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La botella de la cual CL había estado bebiendo hace tan sólo unos minutos, fue tomada por ella desde la parte superior y la arremetió contra el borde del desayunador, haciéndola trisas en una fracción de segundo. Pequeños fragmentos que habían sido desprendidos en el golpe, se incrustaron en la piel de ella y de Ji, pero eso sólo le hizo enojar más. CL hizo rasgar su garganta en una clara acción de enojo, aunque pareciera inverosímil sus ojos se oscurecieron de ira. Ji se había quedado un poco atontado al ver a CL de esa manera, él la conocía enojada, eso era claro, desde la primera vez que la conoció vio en ella esa faceta, pero esa vez algo era diferente, más escalofriante. Como si de una bestia se tratase, CL clavó sus largas uñas en el cuello de Ji, como si quisiera arrancar no sólo el aire de ella sino también su piel, las manos de Ji sujetaron los brazos de ella para detenerla, pero ella aumentó el agarre y golpeó con un rodillazo el estómago de él para tener ventaja. Ji sostuvo su estómago al sentir el rodillazo, CL lo soltó sólo para tomarlo de su cabello y hacerlo estrellarse de manera múltiple contra su rodilla, una vez él se retorció por el rodillazo, CL empezó como si una maniática se hubiera apoderado de su personalidad para golpearlo de tal manera. Ji empezó a escupir sangre y una vez ella se agotó un poco, le atinó una patada con su pantorrilla en la parte lateral de su cabeza para verle caer en el suelo.

Ella se encaminó hacia la pila para tomar la navaja que había lanzado cuando vio a Ji destruir su droga, controlando su respiración tomó la navaja y la empuñó. Antes de darse la vuelta para volver a su objetivo, unos brazos rodearon su cuello formando una llave asfixiante. Al tomarla por sorpresa no reaccionó, evidentemente al instante, entre más tardaba en asimilarlo mayor era la presión que Ji ejercía sobre ella. Sus opciones se agotaban y aunque odiase aprovecharse de esa debilidad, creó un péndulo con su puño y lo estampó bastante fuerte en la zona genital de él, haciendo que la soltara de manera rápida. Cuando la soltó, CL empezó a toser a medida que sentía como el aire volvía a llenar sus pulmones, Ji se hallaba en el suelo aún dolido por el fuerte golpe, así que CL decidió aprovechar. Cuando Ji se enderezó, de un salto CL trabó sus brazos alrededor del cuello de él e hizo que alzará un brazo, para hacer más eficaz la llave. CL hacía rechinar sus dientes conforme aumentaba la presión, Ji lanzaba golpes que no daban en su objetivo, así que con CL en su espalda y con la poca conciencia que tenía, buscó una pared e hizo que la espalda de ella colisionara contra el objetivo varias veces. Cuando la pared dañó lo suficiente la espalda de CL, ella soltó su cuello y cayó sobre algún adorno de cerámica, rompiéndolo.

Ambos ya estaban agitados, pero la ira de CL aún no había desaparecido, se redujo pero ahí estaba. Ji estaba escupiendo sangre cuando volteó a verle y algo en ella deseo ver más de ese líquido. Como un felino, se abalanzó sobre él, cuando él cayó al suelo ella cayó sobre él, se posicionó de manera que sus piernas majaran sus brazos, dejándolo así a su merced. La presión que ejercían las piernas de CL sobre los brazos de Ji, era demasiada, tanto que ardía. CL empezó a golpear repetidas veces el rostro de Ji y uno que otro golpe que soltaba en su torso.

—¡No fue mi culpa! ¡No lo fue! —un sollozo reprimido salió de sus labios—, ¡nunca fue mi intención!

Dejó caer su rostro a la cara maltratada de Ji, cansada. Luego que se había calmado su respiración, se levantó y todos los adornos de cerámica que vio los hizo trisas tirándolos contra el pared y el suelo.

—Yo no lo hice…

Se acurrucó en una esquina mientras golpeaba su cabeza con la pared, recordando esa noche. Aún podía oír el estruendo que hicieron los cristales al romperse y recordaba ver la cara de Bom destruida por haber quedado en el cristal. Esa imagen la atormentaría por siempre, si tan sólo no hubiera acelerado tanto, si esa noche no hubiera bebido tanto, sino hubiera corrido a tal velocidad en una calle tan transitada, si sólo hubiera sido ella y no Bom. A medida que las lágrimas quemaban sus mejillas, sintió la calidez de la sangre que  emanaba su mano, gracias a los cortes causados por la botella. También sus nudillos dolían y el cuello ardía por la presión que habían ejercido. Cuando se calmó, dirigió su mirada a Ji y lo vio “dormido”, decidió cargarlo con un poco de dificultad y lo acostó en el sillón, sólo se quejó un poco entre sueños. Buscó lo necesario para curar sus heridas y las de Ji también, trató lo mejor que pudo sus heridas y las de Ji, aunque bueno, él no estaba consciente.

—Lo siento… —besó su frente—.

Con el recuerdo de Bom, todo su enojo se esfumó como si nunca se hubiera aparecido. Salió de casa de Ji, luego de haber limpiado el desastre, subió a su Hummer y dejó la casa Kwon. Volvió a la ciudad y llegó a su departamento, se duchó y volvió a tratar sus heridas, no era nada grave pero dejaría su cicatriz. Tomó una siesta y comió algo, alistó una maleta con lo suficiente como para una semana, debía volver a Miami y no necesariamente a visitar a Harin. Aún atontada por lo que había pasado en la casa de Ji, en el camino una que otra vez sus ojos se empañaban, ya sea por sus palabras, por sus actos o por toda la mierda que se juntó, no sabía pero sea lo haya sido le dolía como un demonio, pero nadie debía ver el dolor en ella… aún así la carcomiera. Luego del tiempo predeterminado, llegó a Miami. Prefirió alquilar un pequeño departamento, después de todo no quería molestar a la pareja de Harin y Wang, iría por su moto al día siguiente. Por ahora sólo quería descansar y olvidar todo. Hizo un pedido especial a uno de sus distribuidores, apiló el níveo y lo llevó a su nariz de un jalón. Sintió como las sienes se relajaban, así pasó hasta que ya no quedaba nada. También había pedido su ron, el líquido quemaba su garganta pero le hacía sentir tan bien, empezó a llorar silenciosamente mientras el alcohol ahogaba su porquería.

El motor de su Kawasaki rugía a medida que aceleraba, sentir la libertad que una motocicleta le brindaba, sentir el viento acariciando su piel, como el sonido era distorsionado por la velocidad era sin duda lo que ella más amaba de correr, había restaurado su Ninja, le había puesto más velocidad, un motor más potente y un nuevo trabajo de pintura.

—¿Pudiste rastrearle? —le preguntó a Taeyang—.

—¡Mierda!, ¡volviste! —Abrazó a CL y la elevó con sus fuertes brazos—.

—Te había extrañado —dijo acurrucándose en su cuello—.

—Mi pequeña, pensé que nunca volverías.

—Te dije que lo haría —se separó de él pero tomó sus manos—, ¿hiciste lo que te pedí? —le susurró—.

—Aún con ese programa me fue difícil rastrearle, pero lo hice.

—¿Cómo sabré quién es? —Cruzó sus brazos por el cuello de Tae, para ser menos sospechoso—.

—Será el único que te dará batalla, hice creer a los demás que el perdedor daría su moto, cosa que no los motiva y no muchos correrán —dijo mientras tomaba las caderas de CL—.

—Eres el mejor.

Besó la comisura de Taeyang y se aproximó a la línea de salida, cerró bien su chaqueta, se posicionó en su Kawasaki y se colocó su casco. Una espalda un tanto familiar se colocó a dos motos de ella… esa espalda, sabía que la había visto pero no en donde y entonces, dieron el disparo de salida.

♤♡♢♧
Perdón por las faltas ortográficas. 😭💔

♡♡♡♡♡
Espero que les guste.  ❤❤❤

Perdedor {Skydragon}Where stories live. Discover now