El Reflejo en el Espejo. (1 T) (Sin Editar)

Capítulo 44 Lo que guarda mi alma oscura.

Pov. Anastasia.

Despierto con mucho calor y gran peso sobre mi y miro a mi alrededor y me encuentro con el hombre que ha descontrolado todo mi ser. Quien me iba a decir que llegaría a un país huyendo de un pasado doloroso y tenía preparado que conocería al hombre del cual me he enamorado perdidamente.

Lo contemplo mientras duerme y no me cansare nunca me mirarlo. Se remueve incómodo y acaricio su pelo para tratar que lo que sea que lo atormente mientras duerme se aleje.

-Tranquilo, Christian. Susurro en su oído, sin dejar de acariciar su alborotado cabello.

-No quiero perderte, Anastasia. Murmura, mientras duerme.

Se que algo oculta y le preocupa que pueda enterarme y tengo esa certeza porque lo veo en sus ojos... En ellos se refleja pánico. Tengo que encontrar la manera y se sincere conmigo y me muestre esas sombras que lo atormentan.

-No lo harás. Respondo dándole un tierno beso.

Se remueve y sus hermosos ojos grises me miran sorprendido.

-¿No puedes dormir, nena? Pregunta.

Abro los ojos como platos y me sonroje por la intensidad que sus ojos me mirar y por ser descubierta cuando lo contemplaba dormir.

-Emm... Yo.... Tartamudeo. Y sonríe.

-Muy elocuente, señorita Steele. Nunca deja de sorprenderme. Ríe.

-No te burles. Dio molesta.

-¿Por qué estabas despierta? Pregunta.

Como le digo lo que me tiene inquieta sin hacer que su temperamento salgo a flote. Respiro profundo y lo miro a los ojos.

-Desperté por el calor que emane tu cuerpo y me quede contemplando por un momento y en varias ocasiones murmurabas, sentía que algo te preocupaba y no te podía dejar dormir tranquilo. Trato de decirle las cosas como si fuera un niño.

-Ana yooo. Le esta costando mucho hablar.

-Confía en mí, Christian. Animo.

Pasa las manos por su alborotado cabello, gesto que empecé a identificar que solo lo hace cuando se siente nervioso para calmarse.

-En mi adolescencia era un joven rebelde y la única manera que encontré para controlar mi temperamento... Respira profundo. Pues, me involucre en una relación con una de las mejores amigas de mi madre. Dice, su mirada no se aparta de la mía.

-Si no te sientes cómodo y crees que no es el momento podemos dejarlo hasta aquí. Digo, porque se que es difícil para él.

-No, no te preocupes. Si vamos a llevar una relación no quiero que existan secretos ni malos entendidos entre nosotros. Quiero que mi novia sepa todo lo relacionado a mi vida. Dice.

Sin poder esconder mi sombro por lo que acabada de decir, la emoción sobrepasa y me lanzo a sus brazos y lo beso. Siento que sonríe en mis labios.

-Si continuamos no podré parar y no te podré contar todo lo que soy. Dice.

-Disculpa. Le doy una sonrisa tímida.

-Como te decía, ella tenía gustos que muchos no saben que ni siquiera existen, como en su momento ignoraba yo... Me llevo a conocer su estilo de vida y en su momento me negué, pero era un mundo tan seductor que la curiosidad hace que entre en ella aunque sea una sola vez para saber que se siente. Dice y veo que se siente avergonzado.

Al principio fue diferente dejar que ese poder lo tuviera alguien más pero después me hizo sentir poderoso y no puedo decir que sienta orgulloso de lo que hice, pero fue la manera que me enseñaron a ser libre y podría tener el control de todo cuanto me rodeaba.

¡Madre mía!

¿Será lo que me estoy imaginando?

Mi mente empieza a trabajar a mil x hora y llega el recuerdo de mi amiga Viviana quien estuvo involucrada en el mundo de BDSM. Y nos contaba cómo era ese mundo y sus encuentros sexuales con su.... Amo, como así le llamaba.

Que darle el poder a otro sobre ella era excitante y que debíamos de experimentado aunque fuera una vez. Nos contaba que el era fuerte y tenia control absoluto de su placer y con la brusquedad que el la follaba la hacia volar a lugares desconocidos.

Nosotros investigamos y por ser curiosas vimos una sesión y puedo decir que me asuste e hizo reaccionar a mi cuerpo de forma extraña. Salgo de mis pensamientos al sentir que unos hermosos ojos grises me mirar fijamente.

-¿Nena, estas bien? Pregunta.

-Si, solo que.... ¿Puedo hacer una pregunta? Sin que te enojes. Le hablo un poco asustada.

-¿Por qué crees que me podría enojar? Pregunta lo que quieras y te responderé con toda sinceridad. Dice sonriendo.

Juego con mis dedos nerviosa y se que el lo ha notado, pero me intimida mucho. Se que ese es el estilo de vida que llevo por su forma de comportarse y lo experto que es en la intimidad.

¡Vamos, Anastasia!

No tengas miedo. Arquea las cejas de forma interrogante.

-El estilo de vida al que hablas es... ¿Sadomasoquismo (BDSM)? Pregunto, temiendo a su reacción.

Abre los ojos y aprieta la mandíbula y me friso en mi lugar esperando a que estalle como sientes de juegos artificiales. Hace todo lo contrario y baja la mirada.

-Si, Anastasia, ha ese estilo de vida me refería. Dice y levanta la mirara.

-Pero no entendiendo ¿Cómo sabes de ese estilo de vida? Pregunta.

-Recuerda que viví por muchos años en Londres y compartir con amigos algo locos. Sonrío.

-Pero nunca tuve interés en saber mas allá de lo que supe ni que mi curiosidad llegara mas allá.

No soy quien para juzgar lo que haya hecho y lo amo con sus virtudes y con sus defectos y eso nada lo cambiara.

-Ahora quiero saber ¿Sigues en ese mundo? Pregunto.

-NO. Dice con horror. Hace años que deje ese mundo. Y no soy más dominante. Ahora sabes lo que guarda mi alma oscura. Dice firme.

-¡Entiendo! Aunque lo de dominante lo pondría en duda. Lo veo sonreír.

-Los viejos hábitos no cambian, Anastasia. Y si después de saber mi pasado no quieres estar conmigo... Respira profundo.

Me acerco a él y pongo mis labios en los suyos esperando que interprete mi respuesta y lo beso con pasión y sus brazos me aprisionan mas él y nos demostramos cuanto nos deseamos y que nada podrá contra lo que ambos sentimos.