Te convertiste en mi brillante melodía. (Yehyun)

UNA DULCE MELODÍA

Jonghoon había leído todo el libro recomendado por el castaño y, sinceramente, era algo increíble, una historia que lo había cautivado tanto, que deseaba ir corriendo a buscar a aquel chico y pedirle más recomendaciones, aunque obviamente su orgullo no se lo permitiría.

Donghae había pasado por él para llevarlo a la casa de un amigo nuevo que, según él, "tenía que conocer con urgencia" ya que era productor musical. Llegaron a la casa del tal amigo de Donghae, tocaron el timbre y los recibió un chico con una sonrisa muy grande.

-Hola Changmin! –Donghae saludó felizmente a su amigo mientras se daban un abrazo- Mira, él es el amigo del que te hable –señaló a Jonghoon.

-Mucho gusto, me llamo Changmin

-El gusto es mío, soy Jonghoon –mientras estrechaba la mano que le ofrecía amablemente el chico.

-Bueno, adelante, pasen –se hizo a un lado para abrirles paso- Mi estudio está por allá, adelante –Su casa era bastante elegante a pesar de no ser tan grande.- Por cierto, no estaba solo, mi hermano está también aquí.

-No sabía que tuvieras un hermano –comentó Donghae impresionado.

-No es mi hermano de sangre, pero lo quiero como si lo fuera.

Llegaron a un cuarto, que suponían era el estudio de Changmin. Antes de entrar en él, escucharon una hermosa melodía proveniente de un piano; los dos amigos se quedaron contemplándola y dejándose llevar por las suaves notas, era realmente fantástica.

 

-Es mi hermanito, ama la música, y su instrumento es el piano –comentó Changmin mientras abría la puerta- ¿Verdad que es muy bueno? –se introdujo en la habitación haciéndoles una seña con la cabeza para que lo siguieran.

Era, en efecto, un estudió bastante amplio, con muchos instrumentos musicales en él. En el fondo podían ver la espalda de un chico sentado tocando un piano; se veía que amaba cada nota que sus hábiles dedos tocaban en aquel instrumento, cosa que dejó a Jonghoon impresionado: ni siquiera podía ver la cara de aquel hombre, y le parecía el ser más bello de todos.

Cuando terminó la melodía, todos aplaudieron haciendo voltear a aquel chico. Jonghoon casi se cae de espaldas debido a la impresión: era el castaño de la biblioteca, si, aquel chico que un mes atrás lo había metido en un lío gigantesco. El castaño también parecía sorprendido al verlo.

-Kyu! –la voz de Changmin lo hizo reaccionar- Te quiero presentar a unos amigos.

El chico se acercó tímidamente al lado de Changmin, mirando a ambos chicos y regalándoles una sonrisa amable.

-Él es Donghae, mi amigo del que te había contado. –señaló a Donghae- Y él es su amigo, Jonghoon, el músico que hoy tendremos el honor de escuchar.

El castaño hacia una reverencia a cada uno conforme Changmin los iba presentando. Estaba bastante impresionado de ver nuevamente a Jonghoon, como acababa de descubrir que se llamaba el pelinegro.

-Mucho gusto, mi nombre es Kyuhyun.

La tarde transcurrió tranquilamente. Escucharon a Jonghoon cantar y tocar la guitarra, a Changmin le pareció muy bueno, y le prometió ayudarlo a grabar. Por su parte, Jonghoon todavía no podía creer haberse topado nuevamente a ese castaño, y lo peor: no podía creer que fuera tan bueno en la música, incluso sintió un ligero cosquilleo de envidia.

Kyuhyun no había hablado mucho, generalmente le costaba trabajo socializar, y tratándose del chico guapo al que había metido en problemas, le complicaba aún más hacerlo. Lo había escuchado tocar la guitarra y cantar, y debía reconocerlo, tenía muchísimo talento.

Cuando se hizo más tarde, Kyuhyun se despidió de los tres, con la excusa de que debía terminar un trabajo para la escuela.

-No te duermas tan tarde, tienes que descansar bien, si no te hará daño! –Changmin le gritó a Kyuhyun cuando este ya había salido de su casa, y solo alcanzaron a escuchar un ligero "¡Si hyung!"

-Veo que lo proteges mucho, al parecer si lo quieres como a un hermano.- Comentó Donghae entretenido.

-Claro, ese chico es mi hermanito, siento que debo protegerlo siempre, aunque él ya ha aprendido a ser muy independiente... Estoy muy orgulloso. –de pronto la mirada de Changmin se tornó nostálgica.

-¿Hace mucho que se conocen? –de pronto Jonghoon se interesó en el tema.

-Desde hace siete años –pensó un segundo- él tenía 16 años, y yo tenía 18. –Lanzó un suspiro- Me alegra que aún siga conmigo, es una persona muy fuerte ahora.

Changmin fijó una fecha para comenzar los ensayos de producción con Jonghoon. Por fin había algo nuevo en su vida, pero seguía preguntándose por qué algo que había soñado siempre, aún no le daba las ganas de seguir viviendo; prueba de ello, es que en lugar de pensar en que por fin estaba obteniendo alcanzar sus viejas metas, no dejaba de pensar en Kyuhyun.

Jonghoon no podía entender por qué el chico castaño, que tocaba el piano como un dios, no salía de su mente, solo que ahora no tenía ningún tipo de rencor hacia él, más bien era una intriga muy fuerte. De tanto pensar en él, terminó aceptando el hecho de que era una persona bastante interesante: podía ser muy tímido, al mismo tiempo que grosero y sarcástico, o la persona más sería del mundo; además cuando tocaba el piano era como un ángel, porque lo hacía con todo su corazón y se entregaba en cada nota. Tampoco podía negar el hecho de que era muy atractivo y adorable: sus ojos grandes y cafés, sus pómulos resaltantes, sus labios gruesos y esponjosos, su cabello suave y algo rizado; además de sus gestos que eran muy tiernos, su sonrisa era muy bonita y su mirada tenía mucho brillo.

Jonghoon se dio cuenta de sus pensamientos, y se quiso abofetear por pensar ese tipo de cosas: parecía una colegiala enamorada.