Parte 49

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—Aquí les traje unos refrescos y.... —la tía de Poncho se detuvo al vernos.  Rápidamente nos separamos y mi cara se puso roja— la carta  —culminó ella y nos sonrió de oreja a oreja.

Poncho carraspeó y se puso serio.

—Gracias tía Gloria,  yo pediré lo mismo de siempre.  ¿Tu, Anahí?

—Oh, a ver.  —tomé la carta y leí los nombres de platos.  Había tanto que no sabía que escoger.  Fruncí el ceño.

—Te recomiendo la barbacoa de costilla,  es la especialidad. —le oí decir a una voz masculina que no reconocí.

Levanté la vista hacia Poncho, y se veía enojado,  a juzgar por la vena que sobresalía de su sien. Voltee la vista hacia la voz que me habló y junto a la Señora Gloria,  había un hombre con las manos en los bolsillos, sonriendome.

—Encantado,  Aarón. Primo de este guey. —me extendió la mano y yo se la cogí.

—Igual. Me llamo Anahí, soy amiga de Poncho.

—Lo sé. — susurró y yo le sonreí.

—Bueno,  la barbacoa de costillas y mi pasta con jitomates asados está bien. —soltó Poncho y yo solté la mano del chico.

—¡Estupendo!  Daré la orden.  —dijo Gloria,  yendo o escapando al mostrador.

—¿Desea algún cóctel la dama? —continuó Aarón. — Soy el encargado de la cotelería.

—Oh,  bien.  Una margarita estaría bien.  ¿Tu Poncho? — El se recostó en el respaldo poniendo su brazo en el mío.

—Una cerveza bien fría.

Luego de que Aarón se fuera,  no sin antes giñarme un ojo, Poncho se volvió hacia mi, tenso.

—¿Te agrada Aarón,  eh?

—Eh,  bueno.  Si,  se ve buen chavo.

—Supongo que si,  si le coqueteas.

—¿Perdón?  —lo miré incrédula. — No,  solo fui amable con él, pues él lo fue conmigo.

— Estaba filrteandote. —dijo con los dientes apretados.

—¡Claro que no,  Poncho!

—¡Oh,  claro que si Anahí!

—Bien.. Si es el caso ¿que de malo tiene si filrteamos? — le pregunté alzando la barbilla.

Logré dejarlo sin respuesta. Aparto la mirada y se pasó la mano que antes estaba en mi respaldo por el cabello y la barbilla.

—A fin de cuentas me iré al df,  posiblemente mañana o pasado. —continué. — Y como sigo confundida contigo.. ¡que más da!

El volvió su cabeza hacia mi lentamente mirándome ojiplático,  pero antes de que pronunciara palabra,  Aarón apareció con las bebidas.

—Aquí está su margarita,  bella dama.

—¡Oh,  muchísimas gracias Aarón! —sonreí exageradamente.

—Y tu cerveza.. —le dijo a Poncho sin apartar la mirada de mi. — ¿Puedo? — señaló la silla y sin esperar respuesta la apartó y se sentó. —Hoy a la noche inaugura un bar en la terraza,  mi amigo es el dueño y estas.... Están totalmente invitados. — me sonrió seductoramente.

—Vaya,  gracias pero no.  —respondió Poncho agresivo.

—Ow ¿por qué no? ¡A mi me encantaría! Anda  Poncho, vengamos. —lo tomé del brazo y batí mis pestañas inocentemente.

—No tengo ánimos de reventón, Anahí. —bajó la guardia pues Aarón estaba atento a todo lo que decía.

—Pues yo puedo pasar buscándote si aquí el Ponchito no tiene ánimos.

—¡NO! —gritó Poncho. — Yo te llevo.

Reí por dentro.

—Ay,  gracias.  Y nos vemos esta noche entonces. —le dije a Aarón.

—Perfecto,  ahí te espero. Los dejo para que coman tranquilos, buen provecho.

Se levantó y fue a la barra mientras la señora Gloria se acercaba con los platos

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Se levantó y fue a la barra mientras la señora Gloria se acercaba con los platos. La cara de Poncho era una lava ardiente de celos y eso verdaderamente yo lo estaba disfrutando..  ¡Esta noche sería muy interesante!

  ¡Esta noche sería muy interesante!

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Conocerte fue Casualidad (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora