Necesidad.

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La llegada del invierno significó el comienzo de una nueva aventura para él.

Con la caída de los primeros copos de nieve que su delicado cuerpo sintió por su cuerpo, supo que nada sería igual a partir de ahora.

El hermoso cielo era decorado por miles de estrellas blanquecinas que caían y caían en un sinfín, desapareciendo en su suave pelaje, que le permitía mantenerse vivo aun a tan bajas temperaturas. Estaba solo en ese abandonado bosque, y su única compañía eran los árboles, carentes de hojas, que poco a poco eran cubiertos por la pura nieve, creando un escenario congelado digno de admiración.

Sus pasos por la ligera capa de nieve eran lentos, porque pese al frío que congelaba poco a poco su sangre, aún quedaba algo humano en él que le hacía racional, que le insinuaba a disfrutar del momento, de entregarse a aquel cuento de magia que él protagonizaba.

No había sonidos, no había movimiento que no fuese creado por él mismo o el ínfimo golpeteo de los copos de nieve contra la fría superficie invernal. Solo estaba él en aquel instante, él y el recién comenzado baile tan manso que creaba el viento.

Se preguntaba si este paisaje sería transformado en uno digno de temer, en su peor pesadilla.

***

El tiempo pasaba pero el frío había llegado sin intención de irse, al menos no aún.

Él era un ser vivo, y a pesar de estar rodeados de árboles gélidos que serían capaces de aguantar la dura temporada, como ser vivo, como animal, sus más primitivas necesidades salían al flote.

Llevaba días sin comer, y sentía que las pocas hojas que arrancó de aquel arbusto, las que le habían permitido vivir unos días más, ahora desaparecían de su organismo, dejándole sensación de vacío, mareo, dolor.

El hambre es uno de los primeros conocimientos, siendo tener hambre lo primero que se aprende. Ahora, era la necesidad la que lo movía, haciéndole poner una pata delante de la otra, aun sin energías. Abandonar su helado paraíso en búsqueda de zonas menos congeladas y poder comer, poder vivir, esa era su prioridad.

Un ser racional, alguien que piensa, siente, desea y tiene miedos.

***

Era la primera noche lejos de su bien conocido territorio. Cada par de segundos giraba su cabeza mirando hacia atrás, hacia un lado, y luego hacia el otro.

Los pasos eran más y más rápidos, llegando a sentir sus delicadas patas congelarse. Tenía la ventaja de ser el dotado de ese pelaje blanco puro, nieve, que ahora le permitía huir con más facilidad.

Jamás corrió tan rápido como ahora. No sabía de qué escapaba, pero lo asustaba, helaba su cuerpo más de lo que ya lo estaba, lleno de adrenalina, de tensión, horror.

Su respiración entrecortada se intensificaba a medida que los segundos pasaban, infinitos, sufridores.

Las fuerzas pronto abandonarían su delicado cuerpo, y no había nadie que lo pudiera salvar, porque este no era su hogar, no era su territorio, y aquí, aquí los árboles no eran su única compañía.

¿Cuándo fue que se propuso abandonar su zona de confort? Cierto, tenía hambre.

Lo que lo perseguía tenía hambre. Lo que lo perseguía ahuyentaba, corriendo entre las sombras, mirándolo con ojos amarillos desde atrás, desde un lado, desde delante. Estaba en todas partes, lo sentía, cerca, más cerca que nunca. Sus pasos, el sonido de la nieve crujiendo al ser pisada por algo más pesado, la respiración acelerada, los gruñidos salvajes que le erizaban el pelaje, poniéndolo en alerta.

Necesidad.  [XiuHan Threeshot]Where stories live. Discover now