t r e s.

46 6 0
                                    

El incesable ruido del despertador hizo que volviera a la realidad y despertara de mis sueños. Le dí un fuerte manotazo al molesto aparato, el cual calló en el acto.

Me revolví en mi cama aún adormilada. Noté cómo el cansancio me atrapaba de nuevo. Sólo... iba a dormir... 5 minutos... más...

¡No...! No podía dormirme o llegaría tarde al instituto. Y hoy era mi segundo día de clases. Me encogí de sólo pensar que esta sería mi rutina.

¡Ah, pero, qué mas da!

Hoy sería el día en el que conseguiría un amigo en el insituto, o al menos lo intentaría. Estaba ilusionada. Claro que ya tenía a Minhyuk, pero los humanos somos egoístas y queremos más. No es que no me conformara con él, para nada, era simplemente que quería tener a alguien con quien pasar mis recreos, comentar temas de clase y poder mantener una conversación cuando estuviera sola.

Esto no lo podía hacer con Minhyuk. Él estaba trabajando por las tardes e iba a otro instituto así que a penas lo voy a poder ver. A parte no era igual que cuando teníamos 10 años, ambos habíamos ambiado.

Y claro que me podía buscar a otra persona, pero una vez que conoces al diablo, no hay manera de volver a atrás. Ya había decidido que él iba a ser mi nuevo amigo y no iba a arrepentirme, aunque el camino sea difícil, será un reto. Y me encantan los retos.

Al fin conseguí despegarme del colchón tras varios quejidos. Me puse la ropa y bajé las escaleras rápidamente, pues quería llegar temprano... no, eso ya era imposible, quedaban alrededor de 10 minutos para que las clases empezaran... Maldije para mí misma. Me bebí todo lo rápido que pude mi vaso de leche, cogí una tostada y la unté en deliciosa mantequilla. Me despedí de mis padres con un abrazo y salí pitando de mi casa rumbo a la escuela.

Por el camino iba comiendo la tostada mientras corría. Parecía una de aquellas escenas típicas de anime en las que la chica llega tarde y sale corriendo de su casa con la tostada... espera... sí, mi situación era exactamente igual a esas escenas cliché. Me parecía gracioso, como si estuviera haciendo una especie de cosplay no intencionado...

No pude evitar que un impulso dibujara una pequeña sonrisa en mi rostro.

Llegué por fin a la puerta de esa cárcel que llaman escuela. Me detuve allí.

- Vamos, Yoon. Tú puedes -reuní el valor para cumplir lo que me había propuesto el día anterior y comencé a adentrarme. Me da exactamente igual lo que digan los demás, yo iba a completar mi propósito fuera como fuese.

Y sabía muy bien lo que me esperaba a partir de aquí. Aunque en realidad no tenía ni idea de lo que tenía preparado la vida para mí... oh, añoro aquellos lejanos días de paz.

Cuando entré a clases, no divisé a Wonho. Ésto supongo que no me extrañó, ya que la clase estaba casi vacía, a excepción de dos chicos ruidosos y un grupito de chicas que no paraban de cotillear.

Apoyé mis antebrazos en la mesa y lancé un suspiro. Ahora sólo quedaba encontrar la oportunidad que seguramente sería a la hora del recreo. El aula comenzaba a llenarse y ésto provocó que yo no pudiera apartar la mirada de la puerta, esperando a que el afortunado que había conseguido toda mi atención, apareciera por ella. Tras unos minutos pude divisar que algunos alumnos me miraban de forma extraña. Sí, yo era la chica nueva y rara que había conseguido desafiar a Wonho intentando quitarle su lugar de los recreos. La campana sonó y me extrañó que el causante de mi obsesión no hubiera entrado todavía a clases. No puedo negar que me preocupé, que me puse nerviosa. ¿Y si él no venía hoy? Era probable que todo el valor que había reunido para enfrentarme a él se esfumara al día siguiente. Después de un rato pensé que quizás no viniera porque estuviera enfermo o que llegara tarde. Sí, es eso, ¿verdad? Sí, eso.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 06, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

clan xWhere stories live. Discover now