Estrellita, estrellita

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Uno de mis primeros recuerdos es sobre el primer cumpleaños de mi hermana. Yo tenía casi tres años, pero aún así recuerdo bastantes detalles. Mis papás me habían convencido de que mi hermanita era un regalo para mí así que naturalmente la adoraba. No podía esperar el momento en que al fin jugaría conmigo y moría porque me dejaran cargarla o cosas similares. Me daba risa verla balbucear las palabras que yo por fin había logrado aprender y hacer muequitas. Se mataba de risa si le hacía cosquillas. Como me habían enseñado que era muy delicada era super sobreprotectora con ella y solo a mi mamá y a mis abuelas las dejaba acercarse. Cuando entré a mi cuarto esa noche (que había pasado a ser el de ambas) me di con que mi papá estaba luchando por ponerle los pañales y me senté en el piso a su lado como para vigilar discretamente lo que hacía.

-¿Cómo está mi princesita mayor? -me preguntó cariñosamente mi papá al notar que estaba sentada en el piso cerca a él.

Le regalé esa sonrisa que había aprendido que él adoraba. Mi hermanita se revolvió en el cambiador y mi papi regresó su atención hacia ella.

-¡Castiel! ¿Has visto a la bebé? ¡La dejé en la salita pequeña y -mi mami entró exclamando desesperada al cuarto.

Se calló de golpe al verme. Yo ladeé mi cabecita mirándola entre confundida y perpleja. Ella suspiró aliviada y corrió a mi encuentro abrazándome con fuerza contra ella.

-Está aquí -dijo mi papá con tonito burlón.

-Mongo -mi mamá le lanzó una mirada entre furibunda y acompañada de una risa -Un poco tarde ¿No crees?

-Tienes que relajarte un poco, angelito.

Mi mamá se puso de pie cargándome.

-Y tú ya deberías saber poner pañales ¿No crees?

Él soltó una carcajada.

-No lo hago tan mal replicó.

Mi mamá examinó a mi hermanita y supongo que dio su visto bueno porque dejó que mi papá la vistiera. Yo chequeaba sus movimientos con miedo a que le hiciera algo. Sabía que estaba segura en sus manos, pero aún prefería estar atenta.

-Ya es hora que estas dos preciosas se vayan a dormir ¿no crees? -canturreó con dulzura mi mamá meciéndose un poco.

Mi papá tenía la mirada en nosotras y sonreía, pero su atención regresó a mi hermanita cuando ella estiró sus brazos hacia él balbuceando "¿Upa?"

-Claro que upa -rió mi papá tomándola en brazos.

Pronto nosotras estuvimos en nuestras cunas, bien arropaditas.

No tengo muy claro qué es lo que me llama la atención de ese recuerdo e hizo que no lo olvidara. Sé que mi mamá nos dio el beso de buenas noches. Me dijo que contara ovejitas para dormirme y que soñara con los angelitos.

-Ya te ve todo el día -le dijo mi papá a modo de broma -dale aunque sea un respiro ¿no?

Mi mamá rió.

-Pf... mamá controladora -soltó él.

-¡Castiel! -lo riñó riendo antes de dirigirse a nosotras -No le hagan caso, mis amores y duerman rico.

Mi hermana ya estaba más dormida que despierta y disfrutaba de su chupón.

-Papito, cuentito -rogué yo parándome en mi cuna.

-Pero... -él empezó a quejarse.

-Linda, ya duerme -interrumpió mi mamá.

-¡Cuentito! -insistí.

Vi que mi mamá hacía un gesto como para acercarse y probablemente volver a echarme y taparme, pero mi papá la detuvo con una sonrisa traviesa.

-Solo esta noche -me dijo -A la próxima cuentas ovejas... y si no te gustan... cuenta las estrellas.

Lo miré un poco confundida.

-Son muchas.

-Exacto -sonrió él con satisfacción -así tienes para varias noches.

Mi mamá rió poniendo los ojos en blanco.

-Empezaré con mi historia -anunció mi papá -Había una vez... un ogro horroroso. Era un poco viejo, gordito y algo bajo.

-Los ogros son grandes, papi -protesté.

-Este era chico ¿entendido? Deja que cuente mi historia.

Asentí al instante.

-Genial. Era un ogro un poco viejo, gordito y algo bajo... y feo -sonrió con un poco de malicia -Ese ogro se había adueñado del reino. En el reino había una preciosa princesa que como tenía miedo, obedecía siempre al ogro y sus secuaces.

-¿También eran bajos?

-No, esos eran estatura promedio. Lo que ocurrió es que apareció un gallardo, apuesto, valiente, seductor, genial, inteligente, maravi...

-Castiel... -mi mamá le lanzó una mirada -No creas que no sé qué estás haciendo.

El sonrió inocentemente.

-Es solo un cuento, angelito. ¿Qué decía? Ah, sí... Apareció ese magnífico príncipe y como es natural, se enamoró de la princesa. Decidió salvarla así que él y sus amigos hicieron un primer ataque. Hubo una lucha. Los colores volaban por todos lados. Lo que pasa es que usaban armas de colores.

-¿Ganaron?

-Lamentablemente no. Pero esa vez lograron destruir el... carruaje del ogro. Sin eso, no podría movilizarse. Como el príncipe y sus amigos sabían algo de magia, generaron entonces un diluvio. El ogro, que era muy cochino, odiaba bañarse así que salió chillando. El príncipe pudo rescatar a la princesa y tras evadir a los secuaces y luego a un grupo de... víboras malvadas y chismosas... sí, eso me gusta... víboras malvadas y chismosas, el príncipe y su princesa fueron a...

-¡Contar estrellas!

-Iba a decir "tomar helado", pero eso suena mejor -sentenció pensativamente mi papá -Fueron a contar estrellas... Curioso... qué acertado... Y como eran muy buenos, se quedaron dormidos contando estrellas.

Sonreí satisfecha.

-¿Y fueron felices?

-Mucho. Pero ya otro día te cuento más. Ahora descansa.

-¿También cuentas estrellas?

-¿Yo? -lanzó una mirada a mi mamá -Yo tengo cada noche una cita con un angelito que viene a visitarme. Pero eso es un secreto. Es un angelito que viene y me abraza por las noches.

Ella sonreía desde el marco de la puerta donde estaba apoyada.

-Ahora sí -me dijo mi papá -a dormir.

-¿Mami es angelito?

-Sí -asintió él sonriente.

-¿Y yo?

Pareció pensarla unos segundos. Pasó la vista a mi hermanita que ya balbuceaba en sueños.

-Ustedes son mis estrellitas de la buena suerte.

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Hola! He tratado de no demorarme tanto en actualizar y espero seguir así :)
Espero que disfrutaran del capítulo. Los quiero!!

Nuevamente les recomiendo leer TRBB Extras antes de leer esta novela :)

Los capítulos del peque -notanpeque- vendrán pronto! De momento estoy más inspirada y con ganas de escribir esto.

The Real Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora