-Hola Alessa - me saluda una chica por el pasillo - ¿Cómo sigues? Espero que mejor – dice con mucha amabilidad, intento reconocerla, ¿la conozco?, no la había visto antes, no parece ser de mi curso, ni de mi generación, probablemente sea de un grado inferior, ¿cómo es que sabe mi nombre?.

-Sí, he amanecido mucho mejor, lo de ayer no fue más allá que un susto – le respondo amablemente aunque no tengo idea de quién rayos es ella, pero he de reconocer que es hermosa, e infinitamente hermosa a comparación de cómo luzco yo esta mañana.

Tiene un cabello castaño largo, más o menos a la misma altura que lo uso yo, solo que ella lo trae cepillado y suelto, con un lindo prendedor de lado y no en una coleta mal hecha, no es más alta de lo que yo soy y tiene unos ojos radiantes, pero a diferencia de los míos los de ella son de un color verde aceituna.

-Es bueno oír eso – dice ella muy cómoda, como si ya nos conociéramos – Cuídate mucho – antes de que pueda preguntar por su nombre ella se despide haciendo un ademan con su mano y sigue su camino. Me le quedo viendo algo perpleja. No soy de la clase de chica popular a quien todo mundo conoce, pero supongo que he de haber sido el platillo principal de ayer.

-Qué raro – murmuro para mi misma

-¿Qué es raro? – pregunta una voz varonil que al escuchar provoca un cosquilleo feliz en mi estómago y no puedo evitar enmarcar una sonrisa, giro sobre mis talones y le veo tan atractivo como siempre, está usando una camiseta de cuadros por debajo de un cárdigan y jeans oscuros. Sencillo y bello, el punto exacto en el que me vuelve locamente atraída hacia él.

-Una chica... bueno, no la conozco y... - intento explicarle – olvídalo, no es nada-.

- Creí que no vendría al colegio Srta. Russo – dice con su voz de profesor, pero de profesor seductor

-Oh, es que no quería perder mis clases, Sr. Ginoble – le respondo en su mismo juego

-Parece que no ha dormido bien, mejor se hubiese quedado a descansar, estoy seguro de que alguien se pudo haber ofrecido a llevarle los apuntes del día – entiendo perfectamente a quien "alguien" se refiere.

-Vaya, "no he dormido bien", está utilizando la misma técnica de mi padre para decirme que luzco horrible – le digo y Gianluca comienza a reír, parece tan ajeno a los últimos hechos que me muerdo la lengua para no contarle pues no quiero alarmarlo sin estar segura de qué es lo que Alonzo sabe exactamente.

Gianluca mete sus manos en los bolsillos y se inclina ligeramente hacia mí.

-Es imposible que algo tan precioso como tú luzca horrible – susurra ligeramente, me da una sonrisa – Nos vemos en clase Srta. Russo-.

Gianluca se marcha dejándome sonriendo como boba, cosa que corrijo rápidamente, a como están las cosas no es buena idea ser tan obvia. Pero es que ese hombre me hace querer vomitar arcoíris.

Mi primera clase es con Gianluca, he buscado a Alonzo, quería hablar con él antes de que Gianluca, él y yo estuviésemos en la misma habitación. Elena me pone al corriente de las actividades de ayer mientras intento ignorar el hecho de que todos parecen murmurar sobre mí, especialmente Sophie con su sequito.

A quienes, por cierto, les debo el hecho de que corriese el rumor de que estoy embarazada. Maldita cara de ardilla. Lo sorprendente es que la gente crea que es cierto y le agreguen de su imaginación con cosas como que el padre del "hijo que espero" es Alonzo, que lo de ayer fue una discusión con él ya que no quería hacerse responsable.

-Solo ignóralas – me dice Elena al ver que la situación comienza a incomodarme – Necesitan regar su veneno o se pueden envenenar a ellas misma con la cantidad que producen - bromea

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Where stories live. Discover now