Capítulo 13

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Naruto esperó con impaciencia hasta las dos para llamar a su hermana. Sabía que los niños estarían durmiendo la siesta a esa hora y prefirió esperar porque no quería que nada la distrajera cuando le contara sus impresiones.

El sonido del teléfono al otro lado de la línea le estaba poniendo los nervios de punta. Por fin,

Mei contestó.

-¿Diga?

-Hola, soy Naruto. ¿Dónde estabas?

-Arreglando el desorden de la fiesta.

-¿Cómo fue todo?

-¡Oh Naruto! Nunca adivinarías...

-¿Adivinar qué? -preguntó, nervioso. Tenía que haber sucedido. Tenía que haberla reconocido para que ahora ella estuviera obligada a decirle la verdad.

-La fiesta salió fenomenal. Fue una gran idea. A los niños les encantó. Y tu idea de llamar a Fiestas en Casa y contratar una actuación fue fantástica.

«Ve al grano», la apremió Naruto en silencio.

Pero cuando las chicas que actuaban aparecieron... ¡Naruto, una de ellas era Sakura Haruno! ¿Te acuerdas de Sakura? La chica por la que Sasori estaba colado cuando estábamos en el colegio.

-Sí, me acuerdo. «Por fin, la verdad iba a salir a la luz».

-Estaba tan sorprendida. No tenía ni idea de que se hubiera dedicado a la canción. Y es realmente buena, Naruto. Genial, de verdad. Me habría encantado poder charlar con ella, pero...

-¿Pero qué? -preguntó Naruto incómodo con el suspiro que había emitido.

-No creo que fuera una agradable sorpresa para ella encontrarme de nuevo.

-¿Por qué piensas eso?

-Bueno, porque no se puso a hablar conmigo sobre los viejos tiempos, ya sabes, lo típico cuando dos personas se encuentran después de mucho tiempo. Habló únicamente de negocios. Cortando cualquier comentario personal.

La sorpresa, pensó Naruto. Comprensible dadas las circunstancias.

-Pero eso no me importó -continuó Zoraida-. Porque vi que estaban preparadas para la actuación. Y, de verdad, fue un entretenimiento fantástico.

-Me alegro.

-No sé por qué, se me ocurrió que sería estupendo que Sakura fuera a la fiesta de mamá, ya sabes, hablar de los viejos tiempos, del presente... y entonces metí la pata, nNaruto. Me siento fatal. Un sentimiento desagradable le recorrió la espina dorsal.

-¿Qué pasó?

-Bueno, primero dijo que no estaba libre. Y como sabía que era una invitación de última hora lo entendí. Aunque ni siquiera se paró a considerarlo. Pero fue después cuando me di cuenta de que no le interesaba en absoluto.

Naruto frunció el ceño. Si estaba interesada en él, debía haber mostrado interés en la fiesta. Quizás se sintiera fatal sabiendo que iba a tener que confesar quién era. Además, él no le había mencionado la fiesta. Tenía la mente puesta en lograr que ella confesara.

Mei tomó aliento y continuó hablando

-Deseaba que viniera y cometí el error de decirle que sería estupendo que le cantara a mamá como lo había hecho para ti en tu veintiún cumpleaños.

Naruto se quedó de piedra. Realmente, debía de haberle traído un mal recuerdo.

-Me dirigió una mirada, Naruto. Era como si quisiera matarme, ¿Sabes lo que me dijo? Que ahora le pagaban por hacer eso. Como si yo quisiera utilizarla, gratis... fue horroroso.

-Desde luego, no fue muy afortunado, Mei.

-Intenté explicarle que era un tema de amistad... Y ella fue muy educada pero cortante. Me sentí fatal. De verdad, me hubiese gustado volver a verla de nuevo.

-Quizás tengas otra oportunidad -dijo Naruto con esperanza.

¿Sería la atracción tan fuerte como para superar el daño?

-No -respondió Mei-. No podría haberse marchado más rápido. Fue muy triste. Habíamos sido tan amigas- No quise que pensara que quería aprovecharme de ella, como si su amistad no importara.

«Aprovecharse» No, Sakura no podía pensar que se hubiera aprovechado de ella porque lo había pedido, lo había querido. ¿Se habría aprovechado ella de él? «Un sueño hecho realidad»

Naruto meneó la cabeza, pensando que estaba siguiendo la línea de pensamiento de su hermana.

-Quizás tocaste una fibra sensible, Mei. Como pedirle consejo a un médico cuando está en una reunión social.

-A lo mejor tienes razón. Me imagino que a la gente del mundo del espectáculo se la explota. Y a saber qué ha sido de su vida desde que se fue de Wamberal. Han pasados muchos años. Quizás para ella no haya marcha atrás.

«Ni tampoco podemos cambiar nada de lo que hemos hecho», pensó apesadumbrado.

-Nunca me había sentido tan vapuleada...

-Siento que te sintieras así -dijo sintiéndose cada vez peor.

No había previsto ese resultado. Había querido que Sakura le dijera la verdad. El encuentro con su hermana le decía que cualquier futuro con ella iba a ser difícil de conseguir.

-Por mi culpa... por ser tan directa -dijo Mei triste.

-Probablemente haya algo más que eso -dijo para tranquilizarla, demasiado consciente de su culpa por crear esa situación.

-¿Como qué? ¿Que no nos quiere en su vida?

-Por ejemplo.

-Ese tipo de rechazo es horrible, ¿verdad?

-Sí.

-Aunque no es que tú sepas mucho de rechazos-dijo con una sonrisa-. ¡Menudo soltero de oro!

-Bueno, mi vida no es un camino de rosas.

-¿Las cosas no van bien con Hinata?

-Eso se acabó.

-¡Vaya! ¿Vas a traer a alguien nuevo a la fiesta de mamá?

-Mi vida amorosa está un poco en el aire en este momento. Prefiero no hablar de eso.

-De acuerdo. ¡Ah, Naruto! Gracias por sugerirme la actuación. Ryuuji se encuentra más animado.

-Me alegro por él. Dale un abrazo de mi parte y otro a Rei. Ahora tengo que marcharme.

-Gracias por llamar. Me ha gustado hablar contigo.

Naruto colgó el teléfono, nada estaba saliendo bien. Probablemente, la mujer que podría haberle dado todo iba a borrarlo de su vida.

¿Qué podría hacer?

Desde luego no se iba a quedar cruzado de brazos.

Iba a luchar, en todos los aspectos.

Ya era hora de que ella empezara a ver las cosas como eran. Y esa noche él se las iba a mostrar.

El pasado era el pasado y ella debía olvidarlo.

La venganza no conducía a ningún sitio.

Al menos, a ningún sitio bueno.

Y Naruto quería algo bueno para los dos.

Una Venganza Muy DulceWhere stories live. Discover now