Una vez más.

352 53 13
                                    

La nieve se iba acumulando por los alrededores. Las capas bajas de ella se convertían en hielo, mientras que las más recientes eran pisoteadas por un ciervo blanco que corría alrededor, acompañado de un anaranjado lobo, que en esos momentos asemejaba más un cachorro feliz, moviendo la cola de un lado a otro.

Se perseguían en un juego infinito, corriendo por la llanura nevada, dando vueltas, buscando agua, aprendiendo juntos.

LuHan no sabía cuánto tiempo exactamente había pasado desde que ese lobo precioso llegó, pero sabía que no fue poco. No fue mucho el tiempo que tardó en enseñarle a comunicarse, a comer con tenedor y cuchillo, y a aprender que un ciervo no era necesariamente su desayuno, al menos no ese ciervo.

Aun sabiendo eso, muchas veces Han era despertado por las mordidas fuertes del lobo, que sin culpabilidad enterraba sus dientes en su frágil piel, y tiraba. Como si fuese una rutina, después de hacer eso lo lamía y sanaba, dedicándose a repartir besos por su piel dañada, susurrando palabras en bajo como "Perdóname" y "No lo haré más", pero volvía a hacerlo.

Nada importaba, porque el cambio en el pequeño lobo era obvio, porque poco a poco, LuHan venía como su lado humano salía al flote.

Después de horas de correr y jugar, los dos se transformaron delante de la puerta de la casa, entrando a pasos rápidos. XiuMin, como LuHan lo llamaba, corrió a la chimenea, aun desnudo, tiritando y quejándose en silencio, porque el frío helaba su sangre.

"¿Te hago un té de hierbas, Xiu?" La voz de LuHan transmitía paz. Se acercó a la chimenea para volver a sentir su cuerpo congelado, y mientras hacía eso, abrazó la blanca espalda de su compañero, pegando su cuerpo al suyo, apreciando las llamas, el fuego, así como Xiu lo apreciaba.

"Odiar" Había cosas que XiuMin no soportaba, entre ellas todo lo que tuviera que ver con hierbas, verduras, y en sí cualquier cosa que no fuese carne. Era carnívoro, algo obvio para LuHan, pero no dejaba de pensar que su quizás humano cuerpo necesitaba de tales vitaminas...

El cálido abrazo se prolongó unos largos minutos, en los que LuHan apoyaba su cabeza al hombro del joven lobo, mientras este se dedicaba a admirar el fuego, sintiéndolo familiar, recordando nítidamente a su manada de lobos, y como los perdió en algún momento de su viaje.

Jamás supo qué buscaba exactamente, solo recordaba los ojos color miel de aquella noche de luna llena, y la piel deliciosa que había tenido el privilegio de marcar.

Volvió solo para comerlo, porque a eso vuelve un lobo después de fichar a su presa, pero fue envuelto en las redes de un bello humano que activó su corazón animal, despertando en él sentimientos como el aprecio, la necesidad, el cariño, las ganas de proteger, y sobre todo, algo tan desconocido como el amor, posesivo y loco.

No había sentido anteriormente tales sentimientos, o si lo hizo, no fue de la manera que ahora lo sentía. Su pecho se llenaba de aire y algo más, una calidez extraña que lejos de ser la calidez del fuego, era una llama más intensa, más pura y apasionada. Expulsaba el aire y como si de un cuento fantástico se tratase, sentía como el espacio del aire se llenaba de pequeñas mariposas revolucionadas, que chocaban contra las paredes de su interior, creando electricidad.

Esas sensaciones y muchas más le provocaba la cercanía de ese apetecible ciervo, que de no ser un precioso humano, hacía mucho se hubiese desayunado.

"Entonces iré a calentarte agua y a mí a hacerme un té, ¿bien?"

No. No estaba bien. Siempre que lo tenía lejos entraba en pánico, sin saber que se había vuelto dependiente a su aroma dulce, a su cuerpo esbelto y suave, a su mirada cariñosa.

Necesidad.  [XiuHan Threeshot]Where stories live. Discover now