16

1.2K 53 0
                                    

La casa estaba en silencio pero no podía dormir y sabía que Freddie tampoco. Con paso lento y cansado salí al pasillo.
-¿A dónde vas?-preguntó papá adormecido desde su cuarto.
-Con vos.-dije y mi voz salió más pequeña de lo que pretendi.-¿Puedo?
-Claro que sí, bebita.
Cuando estaba por llegar me llevé puesta la mesita y se cayó el florero, haciéndose trizas.
-Perdón.-dije con voz sofocada. Me acerqué a levantarlos y mi padre me apartó al instante. Volteé en sus brazos y oi su corazón acelerado.
-No pasa nada. No los toques ahora. Está oscuro, vas a lastimarte. Lo hacemos mañana, ¿si?-me alzó suavemente y entramos en el cuarto. Su celular comenzó a sonar y pide ver el nombre de Freddie en la pantalla. Quiso apartarlo pero ya era tarde. No sé si no lo notó o qué, pero terminó atendiendo la llamada.
-¿Hola?¿Papá?-quiso cortar pero detuve su mano, entrelazando los dedos de ambos. Él me juntó más a su cuerpo y dejó que la llamada siguiera.
-Si.-respondió seco, distante.
-Por el amor de Dios. ¿Dónde estás? ¿Dónde está Darcy?-la voz se le quebró.-Decime dónde está mi hermanita.
-Donde no puedas encontrarla.
- Darcy está asustada. Recién de sobresaltó. Está triste.-lloró.-Me necesita.
-Acaba de golpearse con una mesita y se cayó el florero. Ella está bien.
-Quiero verla o escucharla.-lloró aún más y volteé en el pecho de mi padre, llorando en silencio.-Traela a casa.
-No voy a dejar que vuelvas a tocarla. Gané el juicio.-dijo.-La justicia sabe lo que hiciste y considera que lo prudente es mantenerlos alejados.-acarició mi espalda acercandome más a él y besó mi frente.
-No quería que nadie la lastimara.
-La lastimaste usandola para satisfacer tus necesidades de sexo.-me miró.-Voy a cortar, Darcy. Esto está lastimandote.
-¿Darcy?-preguntó mi hermano.-Dar...-papá cortó y ese nombre sin terminar permaneció un instante flotando y chocando contra las paredes del cuarto.
-No vas a poder dormir ahora.-suspiró.-No voy a volver a atenderlo.
-Sólo necesitaba volver a escuchar su voz.
-¿Queres escuchar también la de Connor? Hija, te amo, no te liquides así.
-Papá no quiero volver después del receso si él sigue ahí. Tengo miedo.
-Estaba pensando.-suspiró y apoyó el mentón sobre mi cabeza.-¿Qué te parece si volvemos a mudarnos? Primero quiero que viajemos a visitar a tu mamá que te extraña muchísimo, y después podrías conocer a otro tío que viene pidiéndome conocerte hace meses. ¿Queres? Cambiamos un poco de aire. Podríamos tener una casa más linda. Nuestro propio estudio de grabación donde practicar juntos.
-¿Cómo voy a escribir con el tío Liam?
-Él va a seguirnos. Sos su nena. Sabes que desde que sus hijos se fueron de casa y dejaron de visitarlo, sos la única persona por la que saltaria del puente más alto.
-Papá, yo no quiero irme después de mi cumpleaños.-dije al recordar a los hijos de Liam.
-No ibas a hacerlo. Encontraría una excusa para que te quedarás. Me mudaria con vos. No. Yo no podría dejar que te fueras lejos y no volvieras a visitarme.
-Tampoco exageres.-reí.-No podría alejarme por mucho tiempo. No por voluntad propia.-mis párpados se volvieron pesados y me acomodé en su pecho.-Freddie sonaba triste pero está enojado. Creo que otra vez está teniendo problemas de irá. Como Connor. Creo que la sociedad violenta a las personas hoy en día.
-Exacto. Mirate. Acabas de estallar un florero.-rió y yo negué divertida.-Apagá un poco todos esos razonamientos y dormí. Mañana vamos a empezar a buscar lugares.

Y así fue. A la mañana siguiente mirábamos casas en Internet. Hacíamos llamadas, imaginábamos historias, reíamos y empezábamos a planificar todo en nuestras mentes. Lo cierto es que la conexión que teníamos era increíble. No nos relacionabamos con el fútbol, pero habíamos descubierto que éramos afines en muchos otros aspectos más cotidianos, internos, extraños. Por ejemplo, ambos le sacabamos las orillas al pan, o contábamos hasta diez para darnos fuerza al levantarnos, también solíamos despeinarnos luego de bañarnos o cada vez que pasábamos frente a un espejo. Y en el aspecto de nuevas compras, concordabamos perfectamente en todos los aspectos.
-Creo que esta es la que más me gustó.
-A mi igual.-dije.-Es como que lo reúne todo. Está cerca de tu oficina y de la escuela. El centro queda lo suficientemente lejos como para que no nos molesten los ruidos.
-Es cálida y en una zona tranquila. Tiene un patio trasero enorme.-agregó él
-No tiene sótano.-apunté.
-Y es lo suficientemente grande como para que estemos cómodos y lo suficientemente chica como para que estemos juntos.
Dejé que mi cabeza cayera en su hombro y él rió a la vez que cerraba su brazo en torno a mi.
-¿La compramos?-preguntó. Asentí y dio el clic definitivo.-Ahí vamos. Espero que estes lista.
-Lo estoy. ¿Y vos?-asintió y besó mi frente para luego ponerse de pie de un salto.
-A empacar.-el timbre sonó.-Ese debe ser tu tío.
Abrió la puerta y algo me dijo que no era el tío Liam quien estaba ahí.

EscondidaWhere stories live. Discover now