21. La chica

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Capitulo veintiuno

Mi dignidad agradece el hecho de que Apolo haya aparecido para ahorrarme esta dolorosa conversación, pero mi corazón muere por saber que era lo que Ares iba a decir antes de que Apolo lo interrumpiera.

¿Iba a romperme el corazón de nuevo?

¿O iba a decir otra cosa?

Jamás lo sabría.

Apolo entra esperando la explicación de Ares.

—No esta pasando nada.— Ares le responde de manera cortante.

Apolo le da una mirada asesina, es tan extraño verlo molesto, —¿Si? Entonces, ¿Por qué arrastraste a mi invitada hasta aquí?

Ares suspira, irritado, —Solo quería devolverle su cadena, vino por esa razón, después de todo— Ares me da la cadena y la cara de Apolo pasa por una marea de emociones que van desde rabia, hasta entendimiento y termina en tristeza.

Uh, el dulce niño de los Hidalgo me mira, —Por eso fue que viniste, no viniste a mi fiesta.

—No, no, Apolo, en realidad—

Apolo me da un sonrisa triste, —Esta bien, no te preocupes, estoy acostumbrado, hacer amigos no es lo mío.

¡Ah! ¡Mierda, Ares! ¡Cómo me complicas la vida!

—Apolo—

—¿Se puede saber que está pasando?— una voz fuerte, varonil y bastante seria nos sorprende a los tres.

Artemis Hidalgo está parado en la puerta y su sola presencia es suficiente para callarnos a todos y dejarnos congelados, obedientes como niños regañados.

Artemis tiene los mismos ojos café de Apolo pero el color de su cabello esta entre rubio y café claro. Las facciones de su cara son igual de perfectas y proporcionadas que las de sus otros dos hermanos. Sin embargo, Artemis tiene ese aire de madurez y poder que puede dejar a cualquiera pasmado. Una barba leve, bien cuidada y varonil acompaña su cara. No me sorprende el traje tan elegante que lleva puesto, tiene una mano en el bolsillo de sus pantalones. Su corbata está un poco suelta, su camisa arrugada, y su cabello desordenado. Me recordó a Claudia cuando llegue.

Espera...

Eso es un muy sospechoso.

¡Estas paranoica, Raquel!

Apolo es el primero en romper el silencio, —Nada del otro mundo, Ares siendo Ares, como siempre.

Ares lo mira mal, —¿Qué se supone que significa eso?

Apolo bufa, —Que eres un idiota.

—¿A quién crees que le dices idiota?

Artemis da un paso dentro de la sala de juegos, —Ustedes dos,— mira a Apolo y a Ares, —Afuera, ahora.

—¿Qué? ¿Por qué?— Apolo protesta pero Artemis solo tiene que darle una mirada para que baje su cabeza y salga de la habitación.

Ares me da una última mirada antes de seguir a su hermano menor. Me doy cuenta del respeto que le tienen a Artemis, parece que fuera su padre en vez de su hermano mayor. Y la verdad, no los culpo, Artemis tiene un aire intimidante que impone respeto de cualquiera a su alrededor.

Me quedo a solas con Artemis y trago saliva sintiendo mi seca garganta, sus ojos caen sobre mí, —¿Estas bien, Raquel?

—Si, y sabe mi nombre— digo con sorpresa.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora