Capítulo 50 El momento de las confesiones.

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Pov. Anastasia.

Estamos en los taburetes de la cocina degustando una sopa de cebolla con queso de entrada y unas costillas a la BBQ con una Yuca mash con gratinado con queso mozzarella y palmesano de planto fuerte, acompañado con una copa de vino tinto. Quisiera saber más acerca de él, pero no sé cómo iniciar la conversación.

-No tengas miedo en preguntarme lo que quieras saber. Dice mirándome con el ceño fruncido.

-Sabemos tan poco el uno del otro y como estamos juntos me gustaría saber todo de ti y que conozcas hasta lo más mínimo de mí. Le respondo.

Ladea la cabeza a un lado, mientras pasa su dedo índice por su barbilla y fija su mirada en la mía.

-¿Qué quieres saber? Pregunta resignado.

-¿Cómo ha sido tu vida? Pregunto. Sonríe tomando un sorbo de su copa y colocando su espalda en el respaldo de su silla.

-Mi vida no ha sido fácil y desde muy joven he luchado por lo que he deseado, he trabajado de sol a sol. Hace una pausa. -Lo que he logrado fue a base de todo mi empeño y sin ayuda de nadie. Todo lo que ve a tu alrededor me lo he ganado centavo a centavo y en ocasiones ha sido beneficioso y al mismo tiempo perjudicial. Dice.

Se pasa las manos por el pelo y se levanta de su silla y se acerca a mí.

-Vamos al salón. Dice, tendiendo su mano. -En un viaje a Nueva York conocí a Renne en una explosión de unas de sus mejores pinturas, mis ojos se quedaron fascinado con la imagen de una madre dándole su infinito amor a su pequeño y no dude en comprarla.

Se levanta y camina para pararse frente a una pintura hermosa, la observo por un momento y puedo entender que la pintura de la que habla esta frente a nosotros.

Sin voltearse para mirarme continúa.

-Ella era una mujer hermosa y con una fuerza que invitaba a disfrutar de su compañía y sobre todo por ser una mujer con experiencia y ser tres años mayor que yo, me envolvió en ese mundo de lujuria y fascinación. Sonríe de manera burlona. -Empezamos a salir por unas semanas y me sentía tan bien en su compañía que sin dudarlo le propuse matrimonio, mi burbuja de mentira aumento hasta el día, pero duro tan poco... Afortunadamente explotó. Gruñe. Se gira y me regala una cálida sonrisa.

-No sé qué tiempo llevaba engañándome con su guardaespaldas y un día regrese sin avisarle y la descubrí en la cama con su amante. Su mirada se fija al gran ventanal y continúa hablando. -Gracias al control que he sabido manejar durante todo este tiempo lo hubiese matado a los dos en ese momento, pero no, a Christian Grey nadie lo engaña y se queda tan tranquilo por ahí.

-Tu orgullo herido. ¿No? Digo con sarcasmo.

-¡No, Anastasia! Planeé todo con cabeza fría e hice los arreglos para divorciarme de ella, pensó que le dejaría el fruto de mi esfuerzo y lo que ella no sabía que si nos llegáramos a divorciar nada le tocaría. Así que salió como entro. Se voltea y me mira. Con una mano por delante y la otra por detrás. Ríe con rabia.

-Entiendo que esa era la mejor manera de cobrarte lo que te había hecho. Le digo con ironía. Frunce el ceño al escuchar mi tono. Se cobró lo que le hizo usando su poder.

¿Talvez la amaba y no lo quiere reconocer?

-No vayas por ahí, Anastasia. Dice con voz dura. Pasa las manos por su cabello haciendo que se alborote más de lo que ya estaba.

El Reflejo en el Espejo.  (1 T) (Sin Editar)Where stories live. Discover now