Capítulo 1

317K 10.9K 2.7K
                                    

Otro maravilloso día. 

El sol se muestra brillante a través de mi ventana, los pájaros exponen su cántico en la rama de mi árbol y el delicioso olor a café llena mi habitación.

No tengo hermanos revoltosos que molesten, pero sí tengo un maravilloso novio que me despierta con el desayuno en la cama luego de una noche de acción. No debo ir a la Universidad debido a que heredé todo de mis padres, por lo que solo administro el dinero y vivo pacíficamente con todas las comodidades.

Todo eso podría ser real... si no eres Scarlett Hamilton.

— ¡Arriba vagabunda!

La voz de mi hermano mayor llena mis oídos al abrir la puerta de mi cuarto. Gimo enojada tapando mi rostro de la luz de la mañana cuando abre las cortinas. 

No tengo un buen despertar y aún así, él insiste en despertarme con gritos.

—No quiero ir —refunfuño mientras escondo mi cabeza en la almohada.

Lo escucho reír por lo bajo.

—Es el primer día de tu anteúltimo año de Universidad, nena —expresa emocionado.

Claramente él está emocionado, porque no solo ya finalizó sus estudios sino que también consiguió el empleo de sus sueños.

Mi hermano mayor, Jayson, es el jefe de las empresas Hamilton. C**/on sus, tan solo, veintisiete años forma parte de un reducido de grupo de personas que dominan el mundo empresarial. Además de todo esto, también domina nuestra pequeña familia.

— ¿Plan b? —escucho el susurro la voz de mi hermano menor.

Abro los ojos de golpe y me levanto en cuestión de segundos. Conozco perfectamente su plan b y prefiero desistir de dormir unos minutos más e ir a estudiar. Así de malo como suena.

—No es necesario, Ben —interfiero. 

Ambos ríen y chocan disimuladamente sus puños. Aman hacerme sufrir, lo juro.

Soy la única mujer en la familia, por ambas partes de mis padres, exceptuando a mi abuela y tías. El día que lleve un novio a presentar a la familia van a enloquecer. Eso sería fatal, y también casi imposible.

—Fuera de mi cuarto, ahora —ordeno enfadada, aunque no lo esté realmente. De todas formas, ambos obedecen sin inmutarse demasiado.

Bostezo una vez más y me incorporo para ir al baño. En el camino, observo en el espejo mi cabello rubio, que aún despeinado completamente conserva leves ondas en las puntas, mis ojos marrones y mis labios rojos y prominentes. Soy tan idéntica a mamá que nadie podría negarlo.

Mi madre, la mujer más adorable en toda la faz de la tierra y la única capaz de calmar el genio de todos en esta casa, lamentablemente murió al dar a luz a Ben. 

Han pasado ya once años de su muerte y aún recuerdo ese día cuando emocionada salía de la escuela rumbo a ver a mi nuevo hermano. La emoción duraría poco cuando claro al llegar me informaron sobre la inevitable partida de mi madre.

Ella también era la única capaz de mantener vivo a mi padre, quien un año después nos dejó, perdiendo así una dura batalla contra la depresión. No aguantó la soledad sin su compañera de viaje y partió junto con ella, dejando tres niños prácticamente huérfanos. 

Mi hermano, en ese entonces con tan sólo diecinueve años recién cumplidos, debió hacerse cargo de nosotros y de su propia vida. 

Por otro lado, Jayson también considera que la idea de traer un muchacho a casa es casi imposible. Él sabe la concepción que tengo de ellos. 

Hipotéticamente Enamorada | YA EN FÍSICO POR EDITORIAL NARANJA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora