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La puerta se abrió y el tío Liam entró guiando a un hombre de cabello rizado y largo sin canas. En su rostro no se veían arrugas. Caminaba erguido, imponente. Parecía ser aquel que todos querían ser. Salvo por aquello que parecía endurecer sus facciones. Sus ojos estaban perdidos, ciegos. Esmeraldas gélidas escrutando la oscuridad de su mente.
-Él es tu tío Harry.-dijo papá cuando lo tuvimos en frente. Extendió su mano y yo la tomé.- Ella es mi hija Darcy.
Sus dedos me soltaron al instante y siguió avanzando torpemente, rechazando la ayuda del tío. Papá me rodeó con su brazo y me recosté en su pecho.
-¿Cómo está la fiebre?-preguntó el tío Liam y papá besó mi frente.
-Recostala.-dijo Freddie.-No se siente bien.
-¿Queres...?-preguntó dudoso y me presionó entre sus brazos.-¿Queres llevarla un rato y cuidarla?
Mi hermano se aproximó a mi y tomó mi mano con suavidad, avanzando lentamente hasta la escalera. Miré a papá y una simple mirada fue suficiente para que supiera que debía decirle si ocurría algo.
-Darcy, el escalón.-me retó Freddie cuando tropecé.- Vamos a descansar.
-No.-dije y me miró confundido. Al entrar al cuarto cerré la puerta un instante y tomé mi control antes de dejarme caer en la cama.-¡Entrá!
Su mirada primero era dolida, pero entonces posó su mirada en la pantalla de plasma donde nuestro juego de guerra se encendía. Rió con ganas y se tiró a mi lado tomando un mando casi con urgencia.
-No puedo pasar niveles sin vos.-dije haciendo puchero y él soltó una carcajada.

Cuando la puerta se abrió horas más tarde, era papá. Freddie había apagado todo y acariciaba mi cabello mientras me contaba cómo estaban mamá y Frank y todos en la escuela y en el barrio.
-Liam fue a comprar medicamentos.-dijo y se sentó junto a mi.-Tengo que llevarte al aeropuerto. Quiero que descanses, Darcy.
-Voy a llamarte cuando llegue.-dijo Freddie y besó mi mejilla.-Te amo. Ya voy a venir otro día para que pasemos más niveles. Seguís siendo muy mala jugando.
-Vos sos malo jugando.-dije y él rió.- La próxima vez voy a ganar más estrellas. Voy a ganarte, hermano.
-Ya lo veremos, hermanita.-dijo y besó mi cabeza antes de alcanzar a papá.
La casa se sumió en silencio y permanecí en la cama unos instantes. Tomé el control y puse la pista de la canción que el tío Liam siempre cantaba. La dejé sonar entre las paredes hasta que la puerta se abrió.
-¿Te molestaría sacarla?-pidió Harry con voz inestable.
Obedecí.
-Perdón. Creí que estaba sola.
-¿La pones cuando estás sola?-preguntó aún contra el marco de la puerta. Asentí antes de recordar que no me veía.
-Si.- lo miré.-Si queres, podes pasar.
Él entró y amagué con acercarme, pero entonces recordé que él había rechazado la ayuda del tío. Llegó a la cama y tomó asiento.
-Me dijo tu papá que estás enferma.-dijo él, tanteando la frazada.
-Sólo es un poco de fiebre. Estoy resfriada y eso me sube la fiebre. Papá siempre se asusta con esas cosas.-su mano se topó con la mía pero no la retiró.-¿Saber si...?¿Papá está enojado?-pregunté.
-No.-dijo y presionó mi mano con suavidad.- Sólo un poco asustado.
-No me gusta cuando se va de casa.-admití y me hice pequeña.-Sólo me gustaría que nunca se fuera.
-Eso no va a pasar.
-Anoche soñé que se enfermaba y...
-Sólo fue un sueño.
Permanecí en silencio y entonces me invadieron las náuseas. Corrí al baño al instante.
-Darcy.-llamó Harry.-¡Darcy!-junto al vómito salían las lágrimas y no llegaba a responder ante su desesperación.-¡Darcy! Nena, ¿dónde estás?
-Ya voy.-conseguí decir y escuché un golpe mientras lavaba mi boca.
Corrí fuera del baño y lo encontré en el suelo. Me aproximé a ayudarlo y sus manos me agarraron al instante. Me acercó a él y comenzó a tantear mi rostro antes de secar las lágrimas.
-Perdón.-susurré.-¿Estás bien?
-Saliste corriendo.-dijo molesto.-Darcy, no puedo verte. No sé lo que pasa si no me lo decís. No vuelvas a hacerlo.-me retó con tono severo. Entonces me pegó a su pecho y sentí su corazón acelerado.-¿Dónde estabas?
-Creo que acabo de deshacerme de mi almuerzo.-admití.-Pero no me siento mejor.
-Supongo que esta vez no es sólo un resfriado. Creo que mejor volvemos a la cama.
-¿Están bien?-preguntó el tío Liam que acababa de correr escaleras arriba.
-Si.-dijo Harry.-Pero no creo que sirvan los medicamentos. Está mal de la panza.
-Ay, mi nenita.-dijo él, alzándome a la vez que Harry se ponía de pie.-Voy a llamar a tu papá.
-Yo la cuido.-dijo el tío Harry alegre y noté que la mueca de Liam era de sorpresa.
-Cada vez te veo más consentida.-me dijo.-¿Qué vamos a hacer con vos?
No dije nada. Miré al tío Harry y tendí mi mano hacia él, acariciando su cabello.
-Me gusta tu pelo.-murmuré y el tío Liam me miró alarmado.-Es largo y suave.-su mueca cambió.-Se siente bien.
-¿Cómo no voy a consentir a la única persona que me habla con los sentidos que poseo?-dijo Harry y lo miré confundida.-¿Sabes, Darcy? Creo que nos vamos a llevar muy bien.

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