limpiar, una vez terminada la limpieza optó por no poner curitas ni nada así, puesto que cicatrizaría pronto. Pero Ji se acercó a ella, cuando sus miradas se toparon y ella no rechazó su proximidad, sus respiraciones acariciaban sus labios, Ji no se pudo resistir más y puso sus labios sobre los de ella, definitivamente no era como el beso de bar, no, ese beso era diferente, como si Ji tuviera miedo de hacerle daño, como si con ese beso curara sus heridas, como si ese beso remediara lo que había pasado.

Pero lo que él desconocía o más bien ignoraba es que para ella no era lo mismo...

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Ahí les dejo otro.

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Ya saben, comenten.♥♥♥

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La verdad me emociona demasiado saber que les gusta.♥♥♥

Perdedor {Skydragon}Where stories live. Discover now