Te amo

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Mi pie daba golpecitos contra el suelo de forma repetitiva, nerviosa. Mis uñas habían sido víctimas de mis dientes; y mis ojos no se apartaban de aquella puerta desde hacía día y medio. Hacía dos días que nos habían rescatado de aquel mundo helado, y Loki no había despertado desde entonces. Los médicos o como se les diga en este mundo dicen que está fuera de peligro, pero si algo había aprendido en mi vida es de no fiarme de los médicos. La vida es muy injusta y caprichosa o ¿es la muerte quien lo es?

Suspiré, chocando mi nuca contra la columna en la que me encontraba apoyada. Sentía rabia, odio y ganas de matar. Mi cuerpo ardía, quería venganza. Jotunheimen pagaría por todo. Pero hoy no, tenía que controlarme.

Quería...Quería estar con él, con Loki, pero no podía entrar, nadie podía hacerlo, excepto los médicos y Frigga. La Diosa se había pasado ambos días al lado de su hijo y raramente se alejaba de él. La envidiaba, la verdad. Ella me decía que él estaría bien y que me fuese a descansar, que lo necesitaba. Si, tal vez debería descansar. Pero eso no me interesaba, lo único que quería era ver a mi idiota, ver por mí misma que estaba bien.

Necesitaba a Loki.

Cerré mis ojos, intranquila. Mi cuerpo temblaba al recordar el frío viento de aquel día. Tantas cosas habían ocurrido en tan poco tiempo...

El sonido de la puerta abriéndose llamó mi atención y vi como la dulce Diosa salía de ella y me miraba con el mismo cariño que una madre miraba a su hija. Tal vez ella sería lo más cercano que tendría a una madre. Un gesto, un gesto que hizo de su mano me llenó de alegría, indicando que podía entrar con él, con Loki. Agrandé mis ojos con sorpresa y una sonrisa asomó en mis labios. Caminé a paso rápido para entrar en la habitación, no sin antes darle un "gracias" a la Diosa. La puerta se cerró detrás de mí y yo me apoyé en ella. El cuarto estaba vacío, no había rastro alguno de los médicos, ¿dónde se habrían metido? Recorrí la habitación con la vista hasta posar mis ojos en una gran y elegante cama, donde él descansaba. Suspiré y me mordí el labio inferior. Hacía años que no me sentía tan....Tan...No sé... Camine lentamente hacia Loki, quien dormía plácidamente. Su pecho subía y bajaba lentamente, casi parecía que no respiraba. Me detuve cuando llegué a su lado. Me senté en el suelo apoyando mis brazos en el borde de la cama y mi cabeza encima de estos, viendo como descansaba mi príncipe. "Mi príncipe" Dios, me estoy volviendo demasiado cursi. Acaricié su pálida mejilla con delicadeza, con ternura. Loki parecía una figura de porcelana y ahora mismo era tan frágil que tenía miedo de romperla. Sonreí levemente, sin duda este idiota me hacía sentir, pensar y hacer cosas que nunca reconocería en voz alta. Me senté en la cama, examinándolo. Una raya roja atravesaba su mejilla derecha, donde antes había un corte bastante profundo ahora solo había una fina cicatriz. Sus labios, igual de pálidos que su piel, con un ligero tono rosado. Se me hacían tan apetitosos. Mordí ligeramente mi labio inferior y empecé a acercar mi rostro al suyo. Bese sus labios, apenas fue un roce, suave. Sus labios estaban fríos, pero su sabor era irresistible.

-Sienta bien este despertar....-Susurró, con el mismo tono de voz burlón de siempre.

Me separé unos cuantos centímetros de él para poder mirar a esos ojos esmeraldas que tanto me encantaban y los cuales ahora se encontraban abiertos, mirándome algo cansado pero de forma tierna y divertida. Creo que esta era una de las primeras veces que sonreía tanto en mi vida. Me lancé contra él, besándolo varias veces mientras mi mano acariciaba su mejilla. Él rio divertido y yo lo imité. Nunca pensé que me alegraría tanto de que él estuviese bien. La vida da demasiadas vueltas.

-¿Estás bien?- Preguntó preocupado.

-Si...si, pero creo que esa pregunta debería hacértela a ti....-Susurré, bajando un poco los ojos.

-¿Estabas preocupada?...-Volvió a preguntar curioso, realmente curioso.

Yo aparté ligeramente la mirada hacia un lado.

-...Más de lo que piensas- Susurré, para luego mirarle.

Él cerró los ojos y soltó una ligera carcajada, que hizo que mi sonrisa se agrandara. Había echado tanto de menos sus risas.

-Nunca dejarás de sorprenderme querida...- Me dijo, llamándome con un curioso mote que...Me llamó la atención. Lo miré con ojos confundidos, curiosos y sorprendidos; y él me devolvió la mirada sin entender nada.

-Jamás me habías llamado así...-

Loki rio levemente.

-¿Te molesta?-

-Me hace sentir...Mayor, más de lo que soy...-Susurré mientras me acercaba a su rostro y besaba sus labios.

-Tú solo eres una renacuaja...-Dijo entre mis besos.

Estuvimos besándonos un buen rato. Su mano ahora se enredaba en mi cabello y la mía seguía en su mejilla. Mis ojos se cerraron disfrutando completamente del sabor de sus labios. Mi corazón latía fuertemente, tanto que debería de estar prohibido. Nunca creí que me sentiría así, nunca creí que alguien me fuese a gustar, que me iría a enamorar. Pero amaba a Loki, y él a mí. Deseaba estar con él, reírme de sus travesuras, besar sus labios, dormir a su lado. Lo deseaba a él ante todo. Sentí como el calor se apoderaba de mis mejillas ante mis pensamientos de pasar una noche entera con Loki y despertar con él, enredados en las sábanas. Me aleje ligeramente de mi idiota, abriendo lentamente mis ojos encontrándome con los suyos color esmeralda brillantes, esos que tanto quería. Su mano había pasado a acariciar mi cuello suavemente, haciendo que un escalofrió recorriese mi espalda, y ahora descansaba en mi mejilla, con la yema de sus dedos rozando tiernamente mi piel.

- Quisiera volver a escucharte decirlo...Quiero oírlo en tus labios de nuevo, con tu voz...- Susurro mí Bambi con tono suplicante.

¿Cómo decirle que no? Además, ya no tenía que fingir más...Al menos no delante de él.

-Te amo Loki...Siempre lo he hecho.-

Y nos volvimos a fundir es un apasionado beso. 

Estúpido BambiWhere stories live. Discover now