Capítulo 2 - Soy Todoroki

3K 369 74
                                    


     Después de conversar agradeció a Iida por la ayuda, y de inmediato se regresó a su apartamento, tenía miedo de encontrarse al rubio en la casa, aún no quería verlo, hasta que se hubiera resuelto el problema. Con piernas temblorosas de lo débil que se hallaba,Midoriya logró llegar a su apartamento, entró cautelosamente y se sentó en la sala de estar, al parecer Bakugo no estaba en casa.

     Suspiró con fuerza y se puso a analizar lo sucedido, e instintivamente tomó la tarjeta que llevaba en el bolsillo de su pantalón y la observó cuidadosamente. "Un psicólogo, ¿eh?",por su mente no dejaba de cruzar la idea de no asistir, quería ir ala Corte a quitar los cargos de Bakugou, lo único que anhelaba era estar junto a él.

     El no verlo era insoportable, por lo que después de un rato,decidió ir de nuevo en su búsqueda. Se puso los zapatos, y un abrigo, puesto que ya era casi de noche, bajó y se dispuso a caminar. Con ya casi tres días ya sin comer, las piernas de Midoriya flaquearon, sintiendo como la calle golpeó su rostro.

     Yacido ahí empezó a conversar consigo mismo "Puede ser que Kacchan se haya hartado de mí y por eso no quiere regresar...no debí haber salido de la casa, estoy tan débil que probablemente voy a morir, pero sin duda alguna eso es lo mejor... nadie me necesita,nadie ansía verme, nadie quiere abrazarme, nadie se alegra de mi existencia... Kacchan parece odiarme y eso es lo que más me hace sentir mal..." las lágrimas fueron escasas, debido a que estaba severamente deshidratado.

     Su pecho dolía más que los diversos golpes que marcaban su cuerpo,lo único que quería era recibir tanto amor como el que él daba.Cuando sus ojos estaban a punto de cerrarse, pudo visualizar unos zapatos frente a su rostro. -Kacchan- pensó alegremente, dándose esperanzas de vida.

     Una fuerte mano le sostuvo, y lo ayudó a ponerse de pie, cuando el peliverde alzó la mirada se topó con un joven desconocido, bastante atractivo cabe decir, de cabello rojo... no, también tenía blanco,y sus ojos eran heterocrómaticos, uno marrón y otro celeste, para ser específicos.

     ¿Acaso alguien así podía existir?, el más bajo estaba al borde de desfallecer. "Resiste un poco más, pronto estarás bien"estas palabras provenían del joven que lo estaba ayudando. Pero no pudo responder.

     Sin estar muy consciente de la situación el ojiverde se encontraba en una casa desconocida. "Toma, come por favor, no voy a hacerte nada malo. Es sólo que me parece que llevas días sin comer, así que adelante, no quiero que termines en el hospital", Midoriya vagamente escuchaba estas palabras, tenía los ojos sin brillo, su mente se encontraba en otra parte, así que sin más, comió un poco y antes de darse cuenta se quedó dormido.


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


     Era de día, hacía frío. Pero era hora de caer en la realidad de nuevo, así que el peliverde abrió sus ojos de par en par, ahora estaba completamente consciente. Se sentó en la cama, en la que al parecer había sido el lugar donde pasó la noche.

     Se encontraba en un apartamento muy ordenado y limpio, en la habitación entraban los rayos de sol, pero no se sentían debido al aire acondicionado. Sabía que había sido salvado por un muchacho de una edad parecida a la suya, recordaba su apariencia, así que se levantó y se dispuso a buscarlo.

     Cuando se asomó en la cocina, el más alto se encontraba haciendo el desayuno, y éste al percatarse de la presencia, volteó y saludó,"Buenos días, estoy haciendo el desayuno, espero que comas porque hice para ambos".

    Midoriya estaba asustado, no sentía que él fuese mala persona, pero estar en casa de un hombre que no era Bakugou, era impensable."...B-buenos días...em...." el más bajo no sabía ni que decir, no quería estar en ese lugar, debía ir a su apartamento, no quería comer tampoco.

     "...Y-yo... creo que mejor me voy..." dijo con voz quebrada, se sentía un poco mal por rechazar los cuidos del contrario, pero era inevitable sentirse culpable por estar siendo consentido por una vez en su vida.

     El más alto dejo de cocinar y se acercó al tembloroso Deku. Al ve resto, el peliverde empezó a temblar violentamente y se puso de rodillas, casi llorando, y se cubrió con ambos brazos.

     "¿Qué sucede? ¿Piensas que voy a golpearte?... Ponte de pie, no haré nada de eso, te lo prometo" dijo con una amable voz, no extendió su mano para darle la confianza de que no le haría nada. El más bajo no podía dejar de dudar "...me pondré de pie, de igual forma si me golpea estoy seguro que no lo hará más fuerte que Kacchan" pensó.

     Luego de unos segundos el ojiverde, lentamente se puso de pie, con los ojos cerrados, como si estuviera listo para recibir un puñetazo en el rostro. "Abre los ojos, te prometí que no te haría nada,vamos" incitó la dulce voz.

     Tomando toda su fuerza de voluntad abrió primero un ojo, y luego el otro. Y frente a él se encontraba aquel apuesto joven con un apetitoso desayuno en sus manos. "Te lo dije ¿No es así?" dijo en un suave tono "Ven, desayunemos. Hoy entro tarde a trabajar así que podemos tomarnos un tiempo".

     El peliverde estaba confundido en un cierto grado ¿Quién era este chico tan amable?, ¿Por qué lo había ayudado? Y sobre todo ¿Porqué no le había gritado cómo siempre lo hacía Bakugou?. No comprendía nada.

     "¿Cuál es tu nombre?, ahh cierto, si quieres luego puedes ducharte, esas ropas no tienen buena pinta. Te daré unas mías,aunque quizás te queden un poco grandes" dijo el más alto. Intentado entrar un poco más en conversación Midoriya habló"..M-Midoriya Izuku.. no hace falta, puedo ducharme en mi apartamento... aunque ahora que lo pienso n-no sé exactamente donde estamos".

     "¿Dónde vives, cerca de dónde de encontré? Si es así,entonces no estamos tan lejos, pero tampoco tan cerca. No te preocupes, de verdad puedes ducharte aquí. Y hasta puedes almorzar,salgo a trabajar a la una así que tenemos tiempo. Por cierto mi nombre es Todoroki Shouto, soy psicólogo y sé algunas cosas sobre medicina, te traje porque estabas al borde de la muerte, puedo saber con solo observarte que no comes muy seguido, y que ya llevabas varios días consecutivos sin hacerlo del todo, también puedo deducir con las marcas de tus brazos que has sido golpeado recientemente y con frecuencia. También puedo observar que no confías con facilidad, y que tienes muchos temores. Por lo que si sumamos todo esto, estabas en un estado deplorable... Tengo un sentido de querer ayudar, más cuando veo a alguien como tú,sufriendo problemas en los cuales yo sé que podría cooperar....perdona que me meta sin que hayas solicitado mi soporte... pero ¿me dejarías ayudarte?" cada palabra que salía de la boca del heterocromático, era tan esperanzadora como desgarradora.

     No entendía para nada porque alguien iba a querer ayudarlo...no,esa no era la cuestión. ¿Para qué él necesitaba ayuda? No estaba pasando nada por lo cual el necesitara asistencia. "P-perdona pero no sé que es lo que quieres decir. ¿Hay algo malo conmigo?..."preguntó inocentemente.

     Al escuchar esto Todoroki se dio cuenta de la gravedad de la situación, al parecer hasta ahora éste iba a ser su caso más complicado.




Me destruyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora