Mariposas en el estómago

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No sé ni como llegué a casa. Cuando Todomatsu me dio la noticia, sentí como todo mi ser se apagaba, no sentía nada a mi alrededor. Solo sé que caminaba y caminaba, posiblemente sin ayuda de mi daydream habría caminado en línea recta sin llegar a casa.

Osomatsu y Karamatsu, afortunadamente, no escucharon nada.

El entrenamiento de hoy lo tendría que repetir por más días, era desesperanzador porque en solo cuatro días no llegaría a estar en forma. Más, tenía que aprender a defenderme -y si llega el caso, matar-, ser rápido y pensar en poderes para que Todomatsu pudiera pelear. Estábamos solos. Homura y Jyushimatsu no pueden estar en la misma zona de batalla que nosotros, nos tendríamos que matar entre sí. No le podría quitar a Homura a su fuente de felicidad.

¿Qué hago? ¿Moriré allí?

¿Ahí estarán Akumatsu y Kamimatsu?

Un largo escalofrío recorrió toda mi espalda. Con solo pensar que esos monstruos estarían en la misma zona que yo me causaba un terror inmenso.

-Ichimatsu... Deja de pensar esas cosas, me preocupas más a mí.- Con suavidad, Todomatsu me habló. Estaba sentado en la baranda de mi ventanal mirando las estrellas aparecer mientras el sol se escondía. Yo estaba acostado en mi cama, observando la nada en el techo. Volteé a verle y parecía muy consternado, quizás igual o más que yo. -No tientes al destino. Si piensas que vamos a morir, al final moriremos.

-¿Por qué las cosas deben ser así, Todomatsu?- Escuché como suspiraba pesadamente.

-Desearía que las reelecciones de los Regidores fueran de otra forma y no con los juegos, Ichimatsu.- Agarró su cola y la empezó a acariciar, intentando calmarse. Supongo que los daydreams son muy sensibles, no sé como, pero sienten el dolor de su soñador. Es mejor dejar de pensar en eso. Escuché el sonido de una cámara fotográfica y Todomatsu se respingó, rápidamente entró a mi habitación y cerró el ventanal con las cortinas.

-¿Qué fue eso?

-Me vieron y me tomaron una foto. -Me dijo Todomatsu en voz baja, entre abrió las cortinas para ver quién fue.

-¡Oye, chico cosplay! ¡Te vi hoy en el Sutabaa!- La voz que gritaba era femenina, pero algo baja y sombría. Me paré de mi cama al escuchar el nombre de la cafetería en la que trabaja el Todomatsu real, mi daydream, al contrario, se quedó viendo aún a la chica que le había gritado; parecía estar en blanco, pero al poco rato sacudió su cabeza y volteó a verme.

-¿Qué es cosplay?

Me acerqué al ventanal y abrí por completo las cortinas. Vi en la calle a dos chicas, una con vestido negro y otra de trenzas, creo que eran unas vecinas, o bueno, LAS vecinas. Eran muy conocidas por ser seis hermanas muy ruidosas, vivían algo lejos de nuestra casa pero era del mismo sector. No les prestaba atención, solo sabía de ellas gracias a los chismorreos telefónicos de mamá.

-¡Ichiko, dame mi teléfono!

-Pero si le tomé una foto a un chico cosplayeando un gato, es el mismo que me mostraste en el vídeo que grabaste en la cafetería. Si lo subo a mi pagina de Facebook seguro me aceptan en la comunidad Cero Maltrato Animal.

-¿Pero de qué rayos hablas? No puedes ir por ahí tomándole fotos a los vecinos, ¡Y menos con el teléfono de tu hermana!

-Es muy lindo, Todoko. Seguro si hablas con él consigues su número.- Lo que dijo la de negro me hizo fruncir el ceño.

-¡No me vas a utilizar para que te consiga pareja, Ichiko!

-¿Eh? El chico del Sutabaa se ha duplicado- Ichiko ahora nos observaba, no parecía sorprendida, pero su tono era algo así como emocionado. Todoko volteó a vernos y se sonrojó, se enderezó para luego hacer una reverencia.

Game Of DaydreamsWhere stories live. Discover now