《¿Eso es posible, Daddy?║2T》

[006] Club de los casados.

[ G U I L L E R M O ]

Estaba recostado en mi cama, viendo películas, comiendo helado y palomitas. A un costado tenia una caja de pizza vacía y varias envolturas de chucherías regadas por todo el piso.

La película era de amor, tenía unos pañuelos a un lado. Había llorado en una parte; fue tan conmovedor.
Rubén estaba sentado a un lado mio viendo la película. El sollozaba, no quería que lo viera llorar.

Tenia una pequeña panza, cada día se hacia más notoria. Alguna veces me daba pena andar por la calle. Samuél hoy no estaba en casa, como siempre anda trabajando.

Mi helado se había acabado y tenia hambre. Quería un bistec asado, con ensalada de pollo y ensalada de verduras.

— Rub —Le hable a Rubén.

—Willy —Ahora él me hablaba a mí.

—Tengo hambre.— Sollocé —¿Me puedes hacer una ensalada de pollo, una de verduras, algo de puré de papa con un bistec asado —Le sonreí. Por un momento Rubén se puso serio y luego empezó a reír.

—Lo haré solo porque quiero consentir a mi sobrino o sobrina —Le sonreí y él salio por la puerta.

La película avanzaba. Tenia unas enormes ganas de ir a hacer pis, pero la película se estaba poniendo casa ves más buena y no me la podía perder.

En unos minutos, estaba llorando, a moco tendido. La película terminaba en donde el esposo de la chica tenía una amante. Ella no soporta esto y se suicida, pero antes de que cayera, cortaron la escena.

Mis lágrimas resbalaban por mi mejilla. Joder, era solo una estúpida película.

Rubén llegó con una charola de madera, me dejo la comida en la cama y en unos segundos empecé a comer todo.
La cocina ahora se encontraba repleta de comida gracias a mis antojos.

Quizá por eso la doctora había mencionado que tenía una gran panza a pesar de que tenia un mes.

— Hola —Por la puerta entró Samuél. Hacia tiempo que no lo veía pararse aquí — ¿Como vas Guillermo?

—Eso ya lo has de saber tú — Seguí comiendo.

— Pues no lo se —Se acercó a mi para darme un beso pero me hice a un lado.

—En este primer mes, te lleve dos ecografías. Una que fue en mi primera cita y la otra cuando cumplí el primer mes. No entiendo que te pasa Samuél, desde que llegamos no te has despegado de la oficina —Dije algo enojado.

— Amor, yo lo sé, es que el trabajo y ya sabes. Mi empresa necesitaba nuevos socios, y este tiene una enorme empresa, quiere asociarse con la mía, Gutierrez y De Luque, las empresas se unen — Suspiró —Prometo que mañana estaré aquí.

-Lo estarás solo porque mañana se casa Rubén, de no ser así te quedarías todo el día hablando con la estúpida de Maria. —Reproché.

— Aparte —Se paró de la cama —. Ahora tengo que bañarme y volver a salir porque festejaremos con Gutierrez. Todo es para que se una a nosotros. —¿No iba a dormir aquí? Esto ya era el colmo y yo ya estaba a nada de explotar.

Agarré un vaso de vidrio que tenia en la charola y se la aventé, pero justo Samuél había entrado al baño. El vaso se impacto contra la puerta y se rompió en miles de pedacitos.

— ¿Guillermo?— Abrió la puerta y se asomó. Miro a piso y vio el vaso —¿Estas loco? Pudiste haberme sacado un ojo, yo que sé. —Le enseñe el dedo del medio y me volteé para ver la televisión.

Samuél salio del baño, se vistió y se volvió a ir. Esa noche no pude dormir. La panza me dolía. Quizá era por comer mucho, también podría ser que el llorar, el comer y el enojarme alteraron mis emociones y me dejaron un mal sabor de boca. Quizá.

[R U B É N]

Hoy era el día. Hoy me casaba con Mangel y yo no podría estar más que feliz.
Mi sueño de estar toda la vida con él se iba a cumplir; lo necesitaba cerca de mi a cada momento.
Me veía en el espejo mientras me ponía el traje. Me veía elegante con esa corbata azul rey.

Acomodaba a mi antojo y medida el traje.
Mis dedos temblaban. Me sentía fallecer. estaba nervioso y nadie podía quitarme ese sentimiento. Así como nadie podía quitarme de la cabeza que quería a Mangel toda mi vida.

— Rub —Dijo un Guillermo elegante tras la puerta. —¿Todo bien?

—Estoy nervioso tío — Me senté en la orilla de la cama y tape mi cara con mis dos manos.

—Tranquilo —Me tomó por los hombros. —Vamos, Mangel esta afuera esperando.

—¿Samuél vendrá? —Lo miré a los ojos. Él trato de esconder su mirada, no supo responderme.

— Rubén —Suspiró —Quizá —Me sonrió. Sabia que estaba triste pero no sabia el porque. Quizá solo eran los cambios de humor repentinos de Guillermo. Eso sí, Guillermo y Samuel no paraban de pelear desde que llegaron. Temo que su matrimonio termine antes.

—¿Estas bien?—Me atreví a preguntar. Me pare de la cama y avance a la puerta. Guillermo se quedó parado mirando un punto fijo.

— Sí... Vamos afuera —Avanzo detrás de mí. La respuesta no me convencía pero de cualquier manera no volvería a preguntar.

Todo estaba perfecto. Samuél nos había prestado una pequeña casa que tenia detrás de su 'mansión'. Era hermosa para ser sinceros.

Estaban nuestras familias y amigos. Estaba Alex y Frank, estaba Guille, pero le faltaba Samuél.

Estaba a un lado de Guillermo, quien me hacia masajes para relajarme.

-Suspire y me agache quedando en la pequeña panza de Guillermo. —¡Dame suerte sobrino o sobrina —Sobe su panza.

—¡No hagas eso! —Comenzó a reír —Me haces cosquillas.

—Me encanta tú bebé. —Le guiño un ojo, me trueno los dedos y la musica empieza a sonar, avanzo por todo aquel lugar hasta que llego a Mangel.

Me mira nervioso. Tomo su mano. Le digo un —Te amo, comencemos con esto — Me sonríe nervioso, nos volteamos, quedamos frente a aquel sujeto que empezaría con todo.

Por fin nos casaríamos, nada nos separaría. Me siento orgulloso de haber conseguido lo que quería. Y lo único que siempre querré. Mangel.

Mire a un costado, ahí iba entrando Samuél, quien se colocaba alado de Guille. Los dos sonreían, se veían tan hermosos juntos.

—Ahora sí, puede besar al novio —Sonreí. Mangel me vio, me agarro de las manos.

—Besáme Mangel de mí corazón. —Tome su rostro con mis dos manos. Lo besé.

Escuchamos muchos aplausos. Después de que fuimos a la celebración, Alex, Frank, Guillermo y Samuél nos felicitaron. Guille se veía feliz con Samuél. Se veían tan felices. Así como yo lo soy con Mangel. Pero sabia que algo andaba mal con Samuel, aunque eso no arruinaría nuestra velada.