The Real Good Girl

Secreto

-Tiene que ser una broma.

-Por favor, la necesitamos.

-Ale, ¿la necesitamos? ¿Tú y quiénes más?

-Si no me ayudas tengo amigos a quienes puedo pedirles. Es solo que confío en ti más que en nadie. Logan, en serio, no es tanta cosa, solo quiero que me consigas marihuana -miré exasperada al teléfono pensando en que todo habría sido mucho más sencillo si hubiésemos tenido esa conversación frente a frente.

-¿No es tanta cosa? Hasta hace no mucho no habías ni probado cigarrillos.

-Ahorita no puedo explicar bien, estoy hablando desde el fijo y no quiero que mis papás lleguen y tener que colgar o algo así. Estoy en plena sala, cualquiera podría escucharme si no tengo cuidado.

-¿Por qué no llamaste de tu celular?

-Se me acabó el saldo... ¡pero ese no es el punto! ¡No me cambies de tema!

-¿Entiendes lo que me estás pidiendo? Si tu papá se entra habrás firmado mi sentencia de muerte.

-Ay, no seas dramático -hice un gesto como restándole importancia incluso aunque no podía verlo.

-Sabes que sí. ¿Que le di drogas a su hija? Puedo ir preparándome para ser víctima de una golpiza. O quizás un par porque de seguro que tus tíos lo ayudan. El próximo titular va a ser algo como: Grupo de pandilleros cuarentones masacran a un joven por conseguirle marihuana a su novia por motivos misteriosos -hizo especial énfasis en sus dos últimas palabras.

-Como si ellos no la hubieran probado alguna vez -resoplé -¿Piensas ayudarme o no?

-¿Para qué la quieres? Tú misma conoces gente con quien podrías conseguirla directamente. En realidad no es la gran cosa comprar un poco de marihuana.

Debió adivinar qué expresión estaba poniendo porque continuó:

-Lo que quiero decir es que yo no estoy juzgando si está bien o mal consumirla y es bastante común a nuestra edad.

-¿Pero?

-Pero me estás mintiendo, Ale y quiero saber para qué la quieres. Si fuera para tu propio consumo probablemente te las habrías arreglado y comprado y aún más probablemente me habrías dicho para que esté ahí contigo. Solo quiero que me digas.

Me quedé estática unos segundos. Lo peor de todo es que tenía mucha razón.

-Es para Hernán. Es con fines medicinales -le confesé tras cavilar unos segundos.

-Y no podías decir eso desde el principio porque...

-Porque es un favor que me ha pedido Stefano. Creo que mis papás no saben. No es para ahora, pero si las cosas siguen como parecen estar encaminadas a estar...

-¿Está tan adolorido? -preguntó -¿Esto es idea de Stefano y tuya?

-Sí y además está inapetente. Cada vez es más raro que haya comido todas sus comidas del día bien. Y la verdad es que no sé si fue idea de Stefano o de mi tía Melanie... o mi hermana y Piero o mi mismo tío.

-Es decir que prácticamente todos lo saben... ¿Por qué el secretismo entonces?

-¿Secretismo? -me burlé.

-Ya, no sé si esa palabra existe -rió -ese no es el punto.

-Lo que pasa es que no sé quiénes saben. Con quien he hablado es con Stefano. Le estoy haciendo el favor a él. Creo que no quieren que mis papás sepan. Y en todo caso, no quisiera por nada que estuve implicada. ¿Te imaginas las preguntas que me caerían después?